La silla se ve grande / Jorge López Martín en LJA - LJA Aguascalientes
21/11/2024

 

En los momentos más importantes de la vida se debe de tener la sensibilidad, la determinación y la valentía  para tomar la decisión adecuada que influya e impacte correctamente en el sentido que deseamos; imagine usted a los antiguos marineros de los barcos de velas ordenando en el momento justo, izar una vela o virar el timón en medio de una tormenta para permanecer a flote, es posible que si cualquier capitán de aquellos navíos hubiera desempeñado la actitud que el presidente Peña ha asumido en estos días; aquel navío estaría en la profundidad de las aguas.

Tres crisis y tres reacciones tardías; una de una trascendencia de tal magnitud que ofende la dignidad, la moral y hasta el alma -los desaparecidos de Ayotzinapa-, otra ofende la inteligencia, – la Casa Blanca-, es hasta infame pensar que alguien pueda creer la supuesta explicación de la señora Rivera, muy malo el cortometraje, de quinta; la última y no menos importante -el tren chino México Querétaro-, esa dará mucho más de que hablar, es hasta de humor, negro por supuesto. ¿Pero qué ha pasado con los responsables de esta grave crisis?, antiguamente a los marineros que cometían errores se les enviaba al carajo, el carajo era un lugar indeseable para ellos, un lugar en donde se pasaba frío hambre y demás penurias. ¿Irán al carajo?.

Hace un par de años estuve dialogando en Los Pinos con el aún presidente Felipe Calderón, la auténtica mano firme que empleó fue motivo para construir líneas discursivas en contra de su gobierno y de él mismo, en realidad era claro y firme en su diálogo y en su reflexión, más contundente en su decisión posterior, hoy sorprende que nadie señale que en el mismo periodo y haciendo un ejercicio comparativo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la propia Secretaría de Gobernación, haya un número altamente mayor en los homicidios, los muertos de Peña son más pero ya no hay conteos diarios ni informes amarillistas con los rostros angustiados de los narradores, esa fue pasajera, había que seguir el guión de los escritores.

El llamado “proyecto de nación” que reclamó el titular del Ejecutivo Federal a grito pelón desde Cuautitlán el martes pasado, es el testimonio más auténtico de la realidad en que vivimos, gobernar un país no es administrar las licitaciones para repartírselas a los amigos, gobernar un país como México no es posible golpeando la economía de la clase media desde una mansión cuyo costo alcanzaría para hacer una buena cantidad de escuelas, mucho menos ignorando a sus estudiantes, más homicidios, más carestía, más desempleados, un marginal crecimiento del PIB del 1%, cuando Peña lo tomó al 4% y lo prometió al 6% son un hecho que no se puede ocultar a fuerza de alaridos, que reflejan más un lamento de frustración al no poder hacer lo que se debe y tiene, cuando se dice ser: mandatario.

 


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