- Durante una semana, el grabador mexicano trabajará dos placas donde se acompañará de algunos fragmentos de poesía
- Para el grabador defeño, el espacio lo hace más el artista que los objetos por sí mismos
Invitado por la Fundación Andrés Vázquez Gloria, el artista plástico contemporáneo René Freire llega a Aguascalientes a trabajar durante toda la semana dos placas que conjuntarán su proyecto de grabado con la peculiaridad de que las obras estarán acompañadas de fragmentos de poemas elegidos por el propio autor.
Inspirado por el clima lluvioso y gris, confesó que este proyecto fue sacado del cajón de los recuerdos, pues desde hace varios años pensaba trabajar con la poesía como tema fundamental pero lo mantuvo guardado hasta que encontrara el momento idóneo para su aplicación.
“Me encanta este clima tan londinense, el gris del cielo y el agua es tan inspirador que me recuerda a mi obra El olor de las lluvias; qué grata coincidencia venir a trabajar con este clima.”
Su asistencia es parte del proyecto anual de la fundación con las residencias de artistas con trayectoria, las cuales son personales y se efectúan por una semana para la creación de las placas, mientras que la fundación se encarga de la edición de las impresiones.
Freire destaca que el grabado tiene la particularidad de que hacerse un tiraje (con muchas copias) puede llegarse a muchas personas, así como sucede con la poesía cuando se publica en un libro con gran tiraje, “un poema al igual que el grabado, adquiere su verdadero valor cuando mucha gente lo lee y lo ve”, en este caso, el grabado le permitirá al igual que un libro, publicar algunos versos de un poema.
Siendo un fan de las exposiciones itinerantes, este artista ha visitado Oaxaca, Tlaxcala, Guanajuato hasta Cancún, en este último pasando por una experiencia no tan grata al haber sido atrapado por un huracán, “el huracán hizo que descolgaran mi obra inmediatamente, se dañara y me preocupara, pero al final la lograron restaurar; entonces para mí esos cuadros los guardo con mucho cariño porque fueron rescatados y tienen su historia”.
Aunque reconoció la existencia de un gran desconocimiento de esta disciplina por ciertos sectores de la población también es muy buscado por otros, sobre todo con la creencia de que tener un grabado es tener un original a pesar de saber que la imagen tiene muchas copias, “cada una es como original porque se hace tan artesanalmente que entintar una y otra vez la placa le da una pequeña diferencia a cada copia”.
A diferencia de algunos que creen que siempre la primera impresión es la mejor, René Freire considera que cualquiera, tanto la primera como la última, son igual de buenas e interesantes pues cualquiera depende del cuidado que le da a la impresión el maestro.
“El grabado es una técnica llena de muchos apapachos, sobre todo los impresores que son muy cuidadosos”, inclusive hasta amorosos con las placas, los papeles, las tintas y el propio taller, por lo que para este artista mexicano no hay disciplina más fantástica que la gráfica, por lo que puede destacarse que el grabado está más vivo que nunca tanto en nuestro país como en la mayoría del mundo.
El grabador explicó que esta técnica es accesible (a diferencia de la pintura), no sólo en cuestión económica, sino también la facilidad para llegar a más públicos.
¿Qué se necesita para hacer un taller de grabado?
Para este grabador consolidado, el espacio lo hace más el artista que los objetos por sí mismos, asegurándose que “teniendo aunque sea un pequeño tórculo pequeño, ya se hizo el taller; claro, además de contar con las tintas, puntas y todas las herramientas necesarias, que por cierto no se compran todas de una sola mano, poco a poco te vas haciendo de más herramientas y de conocimientos.
“Venir a un taller que desconocía y hacerlo mío no fue cosa fácil, aunque se escuche rampántico, es todo un proceso”, razón por la cual decidió llegar desde el sábado a temprana hora para convivir con el espacio, caminarlo, respirarlo, lograr conectarse con él y empezar a trabajar de lleno en el proyecto.
¿Por qué hacer grabado?
Entrar al mundo de la gráfica fue algo de vital importancia para su vida personal y profesional, siendo pintor, grabador, artista visual, en general, Freire no podía dejar de lado la clara diferencia que hay entre la pintura y el grabado; “cuando uno pinta un cuadro desafortunadamente está destinado a pertenecer a una sola personas, o al menos que esa obra se destine a un museo; cuando uno hace una placa sabemos que, dependiendo del tiraje, ésta llegará a cientos de personas”.
De ahí su interés por salir del centro del país (Distrito Federal) con exposiciones itinerantes hacia otras entidades, pues lo considera como un trabajo más productivo al llegar a públicos sedientos de ver otras cosas.
Este autor abre la serie de residencias que Fundación Vázquez Gloria prepara a lo largo del año, donde posterior a él se invitará a Daniel Salazar, de Oaxaca, y Sergio Garval, de Guadalajara.
