De seguro ha escuchado esa frase que dice de la moda lo que le acomoda, sobre todo cuando alguien quiere justificar a otra persona, casi siempre de su agrado, por el mal gusto en su vestimenta. “Mira nada más a mi prima, bueno, de la moda lo que le acomoda, sí, pero se ve fatal, pues es lo más decente que tiene”. Cuando esa frase es utilizada por la enemiga se complementa con toda clase de adjetivos calificativos que para qué le cuento.
El atuendo retro está de moda, cierto, voltee y seguro tiene un hipster cerca de usted, o pasó a lado de uno esta mañana camino al trabajo, ¡Qué onda maestro, el look es la neta!, bueno, sí puede ser eso de andar con el bigote al estilo francés o italiano, con lentes de pasta con aros grandes, corbata de moño y calcetines de colores llamativos, léase azules, rojos, amarillos, es lo de hoy, aunque a ciencia cierta los portadores de sendos atuendos no le den un sentido al portar un look de esas características; a final de cuentas el chiste es verse y sentirse, pero no serlo.
Y yo creo que en la política mexicana pasa lo mismo, lo retro está de moda y no me refiero al estilo de trajes, peinados y lentes, sino a la forma de conducirse como mandatarios, jerarcas de la nación.
Pareciera que el díazordacismo regresa a los aparadores de la política. Los asesores del actual presidente de la República han estudiado bien la personalidad y la manera de gobernar de Gustavo Díaz Ordaz, a quien entre otros milagritos, se le cuelga la matanza de Tlatelolco; pero no sólo eso, este personaje buscó controlar los movimientos obreros para evitar riesgos, ¿cuáles? Huelgas, marchas, manifestaciones, sindicatos, escándalos mediáticos, todo eso que ahora con firmas de pactos y reformas estructurales se pretenden mitigar.
Del bienestar social ni se diga, aquel célebre personaje dijo impulsar los servicios para que el pueblo tuviera acceso a salud, salario digno, vivienda, educación; haga de cuenta como los compromisos firmados por Peña Nieto.
Una figura autoritaria, negligente y retrograda, amante del discurso intimidatorio. La moda regresa, los discursos presidenciales comienzan a tornarse así, el reclamo, el regaño, la amenaza, y ahora no sólo del primer mandatario, sino también de su señora esposa.
Noam Chomsky, uno de los colaboradores internacionales de esta casa editorial, excelente lingüista y crítico social, señala diez estrategias de manipulación, una de ellas hace alusión a este fenómeno. La estrategia de diferir; apunta que para aceptar una decisión impopular es indispensable presentarla como dolorosa y necesaria, obteniendo la aceptación pública en el momento, para una aplicación futura.
Señalar que hay grupos de mexicanos que lo único que quieren es desestabilizar al país y evitar el desarrollo de nación que tienen proyectado el Gobierno Federal es el primer paso para después justificar la violencia en un discurso que no está lejos de pronunciarse.
Luego por eso cuando nos dicen nuestras verdades la diplomacia se pone fúrica y pide explicaciones…
Me refiero a la calidad moral con que el presidente de Uruguay José Mujica fijó su postura el fin de semana en la revista Foreign Affairs Latinoamérica con relación a los problemas por los que atraviesa nuestra nación.
Textual: “es terrible que se caiga en ese tipo de cosas. A uno le da una sensación, visto a la distancia, que se trata de una especie de Estado fallido, que los poderes públicos están perdidos totalmente de control, están carcomidos.”
La pregunta es ¿dijo algo fuera de lugar, su percepción dista de la realidad en la que vivimos, no tiene argumento para aseverar tan “dura” postura?
Mal visto por la diplomacia, la cancillería mexicana exige una explicación, nos tiramos al drama, al piso, nos sentimos ofendidos pedimos que se disculpe o que matice sus comentarios; ¿se fija?, CENSURAMOS, tapamos lo que nos incomoda, cerramos canales que nos molestan, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) citó al embajador de Uruguay en México, Jorge Alberto Delgado Fernández para que aclare por qué José Mujica tachó a esta nación como un Estado fallido.
¿Tan delicado es que un presidente de otra nación señale como Estado fallido a la República Mexicana?
Reitero, si no fuera verdad el gobierno mexicano estaría en todo su derecho, pero cuando la realidad rebaza la percepción de Mujica…
La SRE entonces atina a decir que le resulta sorprendente las declaraciones del presidente uruguayo y las rechaza categóricamente. Le voy a poner un ejemplo, usted lleva toda la vida viviendo en el mismo fraccionamiento o colonia, su vecino también, con el paso del tiempo no se ha generado una verdadera amistad entre ambas familias pero se respetan y cuando es necesario se apoyan, un buen día usted percibe que su vecino está teniendo dificultades familiares, pareciera que de no parar los problemas ellos acabaran desintegrados; en una de esas, cuando usted va a la tienda de la esquina por leche y pan, el dependiente del establecimiento, sabedor que vive a lado de la casa de los Peña, le pregunta qué percibe, qué cree que esté pasando, y entonces usted, con toda la libertad de expresión comenta que el jefe de familia de la casa contigua a la suya tiene un problema de control y que se le está saliendo de las manos el conflicto interno; entonces el tío de la familia Peña se entera, se ofende y le pide a través de su compadre que no sea chismoso y ofrezca una disculpa a los Peña, quienes viven en completa armonía y sin ningún problema.
Desde mi mundana percepción, eso fue lo que pasó pero a niveles diplomáticos, “La Secretaría de Relaciones Exteriores reitera la importancia de sus vínculos históricos de amistad con el pueblo y gobierno de Uruguay, a quine nunca les ha faltado la solidaridad del pueblo y gobierno de México”.
Y para no quedar mal con… ¿con quién, con el pueblo o con el gobierno mexicano? José Mujica matiza y hace su apunte final hacia este sentido: “Estos países (se refiere a los latinoamericanos) no son, ni serán, Estados inocuos o fallidos, porque tienen cimientos precolombinos históricos y capital político en sus partidos y las decisiones democráticas, que están por encima de sus fortunas hoy. No podemos ser menos que en solidaridad con el pueblo mexicano y su sistema político, incluyendo su gobierno” citado del The international Bussiness Times.
Don Pepe, con todo respeto, no se raje, si ya lo dijo dicho está, no tiene que quedar bien con un Estado fallido, no nos están saliendo las cosas. Mire cómo estamos que hasta el líder moral de la izquierda mexicana renuncio al partido que el mismo fundó.
Twitter: @ericazocar