¿Qué está pasando en el Estado de México? Desde hace muchos años el Estado de México fue fincado como el cinturón de pobreza del Distrito Federal. Lugares como Ciudad Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tlalnepantla, Tultitlán, Izcalli y muchos más comenzaron siendo pequeñas ciudades ocupadas con casas de cartón, carentes de servicios básicos, asentamientos irregulares y una grave falta de oportunidades laborales y educativas para quienes habitaban. Al mismo tiempo, en estas zonas se concentraron grupos pertenecientes a la seguridad pública, judiciales, policías de tránsito, preventivos, los entonces AFI, de tal forma que esos grupos policiacos comenzaron a ser el puente entre los distintos grupos criminales y la ciudadanía, pero no fueron un puente de diálogo o acuerdo, por el contrario encubrieron las acciones delictivas, aumentaron la impunidad y la corrupción.
El Estado de México es un círculo sobre el que siempre se da vueltas, no importa de dónde partamos, no importan los factores atribuibles a la violencia que se padece en esa entidad, siempre queda evidenciado que el punto de fin y de partida es el mismo. La corrupción y la impunidad en tierras mexiquenses.
Diferentes diarios de aquel lugar han publicado al menos tres factores que explican la violencia desastrosa: La escisión de los grupos criminales que ya operaban desde hace varios años en ese lugar, la llegada de grupos criminales de otras entidades y la lucha por el dominio entre todos los grupos que ahí se encuentran.
No hay día que no se dé a conocer un acontecimiento doloroso, impresionante, de la violencia que se vive en el estado con mayor influencia y donde radica la fuerza del PRI, desde los años 40 el grupo Atlacomulco ha dominado incluso más allá de esa entidad y en buena medida eso explica todo lo demás.
El poder político del grupo Atlacomulco se ha impuesto sobre el PRI esto sumado a los intereses económicos a las conveniencias, de tal forma que en esta ocasión no es Eruviel Ávila, el gobernador, quien manda, sino el grupo en mención y ciertos personajes específicamente poniendo bastante mal al gobierno del estado al que no se le encuentra ni pies ni cabeza.
Un ejemplo: recientemente Eruviel Ávila anunció la disminución del 10% de su salario y del de su gabinete, la verdad que esa acción no logrará responder a las demandas sentidas de la población mexiquense, pues los asaltos, desapariciones, violaciones, secuestros, extorsiones, homicidios y feminicidios no logran disminuir. Sin duda, las mujeres son las más afectadas en esta guerra sin tregua, tan solo la Procuraduría de Justicia del Estado de México reconoce que en el 2014 hubo 400 casos de mujeres adolescentes entre los 12 y 17 años desaparecidas, también lo aseguró Dilcya García subprocuradora de la PGJEM contra la violencia de género.
Desde que era gobernador de esa entidad, Enrique Peña Nieto se negó a reconocer la alerta de género que ocurre, nada ha cambiado respecto a las autoridades pues la respuesta de Eruviel Ávila ha sido la misma, su gobierno ha asumido que sería amarillista y alarmante reconocer la alerta así que prefieren seguir encubriendo a los grupos y redes criminales que de la venta y tráfico de mujeres han hecho un gran negocio, se han sellado pactos políticos y económicos por medio de la desaparición de cientos de mujeres y niñas porque a fin de cuentas ellas se han vuelto la moneda de cambio para que el grupo Atlacomulco permanezca en el poder tambaleante que hoy sostiene al Estado de México.
El discurso triunfalista tanto de Eruviel Ávila como de Enrique Peña Nieto respecto al estado son una clara señal, y antes que acepten el fracaso del grupo bastión del priismo nacional prefieren seguir arriesgando hasta que haya una ruptura severa, peor que Michoacán, Guerrero o Tamaulipas, sin duda alguna el fracaso del Gobierno Federal y estatal en Edomex no tarda en resquebrajar el discurso, de por sí los fusilamientos cometidos en Tlatlaya hablan por sí solos.
Entonces no será suficiente ni el maquillaje que la prensa mexiquense resguarda, hay un hermetismo recio respecto a la verdadera situación de las tierras oriundas del presidente de México, del grupo más poderoso del PRI pero ese desgajamiento de poder pronto no tendrá más excusas, así como hoy podemos mirar el fracaso del Plan Michoacán y antes de su comisionado Alfredo Castillo Cervantes que ahora está queriendo hacerse una sombra, quien finalmente no logró cambiar nada y sólo quedó en evidencia la colusión entre el gobierno y el crimen organizado. De Michoacán dirán que todo está mejor, así lo asegura Peña Nieto pero ¿y La Tuta? ¿De verdad no han dado con él o esperan porque están negociando el acuerdo entre su grupo y el mal gobierno?
Así como en el 2010 el Gobierno Federal de Felipe Calderón, presidente de la muerte, anunció que Nazario Moreno González, alias El Chayo había sido abatido en un enfrentamiento y después el 9 de marzo de 2014 lo volvió a dar por muerto el gobierno de Enrique Peña Nieto vale la pena recordar que ambas intervenciones fueron en el Estado de México, lo que evidencia la descomposición mexiquense. A fin de cuentas es un círculo de corrupción, intereses políticos, económicos y de un nivel de impunidad bastante podrido. Toda esta grave situación en el Estado de México surge de lo enraizado del grupo Atlacomulco, y ahí vuelve. Desafortunadamente, quienes más pierden en este sistema son las mujeres.
@Chuytinoco