Una de las noticias más inquietantes para el ciudadano que gusta de ver a su ciudad limpia, fue el dato proporcionado por las autoridades municipales en el sentido de que este año la cantidad de basura recolectada en el área de la Feria superó considerablemente la cifra del año pasado. Siempre hemos sabido que los seres humanos somos grandes productores de basura, pero ¿qué está pasando? ¿Por qué generamos más desechos?, si ahora más que nunca estamos saturados de mensajes ecologistas, asociaciones ecologistas, a los niños en la escuela les convencen de cuidar el ambiente, por doquier encontramos contenedores dispuestos para separar el desperdicio en orgánico, inorgánico, materiales y plásticos. ¿Somos necios y no entendemos o simplemente estamos perdiendo inteligencia? Creo que la respuesta es más simple. La culpa la tiene la tecnología. Y aquí es cuando intervienen los fanáticos defensores de la ciencia y los avances cibernéticos. Pero vamos a dar un ejemplo sencillo, es más, es un ejemplo casero. ¿Cuál es la tecnología que hace falta en el hogar? Revisemos primero los grandes logros técnicos en el bienestar del ama de casa y de todos nosotros. Las lavadoras de ropa cada día más sofisticadas, han alejado a las mujeres del lavadero y hasta de la tintorería. La aspiradora y las nuevas escobas y trapeadores con detergentes y antisépticos han hecho que la labor del aseo sea más fácil. Las cocinas eléctricas, con encendido automático, hornos de microondas, ollas eléctricas, tostadoras, freidoras, licuadoras, procesadores y batidoras trajeron a la cocinera el descanso que se merecía desde hace muchos años. Y lo mismo sucede con otros electrodomésticos que evitan el trabajo arduo y fatigoso, tales como planchadoras, ventiladores y calefactores. ¿Dónde está el problema? En lavar la loza. Ya sé que usted estará diciendo que ya existen las máquinas lavadoras de estos necesarios artículos. Sí, es verdad, pero todavía no son suficientemente buenas. De cualquier manera hay que tallar para quitar los restos de alimentos, enjuagar y secar y por supuesto, el hecho mismo de lavar, ya que cocinando o comiendo se acumulan los platos sucios. La solución la encontraron los industriales no haciendo mejores máquinas lavadoras, sino fabricando mayor cantidad de platos y envases desechables. Existe una enorme variedad de alimentos que vienen en un recipiente de plástico o aluminio que se cocinan ahí mismo, se comen ahí mismo y no tienen que lavarse. Van directo a la basura. Los precocidos, congelados, prehorneados, suavizados, solubles y texturizados nos han hecho la vida muy cómoda. El único precio que hemos tenido que pagar es que el envase y plato se transforman de inmediato en desecho. En la misma Feria se ha implementado una campaña para que los paseantes no tomen sus bebidas en envases de vidrio, se les cambian por unos de plástico, que inevitablemente terminarán convertidos en basura. Entonces ¿Por qué nos asombramos? El tema es de implacable actualidad. En la superficie de la luna han quedado los restos de naves y vehículos que se utilizaron para explorarla. Ahora ya no sirven y por lo tanto son basura. Desechos de naves espaciales están circulando alrededor de nuestro planeta y otros se fugaron al infinito. Aceptemos que los seres humanos somos eternos creadores de desperdicios. ¿Acaso el hacha de piedra que admiramos en la vitrina de un museo no fue tirada por el hombre primitivo porque ya no le servía y para él era basura? Me parece que lo que sí podemos cambiar es nuestro concepto. De hoy en adelante ¿qué consideraremos basura, y sobre todo, que haremos con ella?