En estos momentos en los cuales los países latinoamericanos se debaten en una crisis económica, algunos de ellos con problemas de violencia social, así como países como Argentina con problemas para pagar su deuda y siendo presionada en tribunales internacionales por el agio mundial para que pague lo que en su momento dilapidó de manera a irresponsable con medidas económicas populistas. O como Venezuela, que hasta hace unos años gozaba de una economía boyante y comenzó a dilapidar con donativos y préstamos incobrables a países miembros del ALBA, como Nicaragua, Bolivia, Cuba y Ecuador principalmente y ahora sus hospitales no tienen insumos, las tiendas no tienen mercancías y los capitales nacionales han emigrado a otros países dejando a su país en una situación desesperante y con presiones sociales tremendas se habla de que la inflación de este país está en 63.4%, un récord negativo y que es probable que en octubre que vence una deuda soberana por $6,000 millones de dólares, se cree que no podrá pagarla. Los demás países a raíz de la crisis económica mundial generada de nuevo en los Estados Unidos, todavía no pueden recuperar su estabilidad y curiosamente son los primeros en salir del problema y lo exportan hacia los demás países.
Por lo tanto, esta es una lección de que nuestros problemas los tendremos que afrontar nosotros con nuestros recursos y sobre todo con disciplina en el gasto y con trabajo. Eso nos preocupa, pues de fuera no vendrá nadie a hacer lo que debemos construir nosotros. Y no sólo eso, sino que debemos analizar y resolver problemas graves que nos tienen atados a la inmovilidad y a que no podamos avanzar por la ruta que exigen las nuevas generaciones de mexicanos en cuanto a seguridad, empleo y oportunidades de progresar en todos los rubros como educación y salud.
Viene este caso a colación porque a pesar de que por presiones de los vecinos del norte se tuvo que aprobar la reforma energética, la financiera y la de telecomunicaciones, veremos a futuro quienes son los que más se van a beneficiar de las mismas. Ahora ya que se aprobaron, la administración norteamericana recordó que tiene una frontera en el sur “conflictiva”, por la violencia que puede afectarlos en cualquier momento, pero que no reconocen que el consumo de droga en ese país, el dinero que lavan y pagan por la misma es lo que nutre financieramente a los cárteles que agobian con su violencia a nuestro país y que han hecho que las autoridades tengan que invertir cantidades colosales en la persecución de estas personas con todas las áreas de seguridad, incluyendo al ejército, la marina y la fuerza aérea, todo esto como si fuéramos parte de la “seguridad” de los Estados Unidos. Ahora nos están presionando para que en la frontera sur se detenga a los indocumentados que cruzan nuestro país para llegar al sueño americano. Ahora nuestras autoridades tendrán que hacer una nueva misión para que estén tranquilos nuestros vecinos. Esta situación ha hecho que en las cárceles mexicanas estén aproximadamente 1,219 migrantes, que muchos no han tenido acceso a atención consular y otros no saben por qué están detenidos, violándose sus derechos. Por otro lado, en la frontera mexicana están aproximadamente 16,500 soldados no nacidos en los Estados Unidos, pero que pelearon en el ejército de ese país con la promesa de que serían nacionalizados por haber pertenecido a sus fuerzas armadas y haber peleado a nombre de ese país en sus múltiples invasiones y ahora han sido deportados y en primera instancia lo hacen a nuestro país aunque no sean connacionales.
La administración Obama ha declarado que han deportado aproximadamente a dos millones de mexicanos, amén de los que se encuentran en centros de reclusión por haber intentado ir a trabajar y ahora son tratados como criminales.
Ahí tiene usted la actitud del gobernador de Texas Rick Perry, que siempre ha sido un antiinmigrante y antimexicano al grado de pedir la intervención de la guardia nacional para “sellar la frontera con México”, sin que nuestro gobierno hiciera una leve protesta por este hecho, algo lamentable. Y qué decir de los menores en ambos lados de la frontera, que son deportados, sean de la nacionalidad que sean, a México. Eso es un grave problema humanitario al que nuestros vecinos no les preocupa en lo más mínimo, pues se trata de mexicanos.
Mientras tanto, en nuestro país, el Secretario de Relaciones Exteriores acaba de visitar Cuba y ofreció ampliar sus líneas de crédito, después que hace poco se le condonaron cientos de millones de dólares que no nos pagó. Mientras, a los mexicanos que no paguen, aunque sea la tenencia, les quitan el coche. Y en cuanto a la campaña en contra de la corrupción y la impunidad, ya se anunció que Oceanografía volverá a seguir trabajando con PEMEX. Hace poco se descubrió, por una investigación periodística, que unos individuos pedían “moche” por conseguir apoyos de PEMEX a administraciones estatales y municipales para apoyar al PRI, a la fecha todo quedó sólo en la nota del día 25 de agosto en el Reforma. Si hubiera sido otro partido quizá estaríamos comentando otra historia.
El país sin duda está en estado difícil, pues la mayor parte de nuestras exportaciones son hacia los Estados Unidos y ahora nos encontramos poco menos que atados de manos, pero creo que la dignidad y el orgullo no van en las facturas.