Dad al César lo del César… / Enredos financieros - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Estimado lector, en el Evangelio de Mateo, capítulo 22, versículos del 15 al 21, los fariseos, hombres que buscaban el rigor de la ley, hacen la siguiente pregunta a Jesús: “Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle de alguna palabra. Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle, ‘Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, que te parece, ¿Es lícito pagar tributo al César o no?’ Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: ‘Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo.’ Ellos le presentaron un denario. Y les dice: ‘¿De quién es esta imagen y la inscripción?’ Dícenle: ‘Del César’. Entonces les dice: ‘Pues lo del César devolvédselo al César y lo de Dios a Dios.’”

¿A qué viene esta reflexión? No es el afán de convertir esta columna en una evangelización, sino continuar una reflexión que ha estado en medios desde la semana pasada y tanto los jerarcas religiosos como de las autoridades hacendarias, sobre los cambios que se van a tener en la situación fiscal de todas las entidades religiosas.

El SAT expidió en su miscelánea fiscal para el 2014, que las asociaciones religiosas deberán expedir comprobantes fiscales de las donaciones obtenidas y hacer el trámite de la contabilidad fiscal y entregar dicha contabilidad a la autoridad correspondiente.

Esto no implica de ninguna forma que las Iglesias tengan que pagar impuestos, sino más bien que aquellos que donan en forma importante serán ya revisados por la autoridad para ver la correspondencia de los ingresos de los mismos.

Pero la autoridad eclesiástica ya puso el grito en el cielo. Que es un abuso, que muchas iglesias no podrán hacer el trámite, que es engrosar la burocracia eclesial, y muchos pretextos más.

Primero que nada, retomando a Jesús, al César lo del César, o más bien dicho: al SAT lo del SAT. Muchas asociaciones religiosas se la han pasado viviendo en la opulencia sin declarar UN SOLO CENTAVO, mientras que tú, estimado lector, como tu servidor, si declaramos 1,000 pesos automáticamente estamos en la báscula donde nos deben descontar el 30% del mismo. Muchas iglesias son más negocio que asociación religiosa, a través de sus misas y el costo de las mismas (una boda puede fluctuar entre los 1,000 pesos y los 5,000 después de lo que se pida), y si vemos aquellos templos donde es importante la demanda de bodas, pues tenemos ingresos de más de 80,000 pesos mensuales sólo de la renta del inmueble, que es lo que se hace. Además si tú quieres que se haga una petición especial a un difunto, enfermo, o similar en una misa, pues te piden una “cooperación” de entre 10 y 20 pesos por mención. El otro día me puse a contar todas las peticiones especiales y fueron más de 50. Sólo por eso tienen ingresos de entre 500 y 1,000 pesos diarios. 30,000 más, entonces, a la cuenta anterior. Y me falta contar la venta o renta de criptas que también a sido un negocio importante, los donativos en especie o en efectivo que muchos hacen; entonces tenemos una cantidad importante de ingresos que reciben.

Además, la autoridad quiere evitar lo que el obispo ya fallecido de Aguascalientes dijo en una ocasión: que era probable que las limosnas y donativos que se recibían eran del narcotráfico, pero que ellos las bendecían y purificaban.

Con estas nuevas reglas, lo dicho por Jesús hace casi 2,000 años toma mayor vigencia que nunca: “Dad al SAT lo que es del SAT, y a Dios lo que es de Dios”. Además, con esto espero que se eviten los excesos de parte de algunos jerarcas y sacerdotes que se sienten iluminados y grandes potentados, con vehículos último modelo a su disposición, las mejores ropas y muchos otros excesos (tanto en la comida como en relojes, sino pregúntenle a Onésimo Cepeda) y verdaderamente vuelvan el espíritu a las enseñanzas de Jesús, el ir a los pobres, el caminar hacia la perfección minimizando nuestros defectos y potenciando a nuestras fortalezas, y sobre todo, el amar al prójimo, que si no me cae bien y no lo quiero amar, pues tampoco lo tengo por qué fregar.

Así que basta de lloriqueos, este gobierno lo ha puesto muy explícito, o todos coludos o todos rabones, así que adelante, a darle al SAT lo suyo.


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