- En Aguascalientes sólo el diez por ciento de los fallecidos son donadores de órganos
- Familiares se niegan a donar los órganos de quienes en vida autorizaron la donación
- Aguascalientes contrasta con ciudades como León, donde el 75 por ciento avala la donación
- Entre 700 y 800 personas requieren de un trasplante de riñón en el estado
La donación de órganos en el estado sigue siendo un tema carente de sensibilidad por parte de la mayoría de la población, ya que únicamente el diez por ciento de quienes fallecen son donadores de órganos, y en muchos de los casos, a pesar de que en vida realizaron dicha manifestación, las familias se niegan a reconocerlo y evitan que se cumpla con la voluntad del fallecido.
Así lo dio a conocer Enrique Flores Bolaños, director de Atención Primaria a la Salud del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (Issea), quien lamentó que en casos comparables, como la ciudad de León, en Guanajuato, la estadística contraste ampliamente con la cultura de la donación de órganos, ya que en dicho municipio el número de donación de órganos de personas fallecidas asciende a un aproximado de entre el 70 y 75 por ciento.
Rafael Reyes Aceves, jefe del Servicio de Trasplante Renal del Issea, complementó dicha información al establecer que en la entidad existen un total de mil 700 pacientes en terapia de sustitución, que ya han perdido la función renal y necesitan de hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante de riñón. Para el caso de aquellos que esperan un trasplante de riñón, debido a que manifiestan un daño avanzado, la cifra en Aguascalientes pudiera dar cuenta de un aproximado entre 700 y 800 pacientes.
A dicha cifra sumó el hecho de que existan aún más personas que cuentan con insuficiencia renal o problemas renales y aún no han identificado dicha problemática, donde la cifra incrementa exageradamente.
Respecto a la respuesta ante los pacientes que esperan un trasplante de dicho órgano, Reyes Aceves explicó que quien tiene la posibilidad de un donador puede ser atendido entre tres y cuatro semanas, sin embargo aquellos que están en lista de espera, lamentó, tienen que esperar un tiempo mucho mayor, lo que significa que su estado de salud se pueda deteriorar por esperar hasta más de dos años, fenómeno que incrementa su morbilidad si se trata de pacientes con otros padecimientos crónico degenerativos.
Al reiterar la necesidad de una falta de sensibilidad por parte de la población hacia la cultura de la donación de órganos, afirmó que también hace falta mayor información del procedimiento mediante el que se realiza la donación además de la profesionalización y coordinación del personal encargado de la detección de posibles donantes.
Mientras que en lo concerniente a la incidencia de problemas renales en el estado, Alfredo Chew Wong, nefrólogo del Centenario Hospital Miguel Hidalgo, enfatizó que a pesar de que se crea que la presencia de ciertas sustancias en el agua potable incrementen la posibilidad de padecer males renales, no existe un estudio que establezca la prevalencia de dicho fenómeno en algunas zonas específicas del estado. Por el contrario, sentenció que uno de los principales factores que se han percibido y pueden ser considerados es el hecho de que las personas que trabajan en el campo se enfrentan a un proceso continuo de deshidratación, aspecto que agrava la posibilidad de padecer insuficiencia renal.