“Vamos a establecer un Sistema de Vigilancia Colectiva y vamos a ver cómo se pueden mover aquí los lacayos, vamos a implantar frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, porque si creen que van a poder con el pueblo ¡Tremendo chasco se van a llevar!, para que cuando vean que una masa de pueblo se organiza, no hay imperialismo, ni lacayos de los imperialistas, ni instrumento de los imperialistas que puedan moverse…”
Fidel Castro Ruz
Las anteriores palabras pronunciadas frente a Palacio Presidencial, hoy el Museo de la Revolución, en La Habana aquel 28 de Septiembre de 1960 por Fidel a su llegada de la ONU, darían paso a una de las organizaciones de masas más importantes de cualquier sistema político, social e ideológico emanada y sostenida por el pueblo, inconcebible de pensar fuera de la ideología comunista-socialista de Cuba e inconcebible de pensar en las sociedades actuales, sin embargo, este domingo en toda la Isla se realizará uno de los más grandes festejos populares al conmemorarse como cada año la implementación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
En mi estadía en Cuba el año pasado, uno de los mayores puntos a indagar fueron los CDR, los cuales surgen aquella tarde-noche de Septiembre del 60 en donde un par de bombazos interrumpen el discurso de Fidel, ahí con la luminosidad que lo caracteriza decide convocar e instar al pueblo para organizarse en defensa de la Revolución que apenas estaba por cumplir su tercer año (a menos de 7 meses de creados los CDR, se produce el ataque a Playa Girón por fuerzas mercenarias armadas y entrenadas por Estados Unidos, que derivó en la primera gran derrota del Imperialismo en América).
Surgen y se mantienen como una organización de masas no gubernamental que se sustenta a través de la aportación de sus integrantes, los comités están integrados por los diversos sectores de la población en la isla, desde estudiantes, amas de casa, trabajadores, obreros, campesinos, intelectuales, jubilados, docentes, etc., a su vez éstos se organizan en todo el país tanto en zonas urbanas como en zonas rurales que materializan un sistema de vigilancia popular y colectiva.
En cada cuadra, edificio multifamiliar, bateyes o caseríos de Cuba existe un CDR, que representa a esa cuadra o grupo de vecinos, conformando un padrón de 8 millones trescientos mil miembros, convirtiéndola en la mayor organización de Cuba.
A las actividades primarias de vigilancia popular revolucionaria de los comités, se irían integrando otras originadas por el pueblo y el gobierno, entre ellas, el apoyo a la alfabetización, la distribución de abastecimientos, el estudio ideológico del Partido Comunista, la protección al medio ambiente, campañas de salud y vacunación y el trabajo voluntario. Tal vez estas dos últimas las más importantes en la actualidad donde los Comités apoyan decididamente y sin remuneración las campañas del Ministerio de Salud Pública (vacunación contra la poliomielitis, donaciones de sangre o brigadas contra el Dengue hemorrágico y otras enfermedades), también el trabajo voluntario en la limpieza de las calles, el mantenimiento de los edificios, el ahorro energético, separación de residuos para reciclaje o el patrullaje nocturno de vigilancia -guardia revolucionaria-.
Los CDR de cada cuadra conforman los CDR de cada barrio en Cuba, dicho Comité también tiene como obligación fundamental incorporar a los jóvenes al estudio o al trabajo, la atención a familias con desventajas o marginalidad social y otro punto es que en cada CDR o al menos en una aproximación debe de haber un médico para atenciones de emergencia.
Al tener una estructura centralizada, se conforman comités provinciales y el nacional, así han surgido los Congresos donde se tratan y abordan los temas que pasan en los barrios, en las colonias, en las zonas rurales, siempre bajo el esquema de expresar la resistencia y la defensa de la Revolución y el Socialismo con un pueblo organizado. Todo esto lo viví de propia mano en La Habana y trasladándome por el país, la organización, la adherencia a un proyecto y las contradicciones propias de cualquier sistema llamaron mi atención, y ahí en una de las zonas más turísticas de La Habana vieja en el centro histórico en la calle Obispo se encuentra el Museo 28 de Septiembre de los CDR donde se archiva la historia de éstos.
“En cada cuadra un comité, en cada barrio revolución”, es el estribillo de una popular canción que se ha erigido en himno cotidiano de los comités, pero esta organización de masas de dimensiones históricas en el panorama político, social y económico de Cuba se da bajo el profundo pensamiento ideológico de Fidel para el desarrollo de las sociedades proponiendo un modelo participativo e integrador sostenido por el pueblo, en ese pensamiento está su concepción sobre el papel de las masas en los hechos históricos, la unidad dialéctica entre el individuo y la masa que tanto teorizaría y pondría en acción Ernesto Guevara, la organización, la preparación política e ideológica, la formación de la conciencia, la proyección ética y humanista de la convivencia vecinal, ya impensable en otras sociedades.
Este domingo 28 en Cuba será un gran día de fiesta, cada CDR de cada cuadra, en cada barrio, en cada lugar de la isla celebrará el día de su fundación, las calles se cierran al tráfico, los vecinos se cooperan para hacer diversos platillos desde yuca con mojo, ropa vieja o moros con cristianos, y para beber Ron o un buen café cubano, sin olvidar fumar un habano, es una fiesta popular masiva, se puede andar de cuadra en cuadra y de barrio en barrio celebrando la utopía, la resistencia y la dignidad de un pueblo. A esto se referiría el Che cuando expresó: “Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la Revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con sus dirigentes”.