Conciertos especiales
“Todo es debido a que el maestro Revueltas y yo estamos locos”, dijo el director de la Filarmónica de Querétaro, el maestro José Guadalupe Flores en la breve charla que tuve con él, algunos minutos antes de iniciar el segundo de los dos conciertos especiales con las dos orquestas diseñados para el programa cultural de la Feria Nacional de San Marcos 2015.
El primero de los dos conciertos especiales fue el día 5 de mayo, con un programa de ballet muy interesante, en la primera parte escuchamos un dignísimo ejemplo de lo que es la música auténticamente mexicana, la Noche de los Mayas, de Silvestre Revueltas, con la batuta del maestro José Guadalupe Flores. Después del intermedio disfrutamos de una de las obras más revolucionarias y polémicas que registra la historia de la música, la Consagración de la Primavera del ruso Igor Stravinsky, ésta fue dirigida por el titular de la Sinfónica de Aguascalientes, el maestro Román Revueltas.
En su estreno, esta obra de Stravinsky significó el más grande escándalo en la historia de la música, sus detractores arrojaron todo tipo de cosas al escenario, en realidad resultó incomprensible para unos oídos acostumbrados a las líneas melódicas perfectamente definidas del Romanticismo. Hoy en día nos queda claro que la Consagración de la Primavera es un obra imprescindible en el repertorio básico de cualquier gran orquesta. No es difícil dirigirla, el maestro Revueltas sudó literalmente la camiseta para llevar a buen fin este compromiso, más aún cuando se trata de ballet, si la Consagración en sí misma representa verdaderas dificultades, el ingrediente extra de la coreografía lo hace más complicado, y esto aplica para las dos obras programadas en este primer concierto especial. Siempre he pensado que dirigir ballet es lo más difícil, es decir, si por ejemplo, hablamos de ópera u oratorio, el cantante y el director pueden ponerse de acuerdo y con una mirada, el director puede saber cuánto aire le queda al cantante y si debe alargar o no la nota, pero esto no es posible en el caso del ballet, no puedes hacer nada en contra de la fuerza de gravedad. Aquí el director debe estar muy atento a los bailarines y no le queda más que adaptarse a ello.
Me parece que analizando este primer concierto especial desde la perspectiva de la Feria Nacional de San Marcos, fue un éxito incuestionable, el teatro lleno, dos obras para gente grande, dos orquestas cuyo prestigio las ubica como dos de las mejores entidades musicales de México y dos directores que entre ellos se llevan muy bien y que su nivel musical también les permite cotizarse muy bien.
El segundo concierto especial, realizado el jueves 7 de mayo en el Teatro Aguascalientes, nos presentó, igual que el primero, un programa inmenso, iniciando con la Obertura Festiva de Dmitri Shostakovich que fue dirigida por el maestro Román Revueltas, y la inconmensurable Sinfonía No. 3 de Gustav Mahler con el Coro de Ópera del Instituto Cultural de Aguascalientes, el Coro Infantil de esta misma institución, la mezzosoprano Elba María Flores y la dirección del maestro José Guadalupe Flores. Esta es, sin duda, la sinfonía más larga de Mahler, lo que ya es mucho decir, las de menor duración, si no me equivoco, son la primera, llamada “Titán”, y la cuarta, ambas andan por ahí de los 60 minutos. Por otra parte, para tocar cualquiera de las Sinfonías de Mahler, se necesitan, por lo menos, un centenar de músicos, excepto la octava, la de los mil, cuyo sobrenombre nos habla ya de las necesidades, en términos de orquesta, masa coral y solistas, para la ejecución de este monumento sinfónico, efectivamente, en su estreno en München, Alemania, fueron mil músicos, entre orquesta, coro y los ocho solistas.
Para la tercera, aunque no necesita este ejército de maestros, las exigencia musicales son de la misma latitud. Es una obra complicada, eso es indiscutible, pero al mismo tiempo, es deliciosa. La tercera es una sinfonía pastoral, bucólica, encantadora de principio a fin. Tiene mucho que ver con ese espíritu místico, religioso, de una fuerte y profunda espiritualidad de Gustav Mahler. El maestro José Guadalupe Flores, que ya ha trabajado en algunas ocasiones con la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, un ejemplo de ello es su participación como director huésped en la grabación del concierto para violín de Ponce con el maestro Román Revueltas como solista al violín, hizo un trabajo exquisito con una partitura que exige más, mucho más que simplemente marcar las entradas y los tiempos, Mahler es uno de los compositores que suelen poner a prueba las facultades de cualquier director.
El próximo jueves 14 de mayo, en el Teatro Metropolitano de la Ciudad de Querétaro se va a ejecutar una vez más este programa exactamente con los mismos intérpretes, las dos orquestas y los mismos directores, en este caso, el maestro Flores dirigirá la Obertura Festiva del sufriente y atormentado Shostakovich, y el maestro Revueltas se encargará de la deliciosa tercera de Mahler, sin duda, como aquí, habrá un lleno en este recinto cultural.
La Orquesta Sinfónica de Aguascalientes es una de las pocas orquestas en México, no sé exactamente cuántas, que han interpretado todo el corpus sinfónico completo de Mahler, de hecho, la Sinfonía No. 3 de Mahler fue interpretada por el maestro Gordon Campbell en su concierto de despedida para ser sustituido por el maestro Enrique Barrios que dirigió la Sinfónica del 2000 al 2004.
Gracias a esa locura de la que me hablaba el maestro Flores, este concierto pudo realizarse, por todo lo que representa, la cantidad de músicos que se necesitan, y lo que cuesta traer extras, pero con un poco de creatividad, todo es posible.