Con motivo del 450 aniversario del natalicio del dramaturgo William Shakespeare, en este año en varios países se festeja al genial inglés presentando obras, conciertos de ópera y conferencias con su vasta obra. En Aguascalientes solamente se tenía referencia de que El Club Amigos de la Ópera le haría un homenaje presentando las óperas de Macbeth y Otello, con música de Giuseppe Verdi, en sus sesiones de audio y video, los últimos jueves de cada mes en el Museo José Guadalupe Posada. Sin embargo, llegó la noticia de que el teatro móvil El Rocinante estaría de gira en algunos lugares del país y una de sus plazas sería Aguascalientes. La fecha se cumplió, el 3 y 4 de julio presentaron Sueño de una noche de verano gracias a la invitación que les hizo el Instituto Cultural de Aguascalientes, en la explanada de la Universidad de las Artes.
Rocinante es un grupo de la Casa de Teatro de Pátzcuaro, Michoacán, cuyo fundador es el maestro Luis de Tavira. El montaje corrió a cargo de Mauricio Pimentel, actor, director y pedagogo, quien inició su carrera artística en 1985 y perteneció a la primera generación de actores de la Casa del Teatro A.C. Con más de 20 puestas en escena, actualmente trabaja como docente en dicha institución.
Sin duda, un montaje que de entrada se antojaba verlo por su versión un tanto moderna, la ejecución de los alumnos, y por supuesto conocer ese teatro rodante llamado El Rocinante, una estructura itinerante que ya desde tiempos del escritor Federico García Lorca se le dio impulso para llevar teatro a lugares lejanos. Sorprendente El Rocinante, con todas las características que debe tener un espacio escénico, aparatos de producción (iluminación y audio), sin olvidar la caja negra, con sus telones y escenografías; y sin dejar a un lado a su público, ofreciéndole un lugar apropiado con suficientes bancas, aproximadamente para un cupo de 100 personas en cada función, incluyendo una gran carpa que da resguardo a las inclemencias del tiempo durante las funciones, ya fuera viento, lluvia y sol. Fue una gran experiencia estar en El Rocinante, que recorre miles de kilómetros para llevar buen teatro a un lugar determinado del país.
La obra El sueño de una noche de verano, tuvo una duración aproximada de dos horas (con intermedio), se proyectó una dualidad entre lo antiguo y lo moderno, el texto se respetó tal y como Shakespeare lo escribió hace más de 400 años pero la vestimenta fue la que rompió la barrera del tiempo, mostrando a personajes de nuestra época, con algunos toques de moda retro en peinados y maquillaje. Alrededor de quince actores y actrices en escena nos contaron esa literatura que a diferencia de muchos de los textos de tragedia que acostumbraba Shakespeare escribir, Sueño de una noche de verano ha sido de la dramaturgia más socorrida por grupos teatrales por conjuntar escenas de comedia con algo de melodrama aunque con un toque de fantasía, llevando al espectador a soñar y a conocer seres imaginarios que quizá en nuestra infancia todos tuvimos. Finalmente el sueño se acaba en un acto de amor entre las diversas parejas.
Sin duda, los actos donde intervienen los artesanos atenienses, preparándose para realizar una obra de teatro en honor a Teseo, duque de Atenas, en el día de su boda, fueron de lo más simpáticos, fue algo así como teatro dentro del teatro. Con una escenografía que se ajustaba en cada una de las escenas, grandes espejos, muebles de madera, todo de lo más sencillo; no se necesitaba nada más para contar una gran historia. El lío de los amantes y los famosos triángulos amorosos que se dan en todas la épocas fueron la parte medular del trama, sin olvidar aquellos seres fantásticos como el Rey y la Reina de las hadas, y sus súbditos, que hicieron que la trama fuera más divertida. Tres ejes se dieron, los mortales de clase alta (el duque y su prometida), el pueblo (los enamorados y los artesanos) y los seres fantásticos (hadas). Genial la conjunción de esos vértices en donde el amor es la clave de todo, presente en el mundo terrenal o en el más allá.
El sueño de una noche de verano tuvo sólo dos funciones y la respuesta fue extraordinaria por parte de los espectadores (estudiantes, maestros, artistas y público en general), sin duda, Shakespeare, a pesar de esos 450 años, sigue más vivo que nunca, sus temas siguen contado las noticias de todos los días (amor, desamor, traición, ambición, poder, etcétera). Es un buen año para leer más de este autor y ver más obras de él, ¿quizá un ciclo de teatro, alguien se anima?, público hay.