Por: Julieta Orduña y Clara Martínez
Ahora ha surgido un teatro hecho por directores de escena que suelen escoger principalmente dramaturgos ya muertos
Maruxa Vilalta
Maruxa Vilalta (1932- 2014) fue ganadora en México con los premios de los críticos a la mejor obra de teatro por las cinco piezas que contiene la selección: Esta noche juntos, amándonos tanto; Nada como el piso 16; Historia de él; Una mujer, dos hombres y un balazo; Pequeña historia de horror (y de amor desenfrenado). Diversas obras de esta autora han sido traducidas a varios idiomas, además se han publicado y representado en México. Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de la Lingüística y la Literatura en el 2010. Vilalta fue también directora de escena, periodista y autora de las novelas El castigo, Los desorientados y Dos colores para el paisaje y del libro de relatos El otro día, la muerte.
Entrevista realizada con la dramaturga en el año 2001 durante la Semana Cultural del INEGI en Aguascalientes.
¿Cómo surge la necesidad de hacer teatro?
Fue algo que adopté en mi novela Los desorientados al teatro y desde que conocí el teatro ya no lo solté. Es como un amante celoso que ya no te deja hacer otra cosa.
¿Su percepción acerca de la dramaturgia mexicana contemporánea?
Hay grandes firmas, cerebros, compañeros, colegas, todos lo hacen muy bien. Quiero mencionar algunos de mis amigos: Hugo Argüelles, Vicente Leñero, Víctor Hugo Rascón Banda, me fascina su teatro; también Emilio Carballido y Luisa Josefina Hernández.
¿Con relación a la dramaturgia que se está haciendo en provincia?
Creo que más o menos es la misma que se hace en el DF porque todo es más o menos trashumante, todo va y viene y en provincia como que la gente tiene más dedicación, interés y entusiasmo. Los del DF estamos muy estresados, carrereados, siento que en provincia le dan más tiempo a las cosas, el tiempo que de verdad debe tener.
¿Algunas de sus obras se han presentado en provincia?
Sí, casi todas han ido a entidades de provincia, a las principales. Antes de ir al extranjero han ido a provincia.
¿Cuál de sus obras ha sido más significativa a nivel profesional?
Quizá Esta noche juntos, amándonos tanto porque se difundió mundialmente y soy de la idea que el teatro mexicano para ser verdaderamente mexicano debe ser internacional.
¿Por cuál género se inclina más en sus obras?
Al principio eran farsas grotescas, un tanto groseras porque había sátira, crítica y ahora en Las vidas de santos es realismo pero con crítica social y política.
¿Actualmente los dramaturgos se preocupan por la investigación?
No siempre, en este caso yo sí, porque hice una investigación fuerte para Una voz en el desierto que es la vida de San Jerónimo y ahora estoy haciendo para la Revolución Mexicana. Por ejemplo, Vicente Leñero tiene un teatro documental y se ha interesado mucho en la investigación y Víctor Hugo Rascón Banda, que es abogado, ha investigado muy a fondo.
A veces uno cree que las cosas están mejor hechas por uno mismo, ¿de ahí surge la idea de dirigir sus propias obras?
No, porque cuando yo dirijo a la autora la maltrato mucho, no le hago mucho caso, hago lo que a mí se me da la gana como directora y a la autora la hago a un lado; más que nada como decía García Lorca cuando leía sus versos, que los leía él mismo para defenderlos, quizá sí haya algo inconsciente o subconsciente, que yo quiero defender mis propias obras, pero cuando dirijo me olvido de la autora.
Muchos dramaturgos no aceptan que los dirija nadie porque dicen que mutilan sus obras, ¿es cierto esto?
Ahora ha surgido un teatro hecho por directores de escena que suelen escoger principalmente dramaturgos ya muertos y clásicos, entonces ellos hacen con eso lo que quieren, pero es un teatro de director de escena, pero está volviendo a agarrar fuerza el teatro del dramaturgo al que se le respeta su texto.
Su obra
En inglés, francés, checo, catalán e italiano su trabajo ha sido publicado en “Latin American Literary Review”, ”L’Avant-Scène”, “Espiral”, “Arte Teatral”, “The Best Short Plays 1973” y “Teatro Latinoamericano” y “10 Atti Unici di 8 autori d’Avanguardia”. Así como en “Teatro selecto hispanoamericano contemporáneo”, “Llibre de Butxaca”, “Agencia Dilia”, “Modern International Drama” y “Women Writing Women. An Anthology of Spanish-American Theater of the 80’s”, por mencionar algunas más.
De su producción han sido estrenadas las piezas “Los desorientados” (1960), “Un país feliz” (1964), “Soliloquio del tiempo” (1964), “Un día loco” (1964), “La última letra” (1964), “El 9” (1965) y “Cuestión de narices” (1966), la cual fue montada en catalán. Otras de sus obras dramáticas llevadas al escenario son “Esta noche juntos, amándonos tanto” (1970), “Nada como el piso 16” (1975), “Historia de él” (1978), “Una mujer, dos hombres y un balazo” (1981) y “Pequeña historia de horror (y de amor desenfrenado)” (1985).
Premios
“Juan Ruiz de Alarcón” (Guerrero) y del Festival de las Máscaras (Michoacán), a la mejor obra de 1970 por “Esta noche juntos, amándonos tanto”.
Premio Festival de Manresa al mejor director, Ramón Dagés, en 1974 por “Qüestió de Nassos”, y el Sor Juana Inés de la Cruz a la mejor obra de 1975, por “Nada como el piso 16”.
Premio “Juan Ruiz de Alarcón” (1978), así como de El Fígaro, a la mejor obra por “Historia de él”
Galardón de Dramaturgia de la Agrupación de Periodistas Teatrales y Premio de Claridades a la mejor obra de autor nacional lo recibió por “Una voz en el desierto. Vida de San Jerónimo”.
En 1992 obtuvo el Premio de la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro a la mejor obra de investigación creativa, por “Francisco de Asís”
Premio Nacional de Ciencias y Artes en el rubro de Lingüística y Literatura (2010).