El hecho de que más de la mitad de los votantes haya estado ausente en los pasados comicios no es una novedad. Sabemos que hay mucha apatía y también -por qué no decirlo- desconfianza en los procesos electorales y en la vida política.
Bajo estas circunstancias, es una minoría la que direcciona el rumbo de las decisiones legislativas y de la política de Estado de los próximos años a nivel federal.
En Aguascalientes la participación ciudadana alcanzó un porcentaje del 37 por ciento, lo que significó que de más de 867 mil electores votaron cerca de 322 mil.
Entre las causas de este bajo nivel están las prácticas cavernícolas del PRI, que se niega a aceptar los resultados. Por ejemplo, en Colima, donde este partido ha sido gobierno durante 82 años y echa mano de viejas prácticas para conservarse en el poder, negando así la posibilidad de una vida democrática en la entidad. Ante escenarios como éste se entiende el escepticismo de los ciudadanos que no acuden a votar.
En el análisis de la falta de participación salta a la vista también la incredulidad en las promesas que se realizan en campaña. La gente espera resultados, quiere verlos en su economía familiar, en los servicios de educación, transporte, salud y en su mesa cada día. Además, anhela seguridad y está cansada de la impunidad.
Se relaciona a la clase política con corrupción, que es un mal que ofende y daña la dignidad de las personas y de la sociedad en su conjunto. Desafortunadamente la corrupción está en todos lados y cada persona puede tomar la decisión de erradicarla o seguirla fomentando. En política es participando como se puede contribuir a mejorar las cosas y no dando la espalda.
Los ciudadanos que participaron en la elección de diputados para representar los 300 distritos federales decidieron por la alternancia en 102; esto es, en más del 30 por ciento de ellos fue elegido un representante de un partido político diferente al que ahora está terminando su encargo. En 76 distritos la diferencia porcentual entre el primero y segundo lugar fue menor al cinco por ciento y en 20 distritos fue menor al uno por ciento, lo que obligó a la nueva autoridad electoral al recuento total de los votos. En Aguascalientes tuvimos dos casos de esos en los distritos I y II federales.
Ninguno de los diez partidos políticos que concurrieron en este proceso alcanzó por sí mismo el 30 por ciento de los votos emitidos. También podemos observar que sólo ocho de los diez partidos nacionales superaron el umbral del tres por ciento necesario que la ley en la materia estableció para conservar su registro. Los que no alcanzaron este porcentaje en las elecciones federales son el Partido del Trabajo y el Humanista.
Por nuestra parte, en Acción Nacional hemos avanzado de manera importante. Tenemos que corregir algunas cosas pero lo más importante es que hay un panismo vivo, pujante, vigoroso y desde luego que debe privilegiar la comunicación interna, la unidad y la fraternidad para seguir adelante. Ante los resultados de la pasada elección estamos sensibles y dispuestos a consolidar nuestro estándar democrático y la calidad de nuestra vida política.
*Coordinador del grupo parlamentario del PAN, senador de la República por Aguascalientes. Sus bases formativas son la Contaduría Pública y el Derecho, desde donde ha ejercido apasionadamente el servicio público, la política y la representación social como férreo militante de Acción Nacional. Twitter: @FHerreraAvila y Facebook: Fernando Herrera A