Estimado lector, el día de hoy hablaremos sobre la tendencia psicológica del positivismo que está tan en boga actualmente y que las repercusiones “negativas” de dicho positivismo la estamos viendo en estos días con más insistencia.
Derivado del libro de Dale Carnegie, Como ganar amigos e influir en las personas, donde recopila los pensamientos de otros autores sobre cómo el cambio de las personas y de su situación actual era más, según estos pensadores, una problemática de cambio interno, sobre todo de pensamiento y actitudes, que de las condiciones externas del individuo.
Derivado del éxito de este libro, surgieron muchos otros más, y desafortunadamente, si bien es cierto algunas de las ideas que plasman estos autores son válidas, se ha prostituido de forma importante las mismas hasta llegar en el año 2006 a la cúpside con el libro El Secreto de Rhonda Byrne, que recopila el pensamiento de muchos de estos autores, hasta llegar a afirmar que sólo con la intención de pensar algo, llegará a tu realidad porque tu lo creas. Esto ha llevado a excesos y a motivadores “light”, que buscan el “cambio” en las personas a través de fórmulas trilladas, inservibles y que sólo mueven temporalmente las fibras sensibles del individuo pero cuyo objetivo último es el obtener dinero de esas personas.
¿Por qué tanto éxito de este tipo de libros, motivadores y línea de pensamiento? Porque nunca en la historia había habido tantos deprimidos o personas con pensamientos que no ven futuro, ni tienen esperanza en qué va a pasar con ellos, y por tanto, buscan respuestas, pero eso sí, que sean rápidas. La cultura del trabajo duro, del esfuerzo, de la honestidad y del trabajo honrado ha sido sustituida por la cultura del YOLO (You only live once, o tú sólo vives una vez en la vida, así que haz lo que te dé la gana), del esfuerzo mínimo, pero retribución alta, de conseguir lo que uno desea a pesar de los demás (en algunos casos, amigos míos que han asistido a ese tipo de cursos salen “renovados” y dejan a un lado trabajo, familia e hijos para vivir “su” vida, ¿qué la otra era la vida prestada de otro o qué?). Es más, si algo deseas, pidelo a la fuente universal con todas tus fuerzas, o haz una imagen mental de él, o busca una foto y ponla en tu espejo, y todos los días piensa como si ya fuera tuyo, y verás que será tuyo. La realidad es que puede ser que en ocasiones por coincidencia ocurra, pero, si es así, ¿cómo es que los que quieren ganarse el melate y “ya se vieron”, no ganen ni reintegro? Y vienen las explicaciones, de que no es tu momento, o bien, ya la unión de este pensamiento positivista con las creencias llamadas del “new age”, donde ahora te explican que el universo conspira para que pasen las cosas buenas en tu vida, pero no se dan desafortunadamente porque tienes deudas pendientes (que le llaman “karma”) de otras vidas (¿?) y por eso no te llega. Es decir, tienen explicación para lo inexplicable y se ha convertido en una industria de miles de millones de dólares, en lo que algunos autores han descrito como psicología barata o light.
Pues parece que nuestro señor presidente, aquel que no pudo recordar tres libros que hubieran impactado en su vida de forma importante, ha tomado algún “coach” como guía y la tendencia positivista la tiene ahorita arraigada en él y todo su gabinete. Carlos Loret de Mola en su columna del periódico El Universal del día 12 de agosto de 2015, la titula “El periódico de Peña Nieto” y da cuenta del periódico que circula entre el gabinete de primer nivel del Gobierno Federal, que es por parte de comunicación social de la presidencia llamado En línea, en donde en pocas páginas se habla sobre la agenda del presidente, lo que ha hecho en la semana, y, sobre todo, lo que otros dicen positivo de este gobierno (nada de lo negativo). De seguro esta columna nunca aparecerá en ese periódico, pero ¿hasta dónde esto se convierte en una “tapadera” para no ver los problemas reales de este México que poco a poco parece que se cae en pedazos?
El presidente Peña, el pasado sábado después de correr diez kilómetros para demostrar que tiene buena salud, dice que la devaluación del peso contra el dólar, que en su sexenio ya lleva casi un 30%, tiene su lado positivo. Es decir, ¿y todos aquellos que se verán afectados por el alza de precios de los insumos importados, qué? Positivo sólo para los maquiladores, que ya sabemos que son los grandes emporios y los que tienen su proyecto sexenal de hacer maquiladores a todos los mexicanos, pero con sueldos bajos para todos, ¿eso es positivo? No hay peor ciego que el que se tapa los ojos él solo, sí hay que tener esperanza en el futuro, pero como dirían en el campo, ¿con estas mulas, podremos tener un México mejor?
