Trabalenguas y destrabalenguas / Cocina política - LJA Aguascalientes
22/11/2024

A ver, diga usted “pájaro desengusanadorcito”. ¿Le salió bien? O se le trabó la lengua. A ver, dígalo tres veces: pájaro desengusanadorcito, pájaro desengusanadorcito, pájaro desengusanadorcito. ¡Ah! No me diga que le salió a la perfección. Vamos a ver si puede con éste otro; diga usted “inepja” ¿Difícil verdad? A ver, tres veces: inpeja, inepja, inepja. ¡Jo, jo, jo! ¿Muy difícil cierto?

Será difícil de pronunciar, pero el Inepja por sus siglas, es nada más y nada menos que el Instituto de Educación para las Personas Jóvenes y Adultas de Aguascalientes. En esta institución se alfabetiza, es decir, se enseña a leer y escribir a personas adultas; se orienta y atiende la situación de rezago de personas jóvenes para que terminen su secundaria y bachillerato y se imparte primaria y secundaria con un sistema especial para adultos.

Desde que el inquieto Miguel Ángel Juárez Frías tomó la dirección de esa institución de gobierno estatal ha habido una verdadera renovación del instituto y se ha acercado de manera realmente excepcional el servicio de educación para adultos a la población que no inició, o no pudo concluir su educación básica.

Destrabalenguas. ¿Y estoquée tiene que ver con la Cocina Política?, se preguntará usted, que aún no puede hablar bien después de andar evocando a los pájaros que desengusanan; pues resulta que no para ser ciudadanos tenemos que acceder a suficiente información para normar un criterio propio. Y sin tener las herramientas básicas como saber leer y escribir, o bien los conocimientos mínimos que forman una cultura general, resultaría desde imposible a hasta confuso normar ese criterio. En pocas palabras, para destrabar conciencias, se debe destrabar lenguas, destrabar plumas, destrabar mentes.

Miguelito Juárez Frías está empeñado en lograr que en nuestro querido Agüitas no quede persona adulta sin saber, al menos, leer y escribir. Así que vamos a ayudarle usted y yo, estimado lector, apreciable lectora, como ciudadanos de primera que somos. ¿Cómo? Hay le va.

Doña Chonita la de las gorditas. Todos y todas conocemos a alguna persona que no sabe leer ni escribir, ¿cierto? Bueno, pues anote en un papelito los datos de contacto del Inepja y entrégueselos a esa persona la próxima vez que la vea. Por supuesto que es recomendable ser sutil, con esa persona que bien podría ser Chonita la de las gorditas de la esquina. En este caso, por ejemplo, pida usted lo que coma siempre “una de rojo y una de verde” y mientras le preparan su desayuno deje caer un casual “óigame, Chonita, ¿usted fue la que me preguntó en donde enseñan a leer y escribir?, ¿no? ¡Ah, pues me confundí!, pero aquí le dejo estos datos del Inepja por si sus clientes le preguntan”. Advierto a usted que si desoye mi  consejo y le llega a Doña Chonita con un “óigame, Chona, igual y si se pone a estudiar las gorditas le van a quedar mejor, ¿no?” de antemano será mejor que se busque otro lugar para desayunar gorditas y si puede vaya ahorrando para el servicio de tintorería -que está ¡carísimo!- de su blusa o camisa que lucirán sendas manchas rojo y verde de las gorditas que una fúrica Doña Chonita le estampó por impertinente. ¡Oiga usted!

Así como con Doña Chonita, haga usted lo propio con ese joven que conoce que “se salió” de la secundaria para trabajar; con ese tío que no terminó la primaria porque “en esos tiempos no era necesario”; con ese empleado que sólo concluyó la secundaria pero tiene ánimo de superación. ¡En fin!, es cosa de traer varios papelitos con los datos del Inepja anotados y, “como quien no quiere la cosa”, entregarlos aquí y allá. ¿Quién puede saber? Quizá mañana sea usted la flamante madrina o el orgulloso padrino de esa persona que gracias a usted obtuvo su certificado.

El Inepja dirigido por Miguelito Juárez Frías también certifica habilidades o competencias para el trabajo. Pero de eso platicaremos en otra ocasión en la cocina. Lo que no hace el Inepja es enseñar trabalenguas, ¿para qué?, si ya con su nombre tiene bastante; pero para que usted y yo podamos pronunciarlo sin problema y como profesora normalista que soy, aquí le dejo otro ejercicio: “pequeño bote de mantequilla ¿Hasta cuándo te desempequeñobotemantequillarás? Yo no me desempequeñobotemantequillaré, hasta que todos los pequeños botes de mantequilla se desempequeñobotemantequillaren”. ¿Difícil?, pues es más difícil pronunciar Inepja. ¡Ja!

Nos vemos en la próxima. Recuerde que en esta su cocina se come, se lee, se estudia y se conversa de todo; particularmente de política.


CODA ciudadano. Inepja. Ecuador #202 Edificio Continental 2º. Piso. Fracc. Las Américas. Tel. 9103100. Horario corrido de 8:00 a 20:00 horas.

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