Desconfianza y participación ciudadana / Debate electoral - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Fernando Landeros @landerosIEE

Para que se pueda considerar que un sistema democrático funciona adecuadamente es requisito indispensable la existencia del acuerdo y apoyo ciudadano, basado en un clima de confianza y cooperación entre gobierno y gobernados. en nuestro país, dichas condiciones aún se encuentran en vías de consolidarse.

Desde hace años, México está inmerso en la transición democrática, bajo la cual se ha realizado un profundo rediseño institucional con miras a lograr la tan deseada consolidación de la democracia, y el hecho de que la mayor parte de los ciudadanos consideren a la democracia como el sistema de gobierno más idóneo, para el país no resulta suficiente, ya que el nivel de desconfianza hacia las instituciones, lejos de disminuir o permanecer estático, va en aumento, por lo que resulta de vital importancia sumar esfuerzos en las tareas de construcción de ciudadanía desde las instituciones hacia la población, en sentido inverso e inclusive ciudadanía -ciudadanía, pues la desconfianza es patente entre la propia población, ya que a nivel nacional y local, de acuerdo al Informe país sobre la calidad de la ciudadanía (México, 2014), el setenta y dos por ciento de los encuestados manifestó desconfianza interpersonal.

En relación a la confianza sobre las instituciones públicas, los resultados tampoco son positivos, ya que derivado del citado estudio realizado por el Instituto Nacional Electoral y el Colegio de México, en Aguascalientes una sola institución (el Ejército) supera el cincuenta por ciento de la confianza de los encuestados, mientras que el resto de las instituciones consideradas en el estudio cuentan con un nivel de confianza que fluctúa entre el veinte y el cuarenta por ciento.

No obstante lo anterior, me gustaría destacar un dato prometedor acerca de  Aguascalientes, y es que de acuerdo con dicho estudio, nuestro estado constituye la entidad federativa donde los ciudadanos realizan el mayor número de actividades altruistas, ubicándose dentro de los tres primeros lugares en al menos cinco actividades, destacando a las donaciones a la cruz roja, aportaciones en casos de desastres y para beneficio de la comunidad, junto a la donación de sangre, por lo que podemos concluir que la ciudadanía de Aguascalientes, en casos particulares, actúa activamente a favor de su entorno por encima de la media nacional.

La materia electoral no se escapa de esa desconfianza y muestra de ello lo constituyen todos los mecanismos de seguridad y vigilancia que se encuentran insertos durante los procesos electorales, desde incluir la imagen del ciudadano en la credencial para votar como mecanismo de identificación del elector y a la vez de seguridad, la marca que se hace en el pulgar del votante, los sorteos para designar a los ciudadanos que el día de la jornada electoral recibirán y contarán los votos, sin olvidar la autovigilancia entre los mismos actores políticos contendientes, al incluirlos en todos los actos del proceso electoral. Los anteriores son sólo ejemplos de la infinidad de mecanismos dispuestos para garantizar el cumplimiento de los principios de la función electoral, en buena medida, emanados de la desconfianza, resultando evidente la complejidad de la organización electoral en nuestro país que finalmente redunda en un costo económico de grandes dimensiones, que sin embargo ha resultado necesario para construir un sistema del que los ciudadanos tenemos un grado de confianza por encima de los demás mecanismos a cargo del estado; el cual ha sido reconocido internacionalmente por las garantías que ofrece al electorado, logrando asegurar el irrestricto respeto a  la voluntad ciudadana manifestada en las urnas.

A pesar de lo anterior, la participación ciudadana en materia electoral no resulta la idónea y una muestra de ello se observa en el promedio de participación de las últimas siete elecciones intermedias en nuestro estado (incluidas federales y locales), celebradas desde 1995 es de tan solo 46.18% (la menor de ellas fue de 39.75 en 1995 y la mayor de 60.63 en 1997), de lo que se desprende la existencia de un alto abstencionismo que afecta de muchas maneras a la consolidación democrática, ya que la legitimidad con la que las autoridades abordan el poder se ve disminuida y en contraste a ello, la toma de decisiones se vuelve más compleja al carecer en buena medida, del aval de la población.

La participación ciudadana, bajo la figura del observador electoral, es de importante análisis, para ello considero relevante comenzar con el presente proceso electoral, donde si bien la cifra de participación es baja (diecisiete registros en Aguascalientes hasta el pasado veintisiete de  febrero), ello se debe a que regularmente la ciudadanía asocia la labor del observador a la jornada electoral; por lo que en la recta final (cuyo límite para el registro es el próximo treinta de abril) se augura un incremento sustancial, pues la participación bajo tan importante figura ha venido en ascenso, clara muestra de ello lo fue el pasado proceso electoral local, que compartía la característica de ser intermedio y en él se alcanzó el máximo histórico de observadores electorales en nuestro estado, con setecientos sesenta y dos de ellos en contraposición al proceso electoral de dos mil uno, donde sólo participaron veinte ciudadanos.

El próximo 7 de junio más de cuarenta y seis mil jóvenes tendrán la oportunidad de ejercer su voto por primera ocasión, ellos constituirán parte del segmento conformado por los ciudadanos de dieciocho a veintinueve años que representan alrededor del treinta y seis por ciento de la lista nominal, con ello, la presentación de propuestas a través de plataformas electrónicas y en particular en redes sociales será fundamental para incentivar la participación ciudadana, mecanismo que además permite la interacción entre electores y candidatos.


Si bien el distanciamiento entre ciudadanía y Estado no se resuelve con el simple hecho de salir a ejercer nuestro voto, considero que estamos ante una nueva oportunidad para buscar una mayor vinculación, que la emisión de nuestros votos sea sólo el inicio de un involucramiento cada vez más sólido, recordemos que si lo que buscamos es una democracia real y funcional, es imperativo que se cuente con ciudadanos organizados, que en primera instancia ejerzan su derecho al voto y que lo hagan acompañar de congruencia al no ser parte de abusos e infracciones y a su vez los denuncien si son víctimas de ellos, que de manera permanente exijan de sus autoridades la rendición de cuentas de sus actividades y hagan uso de los mecanismos de transparencia dispuestos para tal efecto y que aparte de vigilantes, propongan y auxilien en la implementación de soluciones a sus problemas, es decir, buscar ser parte en la toma de decisiones.

Fuentes de información:

Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, INE-Colmex, 2014.

Estadísticas del padrón electoral y la lista nominal, INE, Consultado el 6 de marzo de 2015.

Estadísticas a propósito del día mundial de internet, INEGI, 17 de mayo de 2014.

Memorias electorales de los procesos locales 2001, 2007 y 2013, IEE.

Twitter: @LanderosIEE

Facebook: Facebook.com/landerosiee

 


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