- Sólo existe constancia de cuatro sesiones
- La sesión más larga fue de 31 minutos
Según datos publicados en la página oficial del Congreso del Estado, la Comisión de Transporte Público de la LXII Legislatura sólo ha sesionado cuatro veces desde que comenzaron los trabajos legislativos, en noviembre del 2013.
De las 26 comisiones que existen en el Poder Legislativo, la de Transporte Público es la que menos ha sesionado, seguida de la de Planeación, Desarrollo Urbano y Obras Públicas (con cinco sesiones), y Servidores Públicos y Seguridad Pública con seis sesiones cada una.
En el desglose de las sesiones se detalla lo siguiente: la primera sesión que fue publicada corresponde a la celebrada el 22 de enero del 2014 comenzó a las 9:10 de la mañana y concluyó diez minutos después; el 20 de febrero se volvió a sesionar por 31 minutos, siendo ésta la reunión de trabajo más larga que sostuvieron los diputados integrantes de dicha comisión; el 14 de marzo sesionaron por 27 minutos; y que la última sesión de la que se tiene registro fue la del 11 de junio del 2014, con una duración de nueve minutos.
La Ley Orgánica del Poder Legislativo indica que todas las comisiones tienen la responsabilidad de sesionar por lo menos una vez a la semana, lo que significa que la Comisión de Transporte Público -y todas las existentes en el Poder Legislativo- deberían de contar con el registro de por lo menos 70 sesiones, ninguna de las 26 cuenta con éste número de reuniones legislativas.
A dicha comisión pertenecen los siguientes diputados: María de Lourdes Dávila Castañeda (PRI), presidenta; Verónica Sánchez Alejandre (PRI), secretaria; Salvador Dávila Montoya (PANAL), vocal; Guillermo Ulises Ruiz Esparza (PAN), vocal; y Jesús Eduardo Rocha Álvarez (PRI), vocal.
Es evidente la apatía del aparato de gobierno -representado por estos personajes-, pues el caos en el transporte público hidrocálido es producto de una falta de regulación en la calidad del servicio y sobre todo del trato del patrón hacia los choferes, pues si estos sufren abusos -como por ejemplo que les cobren pasajes de mas con el pretexto de que “lo marcan las barras”, cuando todos saben que son los técnicos quienes alteran las lecturas- , es muy difícil que realicen su trabajo correctamente, además los hace justificar su mal humor o que incluso, no presten el servicio aunque el pasaje se encuentre en horario y parada oficial.
Lo anterior me recuerda una frase que dice: “cuando algo no funciona y permanece así durante mucho tiempo, es porque alguien se beneficia de esto”… Hay algo turbio en este asunto. La pregunta es: ¿Hasta cuando harán su trabajo estos “servidores públicos” y dejarán de servirse de sus cargos?..