- La violencia es efecto de otras cuestiones sociales como la falta de empleo, recursos y la convivencia
- Mientras no se generen mejores condiciones sociales, la violencia en general no podrá erradicarse
Ante esta ola de casos sobre violencia hacia los animales, sobre todo a perros y gatos callejeros, La Jornada Aguascalientes cuestionó el tema con un profesional de la Sicología, docente e investigador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, José Carlos Palacios Montoya.
En primer instancia, especificó que la violencia hacia los animales no es un asunto de sicología individual sino de sicología social que parte de la cuestión de ser una conducta de un carácter reactivo, es decir, que el sujeto está bajo ciertas condiciones de estrés y de violencia que lo hace reaccionar de una forma violenta contra los animales; “otra forma es que sea un acto deliberado, más activo que reactivo, y por lo tanto comunicativo, pero de cualquier forma son actos que tienen cierta significación que debemos remitirnos a una cuestión de violencia que está en niveles anteriores”.
Todo ello tiene que ver con el fenómeno de comunicación social en el que están implicados las redes sociales con la cuestión del meme o memética,por ejemplo, donde se trata de un mensaje que se reproduce con la misma característica que se reproducen los virus por su simpleza, ya sea una imagen, video o frase. Delimitemos que esta cuestión de la violencia es un tema muy amplio, pero, a grandes rasgos, implica cualquier forma de amenaza a la vida o en su caso a la forma de vida humana que está posibilitada, primero por la integridad física (cuestiones biológicas) pero también con la típica forma humana social.
Según Palacios Montoya, ésta amenaza a la forma de vida humana es, en primer momento, una incertidumbre que mantiene al sujeto en cierto estado de tensión y para resolverlo, lo remite a otra situación que de igual manera conduce a la incertidumbre, “dadas las condiciones que vive, las amenazas a las formas de vida van desde la falta de empleo, de recursos, de convivir con la familia y sociedad en general”.
Desde la perspectiva del pensador Slavoj Zizek, existen dos formas de violencia, una simbólica y una sistemática. La primera es ejercida entre los sujetos y tiene que ver con prácticas que están en el lenguaje y en el uso de otros artefactos de forma simbólica, como los videos de perros mutilados o colgados, “de cualquier modo estás haciendo una forma de violencia simbólica que está en un marco de una violencia sistemática y tiene que ver con un sistema político-económico”, aquí la diferencia es que la simbólica puede ser localizada y se le adjudica a alguien, pero la sistemática no, entonces permanece en el anonimato.
Quien es partícipe de la violencia simbólica puede convertirse en un “chivo expiatorio” de una situación mayor, “tienes a un sujeto que quema a un perro pero este sujeto está en una sociedad que propicia que actué de esta forma, formas privativas de derechos fundamentales para su bienestar”.
El problema es que la sociedad deposita la violencia en el exterior, decir que son los otros los que están generando la violencia con los animales comparten los videos sobre violencia, prácticas de segregación, usos peyorativos de lenguaje para referirnos a personas de este contexto, se están convirtiendo en cómplices de la violencia misma, “el punto aquí es que se trata de una asunto de responsabilidad compartida, cada quien tiene su parte por cual responder en este tipo de situaciones, hay que darse cuenta que esto es un foco rojo de todo lo que está sucediendo en el estado”, no sólo es el maltrato animal, son los robos, los asaltos, los suicidios, en sí todo aquello que ataca la vida social del ser humano, “podría funcionar en un momento seguir diciendo que somos la ciudad de la gente buena y que no pasa nada malo, pero en algún momento la realidad nos explotará en la cara”.
Para docente, vale la pena aprovechar el impulso del mensaje para develar otras cuestiones que tiene que ver con la degradación del tejido social, que igual no es exclusivo de Aguascalientes sino de todo el mundo, “tenemos que ver realmente por qué están sucediendo estas formas de violencia para después empezar a buscar las formas de corregirlas”, planteándose la situación desde un enfoque del interior de la sociedad y no sólo de un cierto sector de ella, antes de encontrar la solución se debe de conocer a plenitud el problema sin evadir la responsabilidad compartida que tenemos como parte de una sociedad.
La violencia se puede entender como cualquier forma de amenaza a la forma de vida humana, cualquier relación en la que un ser humano abuse de otro y por lo tanto establece una relación de dominación que se disfruta a costa del padecimiento de los otros. Es urgente generar atenciones reales a los conflictos y no supuestos satisfactorios que sólo atienden al momento y no al fondo del problema.
“Es vital reconocer que la sociedad es una red donde todos los actores estamos comprometidos y por lo tanto debemos entender que esa red es lo que le da uso, dirección y guía a todo lo que podemos construir o destruir dentro de una sociedad”, porque la violencia es algo que está en el entramado de la red y por contener -por así llamarlas- ondas de choque, ésta se va reproduciendo rápidamente.
De ahí el que reiterara que el tema es un asunto de sicología social más que de sicología individual porque en este caso de violencia y maltrato a los animales no se trata de hechos aislados, sino que es algo que ya tiene cierto grado de sistematicidad y que tiene que ver con una distribución del mensaje, “es que en realidad este tipo de violencia no es porque tengan algo en contra de los animales, sino porque es el mensaje con el cual sacó su frustración y se hizo viral entre la propia red social”. Por lo tanto, desde su perspectiva como sicólogo encaminado hacia la sociología, la violencia no podrá ser erradicada si no se generan las mejores condiciones sociales para evitarla, condiciones basadas en espacios de diálogo y análisis.