De tensiones, cohabitaciones e interdependencias / Forma es fondo - LJA Aguascalientes
25/11/2024

Si usted dirige su mirada hacia cualquiera de los puntos cardinales en su hogar, descubrirá la irremediable e inevitable globalidad cotidiana en la que vivimos la gran mayoría de los ciudadanos del mundo hoy en día. En el trayecto de la misma hará conciencia sobre éste o aquel artículo doméstico, comprado para hacer su vida más cómoda.

En una gran mayoría de hogares, urbanos y rurales, de nuestro planeta, hoy es frecuente encontrar el televisor japonés, la computadora china, el refrigerador taiwanés, el coche americano, el celular de Samsung maquilado en Corea del Sur, la prenda de vestir y el accesorio de Bangladesh o de Turquía, el tequila o mezcal mexicanos, por enumerar algunos ejemplos.

La realidad de la nueva globalidad nos permite disfrutar de muchos artículos de consumo que son traídos hasta nuestra casa habiendo sido producidos a miles de kilómetros de distancia, y que sin embargo la interacción económica hace que estén con nosotros como si se hubiesen producido apenas a la vuelta de la esquina.

Súmele usted, apreciable lector, la manera como internet está cambiando radicalmente nuestros propios estilos de vida. Hace algunos años escuché a un familiar, quien asombrado estaba con los artilugios de la posmodernidad, como si fuera “una cosa del diablo”.

Pues bien, el tema de la comunicación se viene a sumar a esta nueva forma de vida que llevamos. Hoy la conversación con la otra persona se ha vuelto instantánea, sin necesidad de utilizar el aparato telefónico fijo, con el uso de las redes sociales y el Whatsapp.

La nueva interdependencia global ha impactado sensiblemente el comercio internacional. Por principio de cuentas se percibe que la globalización de la economía mundial, los flujos migratorios y de personas que la nueva era global acarrea, y la poderosa penetración de los medios de información mundial, tanto los convencionales como los de nuevo cuño, limitan en principio la libertad de acción de los estados nacionales.

Con preocupación sentimos las ondas tectónicas que nos ha traído por ejemplo la crisis griega en el caso de Europa, el fortalecimiento del dólar, la depreciación del peso, la devaluación de la moneda china, la caída del precio del petróleo, generándose los nuevos desarreglos institucionales de la globalización.

Lo público es precisamente una de esas dimensiones sin solución estable, en ese inacabado reacomodo de piezas que no termina por lograr la nueva cohabitación global. Pues por un lado los países no se resignan a sacrificar los márgenes de independencia, autonomía y libre autodeterminación que sus paradigmas tradicionales les exigen aún hoy en día.

Los impactos de este desarreglo se dejan sentir crudamente en temas sociales, como el problema de las desigualdades y pobreza de muchas naciones de la periferia global; financieros, de índole monetaria; políticos, como la rebasada migración a Francia, España, Inglaterra y Alemania.


¿Cómo sortear los problemas de organización de estructuras de gobierno, para avanzar hacia modelos de cohabitación que reflejen y sean capaces de hacer que el esfuerzo de integración regional sea verdaderamente global?, como ocurre precisamente con la Unión Europea, que no acaba por definir cómo construirá instituciones de gobierno unificado eficaces, y que al mismo tiempo deje contentas a las más de 27 burocracias y élites políticas nacionales que la integran. Son algunas de las interrogantes sin cabal respuesta todavía.

Política de la buena: Como creo y no es verdad de Perogrullo, que los priistas conformamos un partido maduro, no creo que debamos escandalizarnos por las declaraciones de Lorena Martínez, al abordar de frente y sin hipocresías, el tema de la renovación de la dirigencia de nuestro partido en Aguascalientes, por los infortunados resultados entregados en la reciente elección federal.

La exhortación que hace la más fuerte de las aspirantes priistas a la gubernatura del estado con que cuenta hoy el PRI -y eso lo dicen todas las encuestas profesionales-, no es sino un llamado a la sana autocrítica y revisión internas que nos permitan abordar los retos del año 2016 con una actitud proactiva de victoria electoral como deseamos quienes militamos en el tricolor.

Los priistas sabemos hacer esto y más, y lo hacemos en el marco de nuestra unidad partidista. Lo digo sin ambages y con respeto a la actual dirigencia de mi partido, que cierto estoy, no es ajena a estas elementales reflexiones de democracia interna.

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