Muchas economías en el mundo sufren los embates de haber tenido malas administraciones públicas a lo largo de su historia. Hemos mencionado la crisis y boquetes económicos de las instituciones federales, el desmedido afán de endeudamiento de la mayoría de los gobiernos estatales y ahora de la inestabilidad que representa que también las administraciones municipales acudan a los empréstitos como única opción de desarrollo.
Los resultados de una mala dirección del erario público es sencillo de ver. Es cuestión de sentido común prevenir un desfalco en las finanzas y sus consecuentes reacciones. No podemos gastar lo que no tenemos.
Muchos de los problemas que tenemos, en lo individual los ciudadanos, es porque nos estamos ahogando en deudas. Llegamos al extremo que hoy los mexicanos con créditos de nómina, están en búsqueda de préstamos alternos, esto quiere decir, vamos adquiriendo créditos, para pagar deudas, intereses y seguir sobreviviendo.
Durante un Foro de Vinculación Empresarial, el consejero nacional de la Condusef, afirmó, de manera alarmante que los mexicanos se están endeudando cada día más y ahorrando menos. Dijo, a manera de crítica, que es muy común que familias mexicanas recurran al crédito bancario para incrementar su patrimonio y economizan menos. Más de 25 millones de tarjetas de crédito circulan en el país, y más del 50 por ciento tiene atrasos y deudas impagables.
Al paso que vamos y con la tradición priísta de la deuda, en las administraciones públicas estamos igual. Después de que en las últimas décadas los ayuntamientos de Aguascalientes viven una crisis financiera y de conflictos políticos en el estira y afloja de la revisión de cuentas públicas, a estas alturas pretenden recurrir, una vez más al vicio del empréstito. Aunque al iniciar cada administración los alcaldes se apuran a decir que no ven lo duro sino lo tupido por un presunto desfalco financiero de las arcas municipales. Cada tres años vemos a mártires del sistema tomar las riendas de sus respectivos ayuntamientos, haciéndonos creer que las cuentas están prácticamente vacías y que se trabaja con lo que se tiene, por eso tardan luego hasta un año en ponerse a desquitar.
Esta evasiva y el sin fin de proyectos con que inician son el pretexto perfecto para acudir a la que pareciera es su única opción: el endeudamiento.
El problema es que dejan ayuntamientos hundidos en deudas, con obras sin concluir, proyectos sin realizar, compromisos financieros por doquier y acreedores como si los regalaran.
Nuestras finanzas están muy dañadas, las constantes reestructuraciones de la deuda pública no reflejan la terrible realidad, pues la economía para continuar con los servicios públicos y continuar con obras está sujeta con alfileres y en cualquier momento una desestabilización podría desencadenar una crisis en la administración pública. Pese a la opinión de las calificadoras, no podemos tapar el sol con un dedo, Aguascalientes ya no se puede seguir endeudando, pues está comprometiendo cada vez más la estabilidad y confiabilidad crediticia.
La noticia de un nuevo empréstito sacudió esta semana a la opinión pública, que experta o no, sabe que hablar de nuevos endeudamientos en nuestro estado es complicado por la facilidad con que se adquieren y con tan peligrosa cotidianidad. La Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Cabildo Municipal de Aguascalientes validó el dictamen para solicitar endeudamiento por 120 millones de pesos a fin de atender diversos programas de infraestructura hidráulica contemplados en el Plan Integral de Mejoramiento de la Operación Hidráulica.
Señalaron desde el Cabildo, bajo la vigilancia escrutadora de la alcaldesa, que los recursos provenientes de ese endeudamiento adicional del Municipio, se sumarán a los 118 millones aportados por el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y a 40 millones que aportará la empresa concesionaria del servicio de agua, Proactiva Medio Ambiente CAASA, para totalizar 278 millones.
Dicen en su exposición de motivos y más que nada para aligerar el golpe que esta decisión representa, que las inversiones permitirán el ahorro de 10 millones de metros cúbicos de agua al año, además de ofrecer el servicio de agua potable en las tuberías de la ciudad por 21 horas al día, en lugar del sistema de “tandeos” que prevalece actualmente en buena parte de las colonias. Sin embargo, aclaran en una acto extraño de honestidad, que esos beneficios no serán inmediatos, sino que se comenzarán a notar una vez que esté ejercida la inversión y las obras terminadas, esto quiere decir, que probablemente nunca lo verán nuestros ojos, y peligro, ni los de nuestros hijos, porque estamos, a estas alturas, arrastrando proyectos inconclusos de por lo menos seis administraciones.
Pero los esfuerzos del Municipio para minimizar el impacto mediático negativo y hacer más tersa la mezquina negociación van más allá, con una campaña de incredulidad, convenciéndose a sí mismos que la posición de liquidez del Ayuntamiento de Aguascalientes es una de sus “fortalezas” crediticias, y además ayuda a amortiguar sus finanzas ante cualquier choque inesperado, según el documento titulado Opinión Crediticia, Municipio de Aguascalientes, elaborado por la calificadora Moody´s y que la administración del Ayuntamiento se encargó de difundir a diestra y siniestra.
La realidad es que la reciente negociación con la banca privada no dotó de una clasificación buena, sino que sólo les recomendó a los gobiernos moderar sus endeudamientos, pues aunque se tiene credibilidad crediticia, no se debe ver como única opción.
La deuda pública está soportada en las participaciones federales, con lo que se comprometen programas y obras, pues todo fluctúa en torno al panorama económico nacional e internacional. Nuestros intereses a pagar no están congelados, por el contrario, cada año varían más y la erogación de presupuesto municipal es mayor año con año. Las finanzas del mundo, del país, del estado y de los municipios no son estables y merecen tratarse con moderación, no ser irresponsablemente comprometidas cada vez que se requiere dinero para hacer obras de relumbrón, esperando, como dirían por ahí, “la vanagloria inmerecida” que la foto del evento de inauguración de colocación de primeras piedras genera.
El presupuesto de egresos del Ayuntamiento para el año 2012 asciende a dos mil 375 millones de pesos, sin contar las participaciones y aportaciones federales. El hecho de porqué no ajusta es la prioridad que se le da a gastos personales, nóminas, viáticos y otros estipendios innecesarios. El 80 por ciento del presupuesto va para ese tipo de gastos. Ante ello, los que tiene que tomar la última decisión deben de recapacitar, reflexionar dejando de lado sus intereses personales y partidistas.
Las campañas ya terminaron señores funcionarios, póngase a trabajar anteponiendo las necesidades ciudadanas. Aguascalientes ya no está para endeudamientos, hay que buscar alternativas de financiamiento como el ahorro y el frenar gastos absurdos.
Busquemos soluciones ciudadanas, no negociaciones políticas, es por el bien de México.
* Presidente del Movimiento Ciudadano