No todos los hombres tienen una idea medianamente adecuada de la mujer, para ello hace falta un interés complejo, y casi todos los interés que el hombre experimenta hacia la mujer son demasiado simples.
Simone de Beauvoir
Que alguien asesore al alcalde de la capital Antonio Martín del Campo, urge que alguien se acerque a su oído y le diga que no nos importa lo que para él sea el derecho, que el derecho no es una dádiva, que el derecho se cumple y punto.
Cómo es posible que en pleno día de conmemoración del 61 Aniversario del Voto de la Mujer en México y en un evento organizado por el Instituto Municipal de la Mujer de Aguascalientes, salga el alcalde de la capital a dar semejante declaración: Las cuotas de género son un error.
Ya me imagino la cara de la titular del IMMA cuando lo escucha decir semejantes cosas pero ni hablar, la farsa no puede durar toda la vida, es más no dura ni toda la administración que le fue otorgada al panista Antonio Martín del Campo.
En el día del sufragio femenino en México salió a declarar que en su gobierno hay igualdad, veamos de qué igualdad habla. El gabinete de Martín del Campo está abrumadoramente compuesto por varones, la igualdad no sólo se prueba con acciones sino que a tales acciones corresponden a final de cuentas números. ¿Cuántas mujeres hay en su gabinete, dos o tres? Mientras varones hay más de 15 y la pregunta crucial ¿cuánto ganan? ¿y cuál es la diferencia de salarios entre por ejemplo la mismísima titular del Instituto de la Mujer y cualquier otro de sus secretarios? Si la diferencia supera el 35% menos de sueldo para ella, eso correspondería a los diagnósticos que se han hecho en los distintos niveles de gobiernos de México y en el sector privado, donde en general las mujeres ganamos ese porcentaje menos por el mismo trabajo, en el mismo puesto. Tanto el INEGI como el Instituto Nacional de las Mujeres cuentan con estas estadísticas.
Como siempre la explicación a una desafortunada muestra de misoginia de los políticos es decir que la igualdad no es necesaria, que las cuotas de género no aseguran nada y toman esa salida bastante simplista, decir que en su gobierno están los hombres y mujeres por su capacidad, sí, cómo no, porque si eso fuera realidad ya varias cabezas del gabinete hubieran sido cambiadas porque hay algunos que francamente ya no hay donde ponerlos, pero así son los compromisos políticos, las cuotas de partido y ni modo, pero que raro que a esas cuotas el alcalde no proteste como sí lo hace al tema de mujeres.
Ha sido bastante obvio que el tema sobre la equidad y la igualdad no son del agrado del presidente municipal, desde su campaña como candidato se encargó de manifestarlo. El margen de relevancia que le ha dado a los asuntos de las mujeres a sus necesidades y demandas pasan de noche en la actual administración.
Cuando Juan Antonio Martín del Campo dice “para mí todos son igual, para mí nadie vale más, nadie vale menos…. ya que la mujer por sí misma tiene la capacidad y la experiencia” se contradice sin duda los puestos en su gabinete no los dio por ninguno de los dos motivos que él declaró, los dio porque las barajas políticas van acomodando sus cartas en este punto no hay que querer tapar el sol con un dedo.
Desde luego que las mujeres tenemos la capacidad y experiencia pero son sus propios atavismos los que le hacen voltear y sólo mirar hombres como candidatos a tal o cual puesto.
Y para cerrar con broche de oro, una última perlita de sabiduría emanada de la lucidez puramente masculina: “el principal obstáculo por el cual no hay tantas alcaldesas o gobernadoras, es la mujer misma, ya que por lo menos dentro del PAN las mujeres no se quieren animar a lanzarse a un puesto de elección popular, pero en el momento en que quiera hacerlo y se decida obtendrá un gran crecimiento, la mujer tiene temor a que se le vaya a “bloquear” por parte de sus compañeros”.
No sé qué es lo que más siento, si indignación o risa al escucharlo, caray, qué falta hace el oficio de la política, el pensarnos con justicia, con libertad y dignidad, qué falta hace el reconocernos como humanidad. ¿Cómo es posible que a 61 años todavía haya quien crea que es un error asegurar la paridad de las mujeres? Si las mujeres representamos el 56% de votantes,¿qué es lo justo? Qué ceguera hay hacia la historia, luchas y resistencias de las mujeres.
La verdad es que no está de acuerdo con las cuotas de género porque tradicionalmente el ámbito público ha sido terreno masculino, porque eso significa dinero y poder político, porque mantenernos a las mujeres en casa les asegura servicios domésticos, sexuales y de autoestima gratuitos. Porque se han repartido el mundo sin nosotras.
Algunos hombres no miran las capacidades políticas de las mujeres, su potencialidad, principalmente porque lo que buscan obtener es justo eso que les quita el poder a ellas y así seguir conservando su estatus alfa.
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@Chuy Tinoco