- Para el dramaturgo Hugo Hiriart, el maestro Solé es “la encarnación del teatro mexicano”
- Como actor, director y escenógrafo, el Creador Emérito del Fonca es quien más obras ha dirigido
José Solé (28 de julio de 1929) es la piedra de toque en este arte, quien se ha desempeñado durante más de seis décadas desde diversas trincheras: como actor, director y escenógrafo, además de fundar y dirigir diversas instituciones teatrales.
Para el dramaturgo Hugo Hiriart, el maestro Solé es “la encarnación del teatro mexicano, una persona extraordinaria, perspicaz, inteligente, con un gran sentido del humor, con una inmensa cultura teatral que ha sido y es una pieza indispensable de la vida teatral mexicana”.
Nadie como él, añadió, “representa lo que es el teatro, entonces por eso lo festejamos” y es que José Solé ha hecho de todo, como actor y director de teatro comercial y clásico, así como en su gestión al frente de instituciones como la Escuela de Arte Teatral y la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). “Él no se dedica al teatro, es el teatro”, aseguró el dramaturgo.
La especialista en historia del teatro, Socorro Merlín, destacó que José Solé es simplemente “una piedra de toque en la arquitectura del teatro mexicano, porque el maestro es de los primeros actores profesionales, se puede decir, que hubo en México”.
Y es que para José Solé “el teatro es la vida” y desde pequeño tuvo afición a él; primero con títeres y en la secundaria ya participaba en un taller de arte dramático que lo llevó a inscribirse en la recién creada Escuela de Arte Teatral del INBA, de la cual formó parte de la primera generación.
El maestro señalaba en una entrevista que “fue una época en que la plantilla de maestros era inmejorable. Estaban André Moreau, Enrique Ruelas, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Fernando Wagner y Fernando Torre Lapham. De esa primera generación también surgieron Silvia Pinal, Ignacio López Tarso, Luis Gimeno, Beatriz Aguirre y Virginia Gutiérrez, entre otros”.
En 1952 José Solé fue catalogado como revelación juvenil y en 1954 como mejor actor, según la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro. Posteriormente, en 1956, viajó a París para estudiar dirección de escena con Rene Dupoy, becado por el gobierno francés y luego realizó estudios de escenografía en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.
De regreso a México se dedicó tanto a la actuación como a la dirección, pero el mismo José Solé reveló que “comenzaron a llamarme más para la segunda. Y me seguí. Nunca fue algo premeditado”.
Debido a sus estudios de actuación, dirección y escenografía, Socorro Merlín destacó que “su formación es muy completa, se dedicó mucho a la dirección y desde entonces está dirigiendo el maestro obras de gran formato, siempre de gran formato, con un conocimiento muy completo, porque tiene la visión de las profesiones importantes en teatro, en la escena propiamente”.
En su larga y fructífera trayectoria de más de 60 años, José Solé ha dirigido obras como Amadeo, de Ionesco; Moctezuma II, de Sergio Magaña; La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca; La orestiada, de Esquilo; Sueño de una noche de verano, de Shakespeare y las más recientes Doce hombres en pugna, de Reginald Rose, y Los empeños de una casa, de sor Juana Inés de la Cruz.
José Solé, a punto de cumplir 86 años de edad, puede presumir que ha hecho de todo: “Soy el director que más obras ha dirigido en los distintos géneros: teatro infantil, cabaret, teatro trashumante, comedia ligera, vaudeville, alta comedia, drama, tragedia, ópera, zarzuela, opereta”.
Y es que para el maestro el teatro es como los toros. “Hay que saber torear cualquier toro, es decir, si el toro es teatro comercial, hay que hacerlo comercial, o si se trata de una obra clásica, hay que darle todo el clasicismo o, si es de tesis, darle toda la profundidad de tesis. Eso es lo que quiero decir que, como en los toros, hay que torear el que salga.”
Pero a la par de su actividad en los escenarios, José Solé trabajó para dar un impulso a la infraestructura teatral del país, no sólo como maestro y luego director de la Escuela de Arte Teatral, sino también como titular de la Coordinación Nacional de Teatro del INBA y fundó instituciones como la Compañía Nacional de Teatro, el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli y la Muestra Nacional de Teatro, además de servir como representante cultural de la Embajada de México en la Unión Soviética de 1975 a 1977.
