¿Qué clase de mundo es éste que puede enviar máquinas a Marte y no hace nada por detener el asesinato de un ser humano?
José Saramago
Hace una semana que el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, citó a rueda de prensa para informar sobre las investigaciones en el caso de los 43 normalistas desaparecidos el 26 de octubre y mostrar los indicios que llevaban a concluir que fueron asesinados, sus cuerpos calcinados y las cenizas arrojadas al río. Unas horas antes, se les había informado a los padres de los estudiantes. La confirmación de los hechos relatados está sujeta al análisis, por parte de especialistas austriacos, de los pocos restos encontrados. Mientras tanto, los padres no aceptan que sus hijos estén muertos y siguen exigiendo a las autoridades que aparezcan con vida.
A lo largo de todo este tiempo se ha manifestado la insensibilidad en el tratamiento de este asunto. Insensibilidad del procurador que llegó cansado y con gesto de fastidio y que nos hizo saber que llevaba muchas horas sin dormir. Fue leyendo los hechos que hasta la fecha recopilaron, acompañados con videos en los que los presuntos asesinos describían con toda la normalidad del mundo los horrores de esa noche, relatos que parecían sacados de una película de terror.
Una vez terminada su intervención, hubo preguntas y respuestas y ahí las cosas empeoraron. La molestia del procurador iba en aumento con las preguntas y se dedicó a dar respuestas incompletas, remitiéndolas casi siempre al reporte presentado y demostrando una gran prepotencia y hartazgo, hasta que el subconsciente lo traicionó y le salió la famosa frase: “ya me cansé”, misma que se volvió tendencia en redes sociales y que se está utilizando en todas y cada una de las protestas que aún se siguen realizando.
Creo que todos podemos entender su cansancio pero debió descansar antes de la rueda de prensa para dedicar el tiempo suficiente a las dudas de los periodistas, que a fin de cuentas eran las mismas que teníamos todos los ciudadanos. Parece que él no era consciente de que estaba en cadena nacional y tenía a todo el país pendiente de sus declaraciones. Definitivamente le faltó sensibilidad al procurador en toda su actuación, incluida la pésima idea de informar los hallazgos un día antes del viaje del Presidente a China.
Cuando la rueda de prensa terminó, todos nos quedamos con la necesidad de saber algo más, necesidad de que los analistas nos dieran sus puntos de vista, de que alguien recogiera la terrible ansiedad y malestar que dejó la noticia, pero no fue así, las televisoras reiniciaron sus programación habitual con la misma superficialidad de siempre y como si nada hubiera pasado. Únicamente algunos canales retomaron el tema y hasta pasaron en directo las declaraciones de escepticismo que dieron los padres de los normalistas desaparecidos.
Falta de sensibilidad demostraron los medios al anunciar que el Presidente iba a dar un mensaje a la nación sobre los hechos que acababa de informar el procurador y lo que nos presentaron fue el discurso en un acto con industriales que, sin bien reprobaba lo ocurrido y se comprometía a castigar a los culpables, formaba parte del discurso preparado para el evento. Lo adecuado hubiera sido dedicar unas palabras a los mexicanos sobre el triste suceso sin aprovechar otro acto.
Falta de sensibilidad demostró también el Presidente que en vez de ir a Iguala se fue a China. Es posible que ese viaje fuera muy importante para México, máxime cuando acababa de cancelar la concesión para construir el tren rápido, México-Querétaro, a una empresa del gobierno chino y seguramente había muchos temas de interés que justificaban el viaje, sin embargo, estoy segura de que los chinos hubieran entendido perfectamente que, dadas las circunstancias, el Presidente hubiera preferido pasar con su gente el trago amargo de un desenlace triste y macabro y posponer unos días el viaje.
Falta de sensibilidad de aquellos que utilizaron y siguen utilizando las marchas de los padres, familia y amigos de los 43 normalistas desaparecidos, para realizar actos vandálicos, como quemar edificios históricos o saquear comercios y pretender que, con esa violencia, cese la violencia en nuestro país. Aunque a estas alturas todos saben que es gente sin escrúpulos que reciben un pago para armar revueltas y que la opinión pública no vea con simpatía las marchas. Sin embargo, de poco les está sirviendo, puesto que todo el mundo apoya el movimiento de los padres y desea que cuanto antes tengan la certeza de lo ocurrido con sus hijos.
Falta de sensibilidad de políticos que utilizan estos hechos para lucirse y de paso evadir la responsabilidad que tienen al respaldar candidaturas de personas poco honorables, demostrando con ello que no existe una verdadera mística en sus partidos y que se mueven más por el interés que esperan obtener que por un auténtico espíritu de servicio y amor a la patria.
Hay muchas más manifestaciones de insensibilidad en el tratamiento que se la ha dado a la desaparición de los 43 normalistas. Es un asunto lleno de agravios por desinterés, omisiones y corrupción, aunque para ser precisos, todo esto empezó hace mucho tiempo, con cacicazgos, miseria, desigualdad y falta de oportunidades; por tanto, todos los que directa o indirectamente la provocaron o la mantuvieron, son los verdaderos responsables.
Twitter: @petrallamas