- Juan Ramón de la Fuente participó durante la celebración del IV Congreso Internacional de Medicina
- El exrector de la UNAM consideró que la profesión no puede someterse a juicios de valor
- De la Fuente Ramírez se manifestó a favor del derecho a decidir por parte del paciente
Como parte de las actividades del IV Congreso Internacional de Medicina de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), el investigador y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y también exrector de dicha casa de estudios, Juan Ramón de la Fuente Ramírez, participó de una ponencia en la que hizo mención a la necesidad de dignificar la profesión y labor del médico en la actualidad, luego de asegurar que dicha labor se ha sometido a un proceso de deshumanización, poniendo especial atención en la necesidad de que se desprenda de dilemas morales y religiosos.
Ante un Auditorio Doctor Pedro de Alba abarrotado de estudiantes de Medicina, consideró que los estudiantes de la disciplina deben plantearse los principales retos que representa haberse incorporado a dicho esquema profesional, llegando a revisar sus preceptos derivados del Código Hipocrático, tras afirmar que en la actualidad ya no puede considerarse el mito acerca de que la principal función del médico es mantener a un enfermo con vida.
Con dicha introducción, De la Fuente Ramírez defendió el derecho a decidir por parte de los pacientes y aseguró que ése debe ser el principal valor al que se deben someter los médicos, quienes dijo, tienen la obligación de responder a las peticiones que el enfermo considere, siempre que no afecten a otros. Dicha labor, agregó, permitiría que los profesionales de la medicina defiendan sus derechos a través de la defensa de los derechos de los pacientes.
Manifestó que la medicina ha dejado de ser un asunto entre médico o enfermo, o entre médico y una familia, para convertirse en un escenario que involucra a otros actores, más preocupados por elementos económicos y lucrativos, como es el caso de las aseguradoras y abogados, convirtiendo en una cuestión de negocios que da cuenta de una medicina defensiva.
El exrector de la UNAM mencionó que la medicina cambia conforme se transforma la sociedad, y advirtió sobre la creciente complejidad que refleja el ejercicio médico, donde destacó, uno de los principales elementos se ve reflejado en la autoridad que éste ha perdido frente al paciente. En la actualidad, complementó, los médicos tienen más recursos para incidir en la vida de las personas, sin embargo, aseguró que la ética de la profesión se vincula estrechamente con la garantía que tiene la sociedad de gozar del derecho inalienable de la libertad con su capacidad de decidir, dejando de lado preferencias personales y aspectos morales o religiosos, para implantar el laicismo de la medicina, donde la decisión del paciente se convierta en la máxima a respetar.
Al respecto relacionó temas como el aborto, la eutanasia, entre otros, mismos que, afirmó, han ido ganando consenso pese a las posiciones que se oponen desde una perspectiva religiosa que buscan imponer las personas involucradas. Además vio con buenos ojos la adopción de esquemas como la voluntad anticipada, que garantizan el derecho a decidir del enfermo y reiteró que “el enfoque laico es el que puede garantizar que no se imponga una decisión”, y agregó que no se debe de confundir a los ciudadanos con los feligreses, sino que se difunda un esquema donde la sociedad se encuentre abierta a la información, lo que les permita saber y decidir, evitando que los médicos se vean involucrados en dilemas morales.
No obstante, el investigador y académico de la Facultad de Medicina de la UNAM sentenció que nadie tiene respuestas universales, pero siempre se deben tomar en cuenta los legítimos deseos del enfermo, donde ningún actor como legisladores, entre otros, empañen el trabajo de los médicos.