Su amplio conocimiento del teatro ha convertido las obras de José Solé en grandes producciones. Socorro Merlín destacó que se trata “de obras de gran formato, obras griegas, Shakespeare, del Siglo de Oro, en fin, de la historia del teatro internacional son las que ha dirigido y siempre son impecables sus direcciones, porque es un investigador, para cada puesta en escena, investiga a fondo todo lo necesario en la cuestión de escenografía y vestuario que él mismo diseña”.
La especialista en teatro, quien conoció a Solé cuando estudiaba en la Escuela de Arte Teatral, señaló que el maestro tiene una personalidad encantadora y es un caballero en toda la extensión de la palabra, un gran conversador que escucha y “una persona muy inteligente, con grandes capacidades que vemos hasta ahora a través de todo el tiempo que ha ejercido como profesional del teatro”.
Y es que para José Solé el teatro es un resumen de todas las artes y “mi pasión por las artes es para hacer teatro. Que es una forma de prevenir, avisar contando, unas veces con alegría, otras con severidad, lo que ha pasado, lo que pasa y lo que puede pasar”.
La larga y fructífera trayectoria de José Solé en los escenarios mexicanos lo han llevado a ser reconocido con diferentes galardones, como el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2008, además de ser nombrado Creador Emérito por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
José Solé, intérprete del lenguaje universal
José Solé es un intérprete del lenguaje universal, considera la crítica y periodista de teatro Alegría Martínez en su libro Así es el teatro publicado por el Conaculta en 2005 en la colección Periodismo Cultural. El actor, director, escenógrafo, investigador y docente de teatro cumple este 28 de julio 86 años.
En el título publicado por Alegría Martínez resalta dos obras emblemáticas de quien fue director de la Compañía Nacional de Teatro, Otelo y Edipo rey; “Desde la postura agradecida de poder disfrutar esta obra de Shakespeare raramente montada, la presente versión de José Solé es limpia, convencional, fluida y vigente”, señala la periodista en su reseña sobre Otelo.
En el texto realiza una descripción detallada de escenografía, vestuario, parlamentos, así como de la resolución de escenas icónicas. “La participación de la flota, representada por unos bellísimos barquitos de utilería en manos de actores, es simpática y efectiva, así como la tormenta marítima con las olas simuladas por largos lienzos azules en movimiento ondulatorio”, detalla.
“José Solé hace que se entienda, se disfrute y duela la tragedia de Edipo rey; contrariamente a lo que sucede con la generalidad de los montajes de obras clásicas griegas, que se vuelven eternos, ilógicos, incomprensibles, densos y además nos dejan indiferentes ante los sucesos más terribles”, apunta Alegría Martínez, quien dice que el director se preocupa por el espectador “actual” presentándole una puesta apta, ya que dicho público se caracteriza por tener una actitud recia ante los textos dramáticos.
En Así es el teatro, la autora comparte experiencias a través de su pluma que da cuenta de la pasión y vehemencia con que sus protagonistas viven el hecho teatral, de manera que ahí queda registro del trabajo de José Luis Ibáñez, Juan José Gurrola, Boris Schoemann y Antonio Castro, entre otros. Concurren en las páginas del libro diversas reseñas publicadas en los suplementos el unoguía del unomásuno, Extravagancias de Milenio Diario, Frontal y Posdata de El Independiente, y otros.
A propósito del cumpleaños 86 de José Solé, la periodista expresó que “a mí me da mucho gusto saludar la vida pródiga del maestro José Solé, porque en realidad es un hombre de teatro completo. Además de sus puestas en escena como director, su labor como escenógrafo, como director de actores, ha hecho un trabajo muy importante dentro de nuestro teatro nacional porque ha fundado instituciones que gracias a ellas tenemos un sólido teatro y una sólida documentación de nuestro quehacer escénico”.
