- Ni la Comisión de Vigilancia ni el OSFAGS se han decidido a trabajar a fondo
- Durante la legislatura saliente se insistió en la necesidad de aclarar dudas contables
Fue en 2010 cuando el Poder Legislativo cayó por última ocasión en la muestra auditable que el Órgano Superior de Fiscalización de Aguascalientes (OSFAGS) genera cada año para cumplir con sus obligaciones de ley.
En dicha oportunidad la LX Legislatura aprobó, de una sola vez, las cuentas públicas de 2008, 2009 y la del primer semestre de 2010. Los priistas Gerardo Sánchez Garibay y Edgar Bussón Carrillo se desempeñaban como presidente de la mesa directiva y primer secretario, respectivamente, mientras Antonio Martín del Campo, hoy alcalde capitalino, cumplía con las funciones de segundo secretario.
Este lunes 3 de noviembre se cumplirán cuatro años sin actividad fiscalizadora en uno de los tres poderes del Estado. Gilberto Carlos Ornelas, diputado por el Partido de la Revolución Democrática en la legislatura saliente, recordó que la fiscalización fue promovida, aunque sin frutos, durante el pasado periodo constitucional.
–¿Era difícil el proceso de fiscalización, por qué no se fiscalizó al Congreso en sus tres años como legislador?
–El Órgano Superior de Fiscalización durante la LXI Legislatura fue algo inestable y azaroso. Pasando el primer año de ejercicio hubo presiones internas y externas y se terminó con la renuncia del anterior auditor superior. Inclusive se dijo de una auditoría externa al OSFAGS que nunca se hizo pública por completo, solamente se conoció por algunas filtraciones. La de Deloitte.
–¿Cuando era diputado sentía que era necesario auditar al Legislativo para despejar dudas?
–Yo recuerdo perfectamente bien que tanto el grupo parlamentario de Acción Nacional como un servidor solicitamos que esa auditoría se diera a conocer. A final de cuentas en la Comisión de Vigilancia, donde se había ordenado, decidieron que se debería guardar cierta discreción. Aún en esas condiciones se dijo “que se clarifique lo más que se pueda”.
“En la coyuntura de Deloitte se decía que de una vez se hiciera todo a fondo. Tengo la impresión de que lo que ha faltado en el órgano es la decisión. Lo más conveniente sería auditar a todos los poderes o al menos fiscalizarlos suficientemente. Lo que ha faltado es la decisión de hacerlo, aunque a veces dicen que hay falta de recursos administrativos para hacerlo: auditores, contadores, falta de personal. Es lo que se ha argumentado”.
Carlos Ornelas dijo que en el último ejercicio constitucional se vivió una etapa de reformas a la Ley de Fiscalización Superior del Estado, lo cual colaboró con el retraso en las tareas del ramo. La Comisión de Vigilancia, presidida por el priista Arturo Robles Aguilar, hizo las veces del Órgano Superior de Fiscalización mientras el vigente Arturo Solano López era nombrado a cargo de un edificio que llegó a estar custodiado por la policía.
En aquel entonces la “importantísima” Dirección de Planeación quedó suprimida del organigrama del OSF. Además comenzaron las confusiones con la Comisión de Vigilancia, se consideraba que los informes elaborados no eran del todo satisfactorios.
“Hay que decirlo con toda claridad -añade el perredista-: decidir qué entras a auditar le corresponde plenamente al Órgano Superior de Fiscalización en ejercicio de su autonomía, esa decisión la puede tomar con la Comisión de Vigilancia, la comisión es el órgano político, perfectamente podría solicitar que se hiciera a tales o cuales entes para solventar dudas”.
“La Comisión de Vigilancia y el Órgano Superior de Fiscalización no tienen ningún impedimento, ni ahorita ni antes, para auditar a cualquier poder del Estado. La Comisión de Vigilancia se lo puede pedir, lo puede acordar para que se haga este año. Siempre ha habido esa posibilidad”.
–¿Cuando la Comisión de Vigilancia decide reservarse la auditoría de Deloitte usted sintió que intentaban cuidar alguna espalda?
–De eso hace tres años. Lo que se dijo en tribuna fue que era para no evidenciar las causas por las cuales fue removido el auditor. Ordenar una auditoría externa, pagarla y luego ocultarla es un despropósito. Reservarla fue un error de la Comisión de Vigilancia, un episodio lamentable, hubiera sido mucho más sano sacarla adelante.
–¿En la legislatura pasada vio bancadas interesadas en la no fiscalización?
–Sencillamente había criterios diferentes. Obviamente que la oposición del PRD y del PAN siempre pugnó por la mayor fiscalización, luego llega a haber en el Legislativo quienes piensan que la fiscalización es una agresión. Muchas veces manifestamos que una correcta fiscalización es un fortalecimiento a los gobernantes porque de esa manera pueden incrementar su credibilidad y la confianza ciudadana. Nunca falta quién vea que una fiscalización rigurosa puede ir en un afán de ataque político. Es resultado de la poca cultura en transparencia y rendición de cuentas.
“Creo que siempre es saludable que no solamente el Poder Legislativo, sino el Judicial y los órganos autónomos cada año sean lo suficientemente bien fiscalizados para que no haya dudas. Es importante que los poderes políticos y los órganos públicos fortalezcan la credibilidad sobre la base de la transparencia”.
Pie de foto: Algunas auditorías son interpretadas como ataque políticos, mencionó el perredista Gilberto Carlos Ornelas.