Jaime Villasana Dávila
Son muchos los eventos negativos acontecidos en el país en los últimos meses, acompañados de malas decisiones y actuaciones del Gobierno Federal. Entre lo primero tenemos el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero y por el lado económico el bajo precio del petróleo que ha dado al traste con la apertura del sector petrolero.
Fuera también del alcance del presidente tenemos hechos colaterales que contribuyen a generar un ambiente negativo y de pesimismo derivado de otros actores políticos. Un ejemplo es el incumplimiento de gobernadores y alcaldes de remitir al Congreso federal información sobre sus deudas, tal como lo mandata la Constitución. La fecha límite fue el pasado 26 de julio. Otra violación más a la Carta Magna de muchas otras que suceden día tras día. A nadie le importa y no pasa nada.
Pasemos ahora a lo que le toca de culpa al Gobierno Federal. Destaca por mucho la fuga del Chapo. Un error imperdonable tal como lo calificó el mismo presidente poco después de su aprehensión el año pasado. Y hay dos últimos hechos que destacan por su impacto social y que sin duda es responsabilidad del Gobierno Federal; el aumento de la pobreza en México (de acuerdo a Coneval) y la baja generalizada de los ingresos de los mexicanos (según INEGI).
Hay otros temas donde el Gobierno Federal actúa mal diariamente; implementación tardía de la Reforma Educativa en los estados donde CNTE tiene el control, el caso de la “Casa Blanca” que sigue en el limbo, la casa del Secretario de Hacienda adquirida por éste a tasas de interés fuera del mercado, investigaciones a políticos que no terminan en nada, pesquisas no iniciadas a empresas en México que son investigadas en otros países (ejemplo; constructora brasileña Obedrech), amiguismo en contrataciones de servicios (casos Higa y OHL) y de personal (caso de sobrina del presidente en Pemex), entre muchos otros ejemplos.
Algunos dirán que parte del problema nacional es el entorno internacional. Pero este factor no puede servir de excusa, pues todo mundo sabe que nuestro problema es principalmente interno; corrupción, impunidad, duplicidad de programas sociales, ineficiente administración, amiguismo, etc.
¿En que se ha reflejado el mal tiempo por el que pasa México y su presidente? Por un lado en algo ya señalado; aumento de la pobreza y en la pérdida del poder salarial. Por el otro, en que el presidente tiene actualmente el índice de aprobación más bajo que haya registrado algún presidente previo; apenas de 34%, según encuesta del Grupo Reforma. Una cifra lapidaria.
La buena noticia es que el presidente tiene en sus manos buena parte de la solución. La mala es que (hasta ahora) su deseo de corregir rumbo es muy limitado.
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