Estimado lector, el día de hoy hablaremos de un tema que parece lejano, el de la sucesión presidencial para el año 2018. Un momento, ¿ya es tiempo de hablar de sucesión? Apenas llevamos dos años de gobierno de Peña Nieto, y parece ser que los tiempos se han adelantado de forma importante, e increíblemente ya podemos hablar de los posibles sucesores de Peña.
En el viejo PRI, antes de Salinas, existía una figura que era conocida como “el tapado”, y no, no es un billete de lotería que se vende “a ciegas” para tener suerte. “El tapado” era la prueba final del presidencialismo imperial de Krauze, la última palabra de un presidente moribundo políticamente hablando ya que tendría que retirarse de los reflectores para dejar en el poder a su “delfín”, que en teoría sería el que llevaría adelante las reformas y políticas que quedaron truncas en su sexenio. Y los candidatos a ser “el tapado” lo que tenían que hacer era las mejores políticas o manejo de medios siempre y cuando se tuviera la anuencia del Presidente. Como el ya fallecido eterno líder de la CTM, Fidel Velázquez, anotó en una ocasión: “El que se mueve no sale en la foto”, dando a entender que si había alguien con agenda propia muy probablemente sería relegado y tendría que aceptar la decisión del Presidente Tlatoani del PRI. Eso fue sucediendo sin problema alguno (hubo ciertas revueltas al respecto en la primera mitad del siglo XX, pero al ser sofocadas con la muerte de muchos de los “guerrosos”, ya nadie se movía y aceptaba los designios del Presidente-dios), hasta la sucesión de 1988, donde Miguel de la Madrid, siendo de la vieja escuela, da paso a la nueva generación del PRI, la de los tecnócratas que estaban representados por Carlos Salinas de Gortari, por sobre la tradición, que estaba representada por el cachorro revolucionario, el que de niño jugó en los jardines de la residencia de Los Pinos, Cuauhtémoc Cárdenas, el hijo del general.
Es sabido lo ocurrido cuando salió a la luz pública el nombre del “Tapado”, muchos se plegaron y acataron la orden presidencial, pero uno de ellos, el hijo del general Cárdenas, se opuso totalmente a la elección, y no sólo eso, sino que se separó del PRI, y creó el Frente Nacional de Reconstrucción Cardenista, conocido como el Ferrocarril, para ser candidato a presidente. Las elecciones fueron turbias, oscuras, y el famoso momento clave, la caída del sistema operado por Manuel Bartlett, el mismo que el día de hoy es amigo de Cárdenas y se le ve en los actos de campaña del PRD, dio la elección a Carlos Salinas de Gortari.
El mismo Carlos elige de entre a sus colaboradores a su delfín, también creando división en su equipo. Eligiendo a Luis Donaldo Colosio por sobre Manuel Camacho Solís, hace que se divida su equipo, y al ser asesinado Luis Donaldo, pues no quedó más que elegir entre Camacho o Zedillo, el jefe de campaña de Colosio, y elige a este último.
Después de estos eventos, los delfines presidenciales fueron derrotados. Zedillo dio libertad y a Roberto Madrazo le fue ídem, Fox quiso imponer a Creel y Calderón le ganó la partida, y éste a su vez deseaba que Cordero fuera su redentor, y Josefina se lo impidió.
Ahora estamos ya en otro gobierno priista y desde el principio del mismo se vio claramente que la pelea por la sucesión estaba en dos vías. La primera es el amigo del Presidente, la vuelta de los tecnócratas al poder a través del Secretario de Hacienda Luis Videgaray, y la otra, Osorio Chong.
Parecía que el camino para Videgaray estaba franco. Las reformas salieron adelante y le apostaba a la recuperación económica. Desafortunadamente, la recuperación económica va a tardar sobre todo después de que Europa baje sustancialmente la tasa de interés y, por otro lado, Estados Unidos la suba. Esto llevará a que la famosa recuperación de Estados Unidos, que sería el motor de la recuperación de nuestro país, tarde más de lo que Videgaray piensa.
Pero lo que no contaban fue la jugada maestra, de ajedrecista de alto nivel que Osorio Chong hizo ante el conflicto del Politécnico, en donde parecía que todo estaba en contra y que otra vez tendríamos un conflicto estudiantil y lo desactivó de una forma tal que nadie esperaba. Se mostró como es, ante los alumnos, los escuchó y les aprobó casi la totalidad de sus propuestas.
La pelea esta mejor que nunca, hagan sus apuestas, ¿Videgaray u Osorio Chong? Me parece que por ahora Osorio Chong lleva la delantera y que tendrán que mover a Videgaray a otro lugar más visible y con más recursos para poder hacer campaña.
Al tiempo.
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