En nuestro país, según datos del INE al 8 de agosto de 2014, tenemos 25 millones 164 mil 931 ciudadanos de entre 18 y 29 años de edad inscritos en la lista nominal de electores, lo cual representa el 29.3%; y a nivel estatal tenemos 278,997 (31.68%). La magnitud de este segmento de la población le confiere una gran importancia para definir el destino que habrá de tomar la nación a partir de las próximas elecciones, por lo tanto es de esperar que en las plataformas electorales de los partidos políticos, grandes espacios les sean dedicados a los jóvenes.
Sin embargo, hay algo que nos preocupa sobremanera: cómo deberá ser la motivación para lograr la participación de este sector que se muestra tan apático a los asuntos públicos; lejanos quedaron aquellos días de reuniones estudiantiles con auténticos liderazgos y verdaderos debates en donde se tocaban temas como la Revolución Mexicana, la Soviética, la Cubana con Fidel Castro y el Che Guevara; el movimiento estudiantil del 68; el movimiento guerrillero de los setentas con Lucio Cabañas y Carmelo Cortés, del Partido de los Pobres; de las “revueltas juveniles” en Praga. En donde igual se opinaba sobre las dictaduras de América de Latina y el golpe de Estado en Chile, que de los levantamientos en comunidades indígenas de Chiapas, del Subcomandante Marcos y el E.Z.L.N. Estos intensos parlamentos juveniles parece que han pasado a la historia.
Esos educativos y emotivos encuentros con los obligados debates ya nos los hay más (al menos en Aguascalientes), la mayoría los jóvenes se han decepcionado de la política, se han vuelto indiferentes a consecuencia de las decisiones erróneas y del actuar de la clase política. Hasta cierto punto es comprensible su apatía en este tema, porque en lugar de que la política sirva como un medio de transformación y de solución a las complejidades presentes y futuras, se ha utilizado en beneficio de los poderes fácticos.
Los jóvenes son el futuro del país pero, ¿qué futuro se les está dejando si hemos permitido tanta injusticia, tanto saqueo, tanta desigualdad?; que quede claro que los jóvenes de Aguascalientes al igual que todos los que conviven en el país, tienen un derecho inalienable, el de soñar con un futuro mejor y el de aplicar la energía transformadora con el ánimo de crecer en todos los aspectos desarrollando al máximo sus potencialidades.
A las nuevas generaciones no les quedará más que seguir esforzándose por lograr un mejor estado para vivir en libertad, paz y armonía en recuerdo de los que ya lo hicieron y comprometidos con los que están por venir; para que esto suceda es necesario que se involucren en el diario actuar político que nos exige la democracia, en ella se deben de reflejar todos los pensamientos y debates para lograr la transformación de este país y recuperar lo que el gobierno federal encabezado por EPN, con las famosas reformas, está entregando en bandeja de plata a los particulares nacionales y extranjeros urgidos de riqueza y sobre todo de petróleo, esos “neo-políticos” que piensan que no nos damos cuenta que están vendiendo nuestra patria en kilómetros y a nuestra bandera ofertándola por metros…
Que la juventud despierte, actúe y proponga lo que más convenga para las generaciones venideras, que la juventud se ponga en movimiento por el bien de México, eso es lo que deberíamos de festejar en el Día Mundial de la Juventud.
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