El gobierno panista del municipio de Aguascalientes anunció que invertirá un millón 400 mil pesos para mejorar la imagen de la catedral, mientras en el otro extremo, el desfavorecido, en el cinturón de pobreza formado en el oriente por niñas, niños y madres de familia se manifiestan porque no tienen una escuela para asistir a clases.
Lo que hay es un predio donado, pero no hay infraestructura para al menos iniciar la escuela, las prioridades tanto del gobierno estatal como el municipal son otras, son gastarse millones en la remodelación innecesaria de la plaza patria y en un templo que permanece como huella indigna de la conquista, vestigios de los deseos insaciables del clero durante la colonia.
La iglesia siempre cuenta con sus fieles súbditos, quienes junto a ésta quieren compartir el poder, quienes sueñan con volver a gobernar. Por eso el estado se ha inventado que esos recovecos húmedos de piedras amontonadas, son parte del patrimonio cultural e histórico de México, lo ilegal lo hicieron legal, en buena medida para eso han inventado las leyes. Si la iglesia no puede recibir dinero ni beneficios del estado, pues ahora bajo el auspicio de estas leyes hechas políticas, se prioriza del presupuesto público la remodelación de un templo antes que la construcción de una escuela.
Ya sabemos que el gobierno municipal se “apegará a la ley” y ahí es donde radica la hipocresía, dirán que a ellos no les corresponde hacer escuelas pero lo que de ninguna manera le corresponde es andar dándole nuestro dinero a los curitas que deberían ponerse a trabajar si quieren vivir como reyes, pero para eso el gobierno panista busco la vía, los cauces para bajar recursos e irles a barrer y a limpiar el cuchitril al clérigo, mientras para una escuela, algo verdaderamente necesario para dar un paso y salir de la marginalidad, de la pobreza más cruda en que viven esas niñas y niños, no hay recursos.
Así como vimos al cura mayor José María de la Torre que le fue a torcer la mano al gobernador Carlos Lozano de la Torre para que le diera más recursos para la fiesta religiosa de la romería, igual miramos que el PAN no quiere quedarse atrás y hace visible su pago de favores políticos mandando una señal para las próximas elecciones.
¿A quién le importa que niñas y niños pertenecientes a familias de distintas comunidades excluidas de la ciudad, de la posibilidad de una vivienda, de un empleo, del esparcimiento, no tengan acceso a la escuela? Al gobierno municipal no le importa.
Mire usted si esto no es poder, sale el jerarca católico a decir que no quiere vendedores ambulantes, que espera que este año los permisos que da el municipio no sean tantos. ¿Qué le molesta al curita? ¿La muchedumbre, el olor a grasa de tacos, pozole, duros preparados, la imagen de la pobreza? ¿Eso es lo que les incomoda, eso es lo que quieren ocultar? Un gobierno que no genera empleos que no da lo mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas y además emprende una cacería contra quienes venden en la calle y quienes por cierto puntualmente dan su diezmo.
En el fondo lo que no le gusta ni a la iglesia ni al PAN es la cara de la pobreza, el olor de la pobreza, y hacen sus alianzas para favorecerse unos y otros porque si fuera de otra forma el gobierno municipal no destinaría recursos públicos a los templos ni permitiría que el cura le diga a quiénes quiere en la calle y a quiénes no, y le exigiría que se guardará sus opiniones sobre la estética urbana.
Una de las madres afectadas porque su hijo no puede ir a la escuela debido al alto costo de pasajes que representa por semana el traslado de ella y su menor, ya que la única escuela que existe en la colonia Los Laureles es de paga, asegura que el presidente municipal ya tiene en su mano los documentos del terreno donado para hacer la escuela pero que siguen sin tener respuesta. Pues colonias como Los Laureles, Ciudad Gótica, San Miguel, Lomas de Nueva York y muchas más zonas tienen el mismo problema: no hay acceso a la educación para niñas y niños. ¿No es esto discriminación? ¿No es esto una clara muestra del fracaso en política social, educativa y sobre todo económica de los gobiernos?
Cínicamente el pasado lunes en entrevista, Raúl Sosa Palos, vicario de la diócesis de Aguascalientes declaró que la iglesia católica desaprueba a los políticos que realizan actos proselitistas para conseguir votos a favor de ese partido. Mientras el sábado anterior el senador Martín Orozco Sandoval hiciera presencia en el templo donde se conmemoraban los 50 años del mercado Terán, seguro le van a pasar la factura del acarreo.
Tanto la iglesia católica como el PAN se sirven uno de otro, se benefician mutuamente, desde luego que al final la iglesia tiene sus amoríos con uno y con otro partido político y siempre “casualmente” queda del lado de quien gana. Vaya cinismo que tenemos que soportar y desvío de recursos de quienes gobiernan la ciudad y pretenden hacer un enorme templo de Aguascalientes, eso sí, dejando en las mazmorras a decenas de niñas, niños y gente pobre que afea el bello paisaje que pretenden vendernos. Su paraíso en la tierra, aunque debajo de la alfombra todo esté ardiendo.
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