- Recuerdos de la Memoria de Víctor Mora, se inaugura hoy en Casa Terán
- El trabajo de un artista es real, puede y debe vivir de sus obras: Víctor Mora
Recuerdos de la Memoria de Víctor Mora llega hoy a la galería Francisco Díaz de León de Casa Terán, demostrando que la guía de su viaje de vida es lo lúdico y desenfadado; desde el punto de vista de Gerardo García Luna, un académico de la facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México, su obra hay que leerla y observarla desde un punto de vista no académico ni de la pulcritud de la técnica sino como un hipervínculo de la emoción y del estado primigenio del dibujo.
Y es que el autor retoma aquellos “recuerdos olvidados” de su infancia y pubertad, recordados por la herencia de su madre: los patrones de ropa. Siendo una exposición construida desde hace cinco años, llega al estado de Aguascalientes para cerrar su ciclo de vida pues ya “viajó” por la Ciudad de México, Guadalajara, Querétaro y Guanajuato.
Con la ligereza y frescura que derrocha Víctor Mora, nos recibió a su llegada al estado indicando que él siempre trata de trabajar con cosas biográficas, de ahí el nombre Recuerdos de la Memoria, pues se trata de los recuerdos de su niñez con ciertas cosas que vivió con su mamá, “parte de lo que vemos de los patrones en exhibición son cosas que ella hacía en los 40 o 50 cuando tomaba clases de corte y confección”, mismos que al fallecer le tocan como herencia y le hacen recordar que cuando era niño los usaba para hacerle ropa a sus muñecos, lo cual decidió exponerlo sí de una manera artística, pero a la vez en tono de homenaje a su madre.
En el segundo cuarto podrás observar un piso lleno de vuelo, así es, vuelo representado por 100 avioncitos de papel traslúcido iluminados con una proyección que recrea la imaginación de un niño cuando juega a los avioncitos de papel; esta área fue elegida por Mora -que en un inicio contaba con 300 piezas- porque le recuerda a su época de primaria donde por el espacio tan amplio que se tenía en sus salones jugaba con sus compañeros a ver quién hacía el mejor diseño de avión y quién lograba lanzarlo más lejos.
Ambas áreas se unen con dos piezas tridimensionales en el centro, una con forma de un hombre en bicicleta representando aquel tiempo de pubertad y juventud donde se transportaba sólo en bicicleta y la segunda en forma de bailarín, “este es un viejo tíbiri que baila en la calles porque cuando estaba en la secundaria cada fin de año cerraban las calles de por mi casa y se colocaban diferentes sonideros en distintos puntos, todos paseaban de un lugar a otro bailando en la calle”.
Ambas cuentan con sellos, figurines, dibujos y formas orgánicas alusivas a las luces y vida de una ciudad, siendo éste uno de los sellos de Víctor Mora, pues debido a su gusto por viajar, observa todo y lo plasma en sus obras. Adicional a ello, el artista visual trata de conjuntar una obra con la otra para no perder el hilo de sus historias, lo que resulta que cada exposición contenga un poco de lo que tendrá la siguiente en preparación o en su caso algo que tuvo la anterior, “desde el 2006 cuando comencé con los patrones decidí evolucionarlos ahora con la moda, los maniquíes y la vanidad”, esta nueva exhibición ha sido recién inaugurada en Querétaro y seguirá su rumbo por Guadalajara y México.
¿Cómo es que Víctor Mora se adentró al mundo de las artes?
“Desde muy niño siempre me gustó dibujar y estar haciendo cositas, mi mamá decía que yo tenía una buena noción para la artes pero no había la oportunidad de que me llevara a la escuela, así que me llenaba de materiales para que yo hiciera todo lo que se me ocurriera; incluso sin saber cómo era o de que se trataba, yo quería ir a San Carlos y hacía dibujos de cómo me lo imaginaba, era chistoso porque dibujaba unos partenones griegos como si fuera así la academia.
Ya después seguí mis instintos y tomé varios cursos y talleres, pero hasta el 93 me decidí a trabajar ya más profesionalmente en esto y entré a una primer exposición colectiva, de hecho llegué a Aguascalientes en el 2001 en el Centro Cultural Los Arquitos esperando que se fijaran más en mí porque esta ciudad en particular me gusta mucho”.
Para Mora esto ha sido un trabajo de entrega total desde comenzar a crear la exposición, estudiar, elegir y conseguir los espacios para exponer y hacer todos los trabajos de gestión que se requieren para lograrla, “es que esto es todo un verdadero trabajo, no sé por qué siguen diciendo que los artistas nos morimos de hambre o que no trabajamos, claro que lo hacemos, de esto sí se vive, si no yo ya me hubiera muerto desde hace décadas”.
Reconoció que siempre antes de cada exhibición estudia, recorre, analiza, huele y vive el espacio en donde se colocará pues las artes y la cultura no siempre tienen que estar en espacios oficiales como museos o galerías, sino que mientras la obra sea de calidad cualquier espacio puede convertirse en un área expositora, sólo que antes de todo, el autor debe conocer el lugar para que lo vaya guiando a hacer más cosas nuevas.