El debate que se desató por todos lados derivado de la Iniciativa de Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, trajo como consecuencia más información pero menos precisa, especulaciones y opiniones que dejan claro la preocupación e incertidumbre de cierto sector de la sociedad, que a decir verdad deberíamos estar todos con el Jesús en la boca. No es que sea pesimista estimado lector, de verdad no me gusta adoptar ese papel pero en esta ocasión quiero ofrecer este espacio para descubrir la punta del iceberg telecomunicativo y que me ayude a disipar mi preocupación.
Reflexionemos sobre la Reforma Telecom.
Sobre internet.
De aprobarse la ley usted y yo pagaremos más si requerimos mayor velocidad al momento de navegar por la red. Los concesionarios podrán pedir al proveedor servicios para incrementar velocidad y ofrecer mejor calidad, claro a mayor costo.
Los proveedores podrán almacenar hasta por 24 meses sus datos y mis datos, los de su vecino y de su jefe, es decir sabrán con exactitud sus hábitos de navegación, de dónde se conectó, qué día, cuánto tiempo estuvo en la red, información personal que ni el mismo gobierno debería tener, y por si fuera poco nos podrán geolocalizar, no vaya a ser que se le ocurra poner el cuerno a su pareja o espiar a la nación. La iniciativa de ley dice que se deben resguardar los datos por si se nos ocurre participar en un hecho ilícito, ya sabe aquí todos somos culpables hasta que se nos demuestre lo contrario.
Es claro que el servicio de internet deberá mejorar si vislumbramos que el futuro llegó ya, y que todo, absolutamente todo (como en Japón) se transmitirá por la red de redes. Apostemos al lado positivo de la legislación a la par del desarrollo tecnológico en nuestra aldea global.
Sobre telefonía.
Todo es grave pero revise usted lo que reza el artículo 190, fracción VII, “Los concesionarios deberán realizar la suspensión inmediata del servicio de telefonía cuando así lo instruya la autoridad competente para hacer cesar la comisión de delitos”. Desafortunadamente esto no va a pasar durante un operativo contra el crimen organizado, usted y yo sabemos que se utilizará ante cualquier amenaza de congregación social masiva, así que, si usted organiza una fiesta de verdad grande y sus invitados tienen facha de pocos amigos, además de ser ruidosos, le pueden bloquear a usted y sus acompañantes la señal de telefonía celular, no vayan a creer que es una manifestación en contra de los diputados o senadores.
Sobre servicios y sectores.
De todo el contenido de las leyes secundarias, el fragmento que más llama la atención es lo relativo a definir la preponderancia de las empresas que ofrecen servicios de televisión y radiodifusión, de hecho por este apartado se le ha bautizado de manera informal como la “ley Televisa”, argumentando que a dicha empresa se le premió abriendo la oportunidad de adquirir más concesiones pues con esta reforma no se le considera empresa preponderante de su “sector”.
La dependencia responsable en declarar la preponderancia de las empresas de telecomunicación es el Instituto Federal de Telecomunicaciones IFT, desde antes de su discusión formal en el Senado la controversia se generó al momento de incorporar dos términos que no quedan claros, sobre todo en cómo y bajo qué criterios serán aplicados. ¿Cómo se medirá la preponderancia, por servicio o por sector, y a qué se refiere esto?
Hasta el momento, lo que se ha explicado es que el IFT deberá determinar qué empresas son monopolio o dominantes en servicios de telefonía celular, telefonía fija, televisión de paga, radio y televisión abierta e internet para evitar que una sola de ellas concentre más del 50% del mercado. De ahí el anuncio que se difundió el pasado miércoles 9 de América Móvil donde manifiestan estar dispuestos a vender parte del “negocio” para que no los consideren preponderantes por servicio.
Pero por sector, las cosas cambian, sólo se identifican dos, radiodifusión y telecomunicaciones y para poder determinar la preponderancia se sumarían los usuarios de ambos. Es así como nace y crece la duda de si Televisa es o no preponderante y pueda participar en futuras licitaciones.
Irene Levi, presidenta de Obervatel enfatiza: “Esta falta de definición es lo que llevó al Ifetel a dudar en qué casos podría declarar la preponderancia. En el caso de radiodifusión tuvo que definir si una sola empresa tiene más del 50% sumando radio y televisión o si podía dividir los servicios. Este último caso cobra especial relevancia porque si hubiera decidido que la división no era posible entre audio y video entonces hoy por hoy no tendríamos a Televisa como preponderante en radiodifusión”.
Por sector Televisa no sería preponderante y en todo caso es libre de buscar participar en licitaciones para adquirir más señales de radio y televisión.
Aunado a eso, se discutió la posibilidad de vender espacios publicitarios en estaciones permisionadas, la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión CIRT se opone categóricamente, porque considera que estos entes mediáticos ya reciben presupuesto y subsidios para su operación y sería desleal la “competencia”. ¿Será? los sistemas estatales de radio y televisión seguro cuentan con el presupuesto que las grandes cadenas manejan para la producción de sus contenidos.
También se abordaron puntos como el derecho de réplica de la audiencia y respeto a los derechos, es importante y urgente revisar lo que dice la Ley Federal de Radio y Televisión (1960) sobre todo en su capítulo tercero referente a la programación y sus contenidos.
Estamos frente a un momento relevante donde se debe prestar atención no sólo en la forma sino en el fondo de los mensajes y las empresas que se dedican a su difusión, retomemos la frase del maestro Marshall McLuhan “El medio es el mensaje”, el sector es el servicio, la forma es fondo, la manipulación es un hecho, la reflexión es necesaria y el cambio urgente, tenemos un iceberg que parece destrozará todo a su paso.
Twitter: @ericazocar