Venidas del mismísimo CAASA y sin la voz tipo “Chabelo” que responde la contestadora del 073, llegan dos solicitudes: la de derecho de réplica y la de un café de olla preparado por esta cocinera. Y como en este treintañero diario es un Derecho que se respeta sin cortapisas, pues ahí le va, estimado lector, querida lectora, lo que me hizo llegar Ignacio Macías, gerente de Comunicación Social de la empresa. Esto en relación al artículo CAASA y las pesadillas, publicado el martes pasado en este espacio.
Esta mañana he leído con sumo cuidado su participación en la Columna “Cocina Política” del diario La Jornada Aguascalientes y antes que nada, como funcionario de Proactiva Medio Ambiente CAASA deseo ofrecerle una sentida disculpa por las molestias que se provocaron dada la reciente avería del Pozo 037 con que se abastece a la zona adyacente al perímetro ferial, que asumo le afectó en su domicilio particular. Debo decirle las circunstancias que rodearon la situación: (1) El domingo 28 de septiembre a las 09:15 am el equipo de bombeo sufrió daño electromecánico que impidió su operación normal, requiriendo programar a personal y equipamiento especializado para la maniobra de extracción del aditamento. (2) El lunes 29 de septiembre se iniciaron dichos trabajos por hasta 12 horas y poder colocar un equipo provisional ya que el dañado tiene especificaciones de operación mayores para abastecer a un grupo de 9 colonias con las que se abastece a casi 2 mil 300 viviendas. En el entendido que no fue suficiente esta acción correctiva (insisto que provisional), se procedió al abastecimiento complementario a través de carros cisterna que entregaron sin costo agua en aljibes y hasta en depósitos como tambos y/o cubetas. (3) Una vez que, previo procedimiento de reparación especializado con el fabricante (ubicado en la Ciudad de Querétaro), se reinstaló el equipo adecuado la noche del 02 de octubre en maniobra nuevamente de 12 horas, que permitió poner en funcionamiento el pozo el día 03 a las 06:50 am. Debo decirle que en eventos de este tipo es difícil hacer una comunicación preventiva a la población dado el hecho que se trata de percances técnico operativos súbitos que, sin embargo, son posibles de detectar con mayor oportunidad a través de nuestro sistema de Telemetría (Centro de mando y monitoreo de los 208 pozos con que se da servicio al Municipio Capital). Para efectos de mejorar nuestra calidad de servicio telefónico, nos gustaría que nos diera a conocer su domicilio y consultar el histórico de llamadas recientes en el Call Center y revisar por qué pudo haber habido tanta demora en la toma de su llamada. Sin otro particular por el momento, quedo a sus órdenes en espera de su información y reiterándome a sus apreciables órdenes. Atentamente.
Servido, Sr. Ignacio Macías. Con gusto le haré llegar la dirección que nos solicita, en donde le esperaremos con un café de olla “acabadito de salir de la estufa”.
Pesadilla sin disculpas. Una pesadilla que no admite disculpa es la que estamos viviendo los mexicanos ante la desaparición y lamentablemente probable asesinato de 43 jóvenes estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
Escalofriante la realidad que nos aturde, asombra y enoja; del grado de corrupta comunidad entre quienes deberían tutelar nuestra seguridad ciudadana y el hampa.
Como orgullosa egresada de un Centro Regional de Educación Normal, el de aquí, el de Agüitas, esta cocinera se une al clamor en pro del esclarecimiento de los hechos ocurridos en Iguala, Gro., del ejercicio claro y contundente de la ley y de la administración impecable, sí, pero con todo el peso de la justicia que el Estado mexicano extravió en Iguala. Y, por supuesto, del retorno a casa de los mal logrados educadores, para poder abrazarlos, o llorarlos, para poder rendirles el homenaje que merecen por su vida, o por su muerte. Para que ellos y nosotros podamos por fin descansar en paz.
En las organizaciones de la sociedad civil, se acostumbra un farol en la puerta de la casa para que los desaparecidos se guíen con su luz. En esta cocina encendemos ese farol para Abel García, Abelardo Vázquez, Adán Abrajan de la Cruz, Alexander Mora, Antonio Santana, Benjamín Ascencio, Bernardo Flores, Carlos Iván Ramírez, Carlos Lorenzo Hernández, César Manuel González, Christian Alfonso Rodríguez, Christian Tomás Colón, Cutberto Ortiz, Dorian González, Emiliano Alen Gaspar, Everardo Rodríguez, Felipe Arnulfo, Giovanni Galindes, Israel Caballero, Israel Jacinto, Jesús Jovany Rodríguez, Jonas Trujillo, Jorge Álvarez, Jorge Aníbal Cruz, Jorge Antonio Tizapa, Jorge Luis González, José Ángel Campos, José Ángel Navarrete, José Eduardo Bartolo, José Luis Luna, Jhosivani Guerrero, Julio César López, Leonel Castro, Luis Ángel Abarca, Luis Ángel Francisco, Magdaleno Rubén Lauro, Marcial Pablo Baranda, Marco Antonio Gómez, Martín Getsemany Sánchez, Mauricio Ortega, Miguel Ángel Hernández, Miguel Ángel Mendoza y Saúl Bruno García.
En esta su cocina muchachos, la luz sigue encendida y la esperanza sigue viva.
