Elecciones 2015: Adiós al presidencialismo / Martín Orozco Sandoval en LJA - LJA Aguascalientes
16/11/2024

 

El próximo siete de junio vamos a salir a las urnas para elegir a nuestros diputados y diputadas federales, desde mi perspectiva las elecciones son una fiesta democrática en la que los protagonistas somos todos los ciudadanos, una fiesta en la que la inasistencia de alguno de nosotros se echa de menos y repercute en todos.

Siendo autocríticos, los que participamos en los partidos políticos tenemos la obligación de reflexionar por qué parte significativa de los ciudadanos muestra apatía hacia los procesos de toma de decisiones colectivas y experimenta un desencanto por lo político.

Existen múltiples formas de mostrar el hartazgo por lo que nos desagrada, en el caso de los partidos políticos el voto es la herramienta más eficaz para expresar nuestro apoyo o descontento hacia su desempeño.

Pareciera que últimamente las elecciones se han convertido en una guerra de spots entre los partidos políticos; sin embargo hemos olvidado que también representan una de las herramientas más valiosas con las que contamos los ciudadanos para ratificar nuestra confianza o castigar a quien nos representa, además las elecciones  nos recuerdan a quienes participamos directamente en política que estamos de paso y que el servicio público debe de ser un honor y no un privilegio.

Los próximos comicios federales representarán una oportunidad para expresar nuestro descontento por los escándalos de corrupción, del uso de helicópteros, de la ineptitud para  responder ante crisis sociales, del golpe a nuestros bolsillos por una reforma fiscal que no funciona y no va funcionar, de la insensibilidad que el Gobierno Federal  ha mostrado ante la indignación social y de su renuencia para hacer frente a la corrupción y solapar a los corruptos.

Nuestro voto puede representar un contrapeso ante los abusos de poder y un dique contra el avance de las prácticas autoritarias y centralistas del Gobierno Federal, si no estamos satisfechos con la administración actual hay que comunicárselos. ¿Cómo? a través de un voto estratégico que propicie un equilibrio entre las fuerzas políticas e impida la conformación de un gobierno de mayoría.

Nos hace falta hacer válido el sistema de pesos y contrapesos que se encuentra establecido en nuestra Constitución, el Poder Ejecutivo tiene que darse cuenta que ya es momento de que el régimen político actual extirpe las prácticas políticas del presidencialismo mexicano.

Un voto de castigo es una forma de modificar el status quo y obligar al Gobierno Federal a revertir las múltiples crisis por las que atraviesa el país. Hay un desencanto por lo político y no podemos negarlo, pero en la medida que veamos cómo influye nuestra participación, y mucho, en las decisiones que toma el gobierno, ese hartazgo puede ir disminuyendo.


¿Por qué votar? Porque es una forma de manifestar nuestra aprobación y descontento, porque es un mecanismo de control del poder y de rendición de cuentas mediante el cual  el ciudadano castiga o refrenda su apoyo al gobierno en turno.

Está en nuestras manos impedir que se reinstale un régimen político anacrónico, está en nuestras manos erradicar los vicios del presidencialismo, salgamos a las urnas el siete de junio y  hagámoslo.


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