La autora destaca la importancia de que José Solé creara, durante su gestión en el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Compañía Nacional de Teatro, pues “ha sido este grupo artístico que se ha ido modificando con el avance de los años, ha tenido buenas administraciones y ha hecho partícipe a la ciudadanía de un arte escénico que sin su gestión no se habría podido ver en nuestro país, porque él hizo gestiones para que se presentaran obras de teatro de autores universales que requerían un presupuesto, una calidad actoral, una inversión de talento creativo -como lo llaman actualmente-de los artistas que diseñan escenografías, vestuarios”.
“José Solé también impulsó la Muestra Nacional de Teatro que cada vez está más fortalecida y tiene exponentes de todas las generaciones, entonces, realmente es una persona que ha hecho un trabajo imprescindible para nuestro teatro nacional”, destacó Alegría Martínez.
Así es el teatro no el único título de la colección de Periodismo Cultural del Conaculta que habla de la obra de José Solé, años atrás Olga Harmony lo incluyó en Ires y venires del teatro en México (1996) donde también incide Otelo pues para la crítica, el director la abordó desde una óptica distinta a la tragedia, “al destacar los elementos melodramáticos la figura del moro es evidentemente la de un agonista, la maldad pura imponiéndose al bien, la virtud finalmente reivindicada -Solé está corriendo un riesgo, pero al mismo tiempo clarifica el tejido total de la trama-. Elige un Otelo que ya no es sólo el ingenuo guerrero despreciado por su raza, sino un hombre mayor enamorado de una Desdémona jovencísima”, describe la también dramaturga.
La crítica reconoce la buena versión y montaje que se presenta, pues clarifica momentos importantes de la obra y más en los que se refiere a los personajes, como la escena de la boda de Otelo y Desdémona que resulta de inmediato comprensible, además de reconocer el trabajo de toda la compañía que lleva al resultado de una buena puesta en escena.
Olga Harmony, habla de diversos directores de teatro y lo divide en tres apartados: Los directores dramaturgos, que escriben y dirigen sus textos, ejerciendo así ambos oficios. Entre éstos se encuentran Héctor Mendoza, David Olguín, y Hugo Hiriart, entre otros. Los dramaturgos vistos por los directores, como Sergio Magaña, Jorge Ibargüengoitia, Vicente Leñero, Víctor Hugo Rascón y más, que parecen ir a la búsqueda de los directores de su generación, para lanzar una mirada hacia muchos ámbitos en el tiempo y el espacio. Por último: Los directores otean los horizontes, que incluye a aquellos que en su opinión han aportado más a la escena nacional, en el ámbito de las escenificaciones, como es el caso de José Solé.
Semblanza
José Solé nació en Mixcoac, en la Ciudad de México, el 28 de julio de 1929. Es actor, director, investigador y docente. Actor y discípulo de A. Moreau, estudió actuación en la Escuela de Arte Teatral (EAT) del Instituto Nacional de Bellas Artes A. Cursó la carrera de escenografía en Bellas Artes con Julio Prieto y dirección escénica con Rence Dussy. Ha dirigido todos los géneros teatrales desde el teatro infantil pasando por comedias musicales y ópera. Su debut como actor fue con el grupo TEA que dirigió Xavier Rojas en 1946. Fue director del TEA de 1965 a 1969, coordinador Nacional del Teatro de 1991 a 1995, y jefe de la Dirección de Teatro del INBA de 1977 a 1987. Durante su primera administración en el INBA formó el Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (Citru) y la Compañía Nacional de Teatro (CNT).
Como director escénico ha estado al frente de los siguientes montajes: La mujer de mi vida de Verneuil; El Tío Vania de Chéjov; Antígona de J. Anouilh; Juguetes olvidados de Hellman; Contigo pan y cebolla de Julio Jiménez Rueda; Lo encantos de la culpa de Calderón de la Barca; Medusa de Emilio Carballido; Compañero de Vicente Leñero; Sueño de una noche de verano de Shakespeare en el 2005 con la Compañía Nacional de Teatro, entre otras. Escribió dos textos titulados: Correspondencia de movimiento y Creación colectiva, fórmula para el nuevo teatro. En el 2008 recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes por su trayectoria artística; en el 2012 dirigió la puesta en escena El arrogante español o Caballero de milagro y en el 2014 asumió la presidencia honoraria de Centro Teatral de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y recibió la Medalla Cervantina.
Con información de Conaculta