Cuando estés negociando, busca quién es el tonto en el trato. Si no encuentras uno, es porque el tonto vas a ser tú
Mark Cuban
El ahorro para el retiro de los trabajadores tiene fuertes enemigos: el gobierno, las Afores y la inflación.
Desde su creación hace ya 18 años, el Sistema de Ahorro para el Retiro ha beneficiado a todos menos al trabajador. Las administradoras de estos fondos están por duplicar el monto de los recursos administrados y que se han traducido en utilidades, mientras que los fondos de los trabajadores han registrado un crecimiento marginal del uno por ciento (en efecto, del uno por ciento) anual promedio en estos 17 años.
De los 2.4 billones de pesos totales en las cuentas de las Afores, 848 mil millones (42.3%) corresponden a los rendimientos acumulados, por lo que en 17 años solamente han obtenido 71.23% de rendimientos nominales, esto es un rendimiento nominal promedio de sólo 4.19% anual. Subrayo rendimiento nominal.
El rendimiento histórico del sistema en términos reales no es de 6.35% anual como se ha empeñado en afirmar la propia Consar; si ajustamos los valores inflacionarios, el rendimiento anual promedio alcanza 0.93%, esto es, ni siquiera se alcanzan rendimientos del 1% anual.
Esta perspectiva formulada por especialistas en finanzas se traduce en que el trabajador promedio que no realizó aportaciones voluntarias percibirá tan solo la tercera parte de su salario actual, lo que le impedirá contar con un retiro tranquilo y sin preocupaciones como debería ser. Los jubilados son parte ya de esos 90 millones de mexicanos que viven en pobreza y vulnerabilidad, tal y como lo define el Coneval.
Pero ¿cuál es el panorama general en el que el sistema de retiro mexicano se desempeña? Nuestro país presenta severos problemas en cuanto al pago de pensiones, pues los pasivos laborales, que representan actualmente 40% del PIB con 4.3 millones de pensionados, se sumarán otros 3.9 millones en los próximos diez años (entre cotizantes y otros beneficiarios), a pesar de que hasta el año pasado México ostentaba la menor esperanza de vida de los países miembros de la OCDE, según el documento Health at a Glance 2013.
México es uno de los países con sistemas de pensiones más débiles de los integrantes de la OCDE. Esta debilidad se explica en términos de un sistema regulatorio y de justicia endebles que hacen a estos fondos de retiro presa fácil de las administradoras.
Aunado a lo anterior, el propio Gobierno Federal obtiene financiamiento de estos fondos, situación que pone en serio riesgo el futuro de millones de pensiones en el país, pues las administradoras de esos fondos, y ahora el Gobierno Federal, son los verdaderos beneficiados y no los trabajadores.
El más reciente informe de la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar) al Congreso de la Unión reveló sus estimaciones: afirma que más de la mitad de los trabajadores en el futuro no tendrá una pensión para jubilarse, debido a que no están incluidos en el SAR.
Apenas cuatro de cada diez mexicanos realizan aportaciones a los fondos para el retiro y el resto, 60 por ciento de la población del país, se encontrará sin una pensión al momento de su jubilación, señala el reporte turnado a los legisladores federales, quienes al parecer no se interesan en este tema porque el problema no figura en las agendas legislativas de los partidos.
Más de la mitad, 50.3 por ciento de los dos billones 410 mil 210 millones de pesos acumulados para las pensiones de los trabajadores mexicanos, se ha utilizado para financiar deuda del Gobierno Federal. Los valores públicos emitidos llegaron a enero pasado a un billón 227 mil 928.6 millones de pesos, lo que representa el 28 por ciento de la deuda interna del Gobierno Federal.
Esta enorme cantidad de recursos obtenidos de las aportaciones de los trabajadores, y que representa sus ahorros de toda la vida, hoy es un botín de administradoras y del propio gobierno, sin que alguien se ocupe por reformar el sistema de pensiones, situación que va en detrimento de la calidad de vida de los futuros pensionados.