Esta semana que concluye han ocurrido dos hechos, que desde mi perspectiva personal quiero compartir con usted amable y estimado lector; por un lado la visita a esta ciudad de Margarita Zavala Gómez del Campo, quien no necesita mayor presentación, dama en toda la extensión de la palabra, y que en el marco de la entrega del primer informe del alcalde Toño Martín del Campo asistió a conocer este acervo. Tuve la oportunidad de conversar con ella respecto de los retos que tiene el País por delante y en nuestro caso -los Panistas- también revisar el papel de Acción Nacional en esta misión.
Coincidimos ambos que hoy en el PAN tenemos el enorme reto de comunicarnos mejor con los ciudadanos, ellos están esperando respuestas ante las omisiones y torpezas de los responsables de la crisis de inseguridad que nos ha llevado a otra crisis económica incubada desde hace dos años. El precio del dólar y el de la gasolina son los síntomas más evidentes de que una vez más el “contribuyente” o sea, usted, paga los errores de la política económica del Gobierno Federal.
Mi conclusión después de haber charlado con la Señora Zavala es que hoy los ciudadanos demandan respuestas claras, amplias y concisas ante la enorme distancia y separación que existe entre la política que se traza desde el escritorio con elemento añadido el de la soberbia de una elite que no lee, no habla y no oye a su pueblo; que hasta se convencen que con el discurso hueco de “las reformas” les basta y les sobra para garantizarle a las familias mexicanas que con ello; se come y se llevan a los hijos a la escuela. Esa es su visión -peor aún-, esa es su certeza. Ese pueblo que hoy ve y siente como su ingreso es cada día más precario, no puede sentir el beneficio de que se promueva una reforma legal en cierta materia; podrá ser la energética, de telecomunicaciones o educativa, pero si antes no se tiene para pagar ni la cuenta del teléfono, el “tanque” de gasolina, la colegiatura o la cuota anual “voluntaria” de la escuela, ¿entonces?, ¿de qué hablan los políticos?, ¿de qué sirven las reformas?
Hacer política, pero, política pública en beneficio de los ciudadanos es hacer que se haga realidad la instrucción en el ejercicio de gobernar, no de legislar ni de administrar, es simple hacer que las cosas sucedan y se hagan, gobernar ¡pues!, incidir en los cambios con acciones concretas que ocasionen que los beneficios lleguen a la población, no sólo conceptualizarlos, ni imaginarlos, mucho menos añorarlos desde la burbuja del desprestigio y la incredulidad que aterrizó de golpe y porrazo en Los Pinos hace algunas semanas.
En segundo término; quiero referirme a la impresión sorpresiva y digamos nebulosa, que dejó la salida del cargo de secretario de Seguridad Pública del Estado del general Hidalgo Eddy, la sociedad de Aguascalientes exige resultados y más allá de cifras y estadísticas en informes o declaraciones políticas, se requiere la actuación eficaz y tangible que garantice el bienestar y seguridad de nuestras familias.
El presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional Francisco Guel Saldivar (el vagabundo) de manera irresponsable e inconsciente emitió un comunicado donde dicho instituto político descartaba completamente cualquier posible incremento en los niveles de violencia o acciones derivadas de la delincuencia organizada pues sostuvo con total soberbia: “que la seguridad pública se encuentra blindada y que la administración estatal ha sentado las bases firmes para que se mantenga la paz y tranquilidad de que gozamos”. Finalizando el comunicado afirmando que no hay posibilidad alguna de que se regresara al grave nivel de secuestros, asaltos, asesinatos y ejecuciones.
Horas más tarde, una tragedia; se suscitó una ejecución en el norte de esta ciudad, donde asesinan a un joven empresario en presencia de su familia en las cercanía de una institución educativa en un acto que a todos luces nos advierte que la delincuencia no cesa en sus intentos de extender su control y dominio territorial. Que este fenómeno es real y no debemos soslayar sus alcances.
La labor de los cuerpos de seguridad debe ser permanente y sistemática. Efectivamente la rotación de mandos policiacos no debe ser un factor de distracción y polémica que se abandere en temas políticos y partidistas. Si bien es cierto que la designación de los responsables de la seguridad pública de Aguascalientes es una facultad inalienable de las autoridades gubernamentales, ésta no debe ser influenciada por intereses particulares o de grupo.
El dirigente del partido gobernante en Aguascalientes no debe minimizar y restar importancia a los alcances de la delincuencia y menos, declarar públicamente escenarios irreales y ficticios pretendiendo simular para efectos de un discurso partidista, un mundo ideal y tranquilo.
El rasgo central que define a cualquier ciudad es su condición original de ser el espacio para la sociedad y ello ha influido directamente en la constante exigencia y demanda ciudadana de contar con niveles de seguridad que protejan su integridad y la de sus familias.
En la medida de que seamos responsables y no cerremos los ojos ante esta realidad podremos ir fortaleciendo nuestras condiciones que permitan garantizar nuestros desarrollo integral y una certeza de bienestar futura para nuestros hijos, que nadie quiera tapar el sol con un dedo.