Hablemos de podcasts / Bocadillo - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Primero lo más importante y primordial. Mad Men, el final de los finales, se estrena hasta el domingo 5 de abril en su reproductor de torrents de confianza (recomiendo Popcorn Time y Cuevana Storm), así que cualquier chaqueta mental acerca de por qué la gente no cambia, la hemos hablado en la columna pasada o bien es tema de /AUTONOMÍA (búscalo en esta edición de LJA). Es televisión que tenemos que ver de sí o sí. Igualmente se termina Better Call Saul este lunes/martes. No adelantaré mucho, salvo que tienen tiempo de ver toda la serie rápidamente por Netflix y que hasta el capítulo anterior, ahora sí ya sabemos por qué el buen Jimmy se convierte en el moralmente ambiguo Saul Goodman. ¡Eso es algo que una serie más tacaña (Lost, cof cof) hubiera tardado dos años en darnos!

 

Dentro de la cultura de disfrutar contenidos audiovisuales en línea, ya sean series o películas, hay dos cosas que en 2015 son esenciales: los famosos recaps y comentar en podcasts. Ya en esa lógica, me puse a pensar que ambos casos son contenidos valiosos por su mismo valor e incluso aquellos que los generan cuentan con un pequeño fandom. Por ahora, me aplicaré al tema de los podcasts y, en serio, toda la comunidad que se genera alrededor. En lo particular, soy fanático de los de la red Nawtico (nawti.co).

 

Los chicos Nawticos, encabezados por Asher Sandoval, Manuel Tenedor y Mauricio Lechuga; graban cada semana una cantidad algo intoxicante (¡programas de casi tres horas!) y deliciosa de contenidos que le hablan muy directo y derecho a un demográfico muy especial. Gente como yo. Algo así como los YouTubers y su conexión con las tweens y teens. Nomás que estos camaradas hablan a banda de un tanto más edad, que videojuega, ve series, están obsesionados con Jurassic Park y han vivido en carne propia el piterismo. Nunca suelo participar en el chat en vivo de Ya Te Digo, su podcast con más alcance, ni tampoco me gusta el grupo de Facebook, pero pasa algo muy de los podcasts: siento que conozco a los conductores y, mejor aún, me da una sensación de estar en medio de la conversación.

 

Luego de un accidentado comienzo en 2006, los podcasts volvieron más o menos el año pasado a estar en el spotlight de los que consumimos contenidos en línea. La razón es sencilla: realmente ya todos podemos hacerlos y transmitir, debido a la ubicuidad de los smartphones, la calidad de los micrófonos integrados y el nulo conocimiento técnico que hoy en día se requiere. ¡Todos traen en el bolsillo un instrumento para generar o recibir un pod! ¿No es increíble eso? Antes el pero eran las velocidades de conexión o lo prohibitivo de un buen reproductor MP3.

 

En La Jornada Aguascalientes solemos grabar el podcast Algo Que Decir con dos celulares, empatando el audio por medio de una palmada, editando de manera eficaz y usando plataformas relativamente económicas como Soundcloud para compartirlo con la audiencia. Esta producción, hace 5 años hubiera requerido equipo algo caro, infraestructura dudosa con intermediarios todavía más misteriosos e incluso el trasladarnos fuera de la oficina para grabar.


 

Si quisiera algún objetivo particular con esta columna, sería que los lectores que aman la radio y que siempre han deseado hacerla, junten a algunos amigos y se pongan a grabar una conversación amena, dinámica e informada. Necesitamos más podcasts. Necesitamos más contenidos en general. Ya basta de los mismos de siempre, ¿no creen?

 

[email protected] | @masterq

 


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Francisco Trejo Corona

Coordinador en LJA.MX y Tercera Vía // @gonodropio en Twitter

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