- Todo el servicio médico y quirúrgico será gratuito
- Fundación Proma, Club Rotario de Aguascalientes y el ISSEA operarán a 30 pacientes en este año
La fundación Proma junto con el Club Rotario de Aguascalientes y el Instituto de Salud del Estado (ISSEA), comenzarán este mes un programa de reconstrucción mamaria para pacientes con secuelas de cáncer, el cual está enfocado a personas de bajos recursos y será gratuito.
Uno de los médicos cirujanos que atenderá a tres de las mujeres beneficiadas, Miguel Jiménez Puga, explicó que el procedimiento a tratar es llamado “rotación de colgajo muscular”, que consiste en tomar un músculo de la espalda y pasarlo a la parte anterior para ponerle un implante mamario.
“Iniciaremos entre el 22 y el 29 de noviembre dependiendo de la logística del Hospital; queremos ayudarlas tratando de reencontrar nuevamente una vida digna, tomando en cuenta que sufrieron una amputación”, de manera conjunta se iniciará con estas tres cirugías, pero la proyección es continuarlas aproximadamente cada quince días o tres semanas para lograr un total de 30 pacientes en este año.
A dos de estas primeras pacientes se les hará inyección de grasa y posteriormente un injerto, ya que una de ellas tiene las dos mamas amputadas por cáncer; la tercer mujer está como candidata a rotación de colgajo muscular, “es que en el caso de esta paciente, ella tiene secuelas de radiación y la piel cuando es radiada, en muchos casos, prácticamente no sirve para una reconstrucción”.
Las tres son mujeres de escasos recursos y su estado emocional se encuentra deteriorado, siendo ésta una de las principales razones de la desunión familiar, ruptura social, depresión extrema que recae en intentos de suicidios, “el que a una mujer le amputen un seno es como quitarle parte de su ser, se sienten relegadas por el marido, ya no se sienten bien al salir a la calle, se sienten muy mal y por eso buscamos apoyarlas con la reconstrucción física”, ya como segunda etapa quedaría la atención psicológica.
El equipo conformado por las tres instancias prepararon a personal de trabajo social para que realizaran un estudio socioeconómico y psicólogo, también fueron enviadas al Hospital Tercer Milenio para que las revisaran los oncólogos y cirujanos, “todas pasaron por una minuciosa revisión para saber si ya su cuerpo podía ser operado”; de acuerdo a su edad (entre los 32 y 45 años) y grado de cáncer, se valoraron como candidatas a tal reconstrucción.
Además de ser pacientes con secuelas de cáncer todas fueron diagnosticadas como libres de la neoplasia, ya pasaron mínimo dos años desde su operación donde se les retiró la glándula mamaria y su oncólogo las dio de alta, “ahora nos toca el trabajo a los cirujanos plásticos y reconstructivos para darles una nueva vida”.