Lo dije y lo repito, Del Toro es un dios del cine y todos los proyectos en los que tiene alguna participación sin duda tienden a ser extraordinarios, El libro de la vida no es la excepción y aunque realmente esta cinta es dirigida por Jorge Gutiérrez, en muchos momentos es fácil distinguir las inconfundibles huellas del cineasta mexicano.
Esta película visualmente es espectacular e indiscutiblemente está a la altura de los mejores filmes de animación de Hollywood, quizás con la excepción de aquellos producidas bajo el sello de Pixar, pero tampoco se queda muy atrás de éstas, no obstante, lo que le pueda faltar en lo concerniente a tecnología lo suple hermosamente con colores, formas, magia e imaginación. Alguien me comentó que era como ver una cinta de Tim Burton en tecnicolor y la verdad es que creo que es la mejor manera de describir -y homenajear- este largometraje.
Desde los primeros momentos en los que la historia nos introduce al mundo mágico de San Ángel -el mero ombligo del universo- parecería que entramos a una fiesta dedicada a los sentidos, al lado que volteemos hay un detalle, un color, un sonido, una figura y una forma que parecen colocadas ex profeso para brindar calor y alegría al corazón, y cuando aparece La Muerte –La Catrina para los espectadores hispano parlantes- los espectadores mexicanos (y sobre todo los aguascalentenses) estamos listos para explotar de orgullo, y eso que, para ese momento, sólo han transcurrido pocos minutos de la proyección.
Uno de los elementos que más disfruté de esta experiencia que es El libro de la vida fue la manera en que Gutiérrez presenta las tradiciones de nuestro país sin usar clichés que resultaran denigrantes para nuestra cultura, pintándola como es y aprovechando para compartirle al mundo un poco de nuestro acervo y eso a pesar de que la cinta no deja de ser una producción norteamericana.
La cinta comienza con un grupo de pequeños norteamericanos quienes, durante lo que parece ser una típica visita al museo, terminan siendo parte de una misteriosa excursión que los lleva a conocer las tradiciones mexicanas del Día de Muertos. La guía les comienza a contar una historia que lleva como personajes principales a La Muerte (Catrina para los que la vieron en español) y su esposo Xibalba, ella diosa de la tierra de los recordados y él de la de los olvidados, al parecer estos personajes llevan años discutiendo y peleando porque ella reina sobre una región de fiesta y color eterno, mientras que él está a cargo de una verdadera pocilga.
La Muerte y Xibalba se enfrascan en una apuesta que tiene que ver con el futuro de tres niños humanos: María, Joaquín y Manolo, el resultado de esta competencia tendrá importantes repercusiones tanto para los vivos como para los muertos, y pronto nos damos cuenta de que el abusivo dios no piensa jugar derecho.
Quizás lo más débil de este largometraje es precisamente la trama, pues es bastante sencilla y sin profundidad, por momentos uno podría pensar que el esfuerzo de la producción fue demasiado como para tan poco argumento, sin embargo, a mí me parece que haber complicado más la historia, le hubiera restado impacto al resultado final, pues, por un lado, las audiencias extranjeras se hubieran distraído con la historia y no hubieran apreciado en su totalidad el bagaje cultural que les estaba siendo compartido, los espectadores infantiles se hubieran terminado cansando y, todos los demás, hubiéramos perdido la oportunidad de tomarnos el tiempo de disfrutar de los detalles -principalmente visuales- que cada escena tenía para ofrecer.
Lo cierto es que El libro de la vida fluye como agua ante el espectador, la cadencia y ritmo de la historia desde los créditos de entrada hasta los de salida son los adecuados para mantenernos interesados a lo largo de los 90 minutos de proyección, además del banquete visual, hay -tanto en su versión en inglés como en la de español- los suficientes chistes, comedia y chispazos de genialidad para tenernos a todos contentos. Bueno, con decirles que hasta las canciones me parecieron adecuadas, con todo y que las película animadas cantadas no son lo mío.
A mi gusto, esta película está hecha para disfrutarse más de una vez, sobre todo si tienen la oportunidad de escucharla en ambos idiomas. Además, ésta es una de esas contadas ocasiones en que, a ojos cerrados, recomiendo la versión en 3D, pues si en dos dimensiones resulta maravillosa, en tres es simplemente ¡deliciosa!
Productor: Guillermo del Toro, Brad Booker, Aaron D. Berger y Carina Schulze; Director: Jorge R. Gutiérrez; Guión: Jorge Gutiérrez y Doug Langdale; Edición: Ahren Shaw; Música: Gustavo Santaolalla; Voces: Channing Tatum, Zoë Saldana, Diego Luna, Christina Applegate, Ice Cube, Plácido Domingo, Kate del Castillo, Hector Elizondo, Cheech Marin, Ron Perlman, Danny Trejo, Ana de la Reguera, Eugenio Derbez, Gabriel Iglesias y Ricardo Sánchez; Duración: 1 hora 35 minutos.