Pasar por el recorrido de las fases del continuum: de lo local a lo global, siempre resulta en un ejercicio fascinante y tremendo a lo vez, ya que el asombro inicial ante la realidad física e histórica que determina mi entorno inmediato se amplifica, se hace compleja y se diversifica a tal grado que, cuando llegamos a la visión global de nuestra Historia contemporánea y la geografía mundial en que se desarrolla, observamos un paisaje de tal pluralidad y diversidad que se desborda en la dimensión de lo inconmensurable, y por ello nos sumerge en la emoción de lo maravilloso, sorprendente y fascinante a la vez.
México acaba de ser la sede mundial de la bioética en 2014, ya que hospedó la 10ª Cumbre Global de Comisiones Nacionales de Ética/Bioética y el 12º Congreso Mundial de Bioética, los pasados días 25 a 28 de junio próximo pasado. Su presentación, a la ciudad y al orbe, es tan sobria como grandilocuente: “En tanto que tenemos claro el concepto de globalización de la economía, los mercados o las redes de comunicación e información, nuestra respuesta hacia los demás y a la conjunción vital que implica el universo, apela a nosotros no sólo en lo individual, sino en lo colectivo. Para tal efecto, la herramienta es la bioética” (Mexico 2014: World Bioethics Venue. 2013, http://conbioetica-mexico-salud.gob.mx).
Y en un solo trazo nos delinea el perfil de la tarea por hacer: “Nuestra responsabilidad ética común debe estar enraizada en la cultura, el conocimiento científico, la conciencia ciudadana y la perspectiva global, tomando en cuenta nuestra independencia en muchos sentidos, que incluye: igualdad de todos los grupos sociales, todas las expresiones del conocimiento, a todas las naciones y los continentes que existen hoy” (Ut supra). Dejando por sentado que sin importar la diversidad de actitud ética de los individuos, las sociedades y las culturas, debe prevalecer universalmente como la primera reflexión crítica de todo acometimiento humano. Y precisamente: “Es, a partir de esta perspectiva incluyente, que se requiere ver al mundo desde una posición secular, libre y universal” (…) a estos dos magnos eventos.
Si pretendiéramos hablar de una nueva ética, válida para todo el mundo, tendríamos que afirmar con el Dr. Manuel H. Ruiz de Chávez, Presidente del Consejo de la Comisión Nacional de Bioética, que: “Para algunas personas puede sonar anti-ético o sin sentido, hablar acerca de la globalización de la Ética, dado que es concebida como un asunto libre, independiente, responsable y autónomo, y como tal alguna gente ocasionalmente sugiere que puede haber tantas visiones éticas como existen individuos, grupos sociales, naciones y culturas. Sin embargo, especialmente en nuestro contexto globalizado, yo considero importante ver la ética como un fundamento esencial, en donde el respeto está relacionado con la responsabilidad hacia la vida junto con y para otros. En Medicina, desde luego, la ética siempre ha sido su piso de roca, un principio inquebrantable”.
Teniendo como antecedente la pasada Cumbre Global de Cartago, Tunisia, en septiembre de 2012, que abordó el entendimiento común sobre asunto éticos relacionados con los bio-bancos, las enfermedades infecciosas, el trasplante de órganos, células y tejidos, así como temas relacionados con el funcionamiento y panorama ético de los Comités de Investigación; la presente de México se propone -en palabras de Rûdiger Krech, Rector del Departamento de Ética y Determinantes Sociales de Salud, en la Organización Mundial de la Salud, OMS- como objetivo central: revisar aquellos asuntos éticos que por su naturaleza ningún país puede hacerlo solo, sino bajo un enfoque global; es en este preciso sentido que se habrá de revisar la evidencia última, identificar asuntos específicos relativos a dicho enfoque y, finalmente, revisar “el estado del arte” (the state of the Art) del debate ético al que estaría vinculado este mismo enfoque. En suma, la cumbre de México habrá de dar cuenta, sobre la base de un gran debate, de la identificación de las necesidades comunes. Digámoslo de alguna manera, se trata de descubrir las necesidades trasversales a la sociedad global, planetaria.
Este enfoque global, en palabras de Angus Dawson, Coordinador Adjunto de la Asociación Internacional de Bioética, IAB, se traduce como: La Bioética es mucho más amplia (que la Ética Médica), dado que comprende asuntos que están mucho más cercanos a mi propio corazón relacionado con la salud pública y la investigación ética, la ética global, la ética animal y también partes de la ética ambiental, ya que estamos hablando sobre asuntos de la pobreza, de la alimentación y de la nutrición que, por tanto, son consideraciones que deben ser parte de la Bioética. En el presente caso de México, por ejemplo, un tópico de gran relevancia consistió en analizar el asunto bioético de la migración a nivel global; así como el impacto jurídico-político que innumerables tópicos de interés humano tienen sobre la toma de decisiones a nivel bio-ético en sentido estricto; que al final, se correlacionan estrechamente y coexisten fuertemente imbricados unos en los otros.
Imposible, en estas breves líneas, reportar el vasto contenido no tan sólo de las sesiones plenarias sostenidas cada día por expertos de talla y fama mundial, o de los simposios paralelos que cubrían temática múltiple como: bioética social, ética clínica, Salud Global, migración y atención a la salud, término de la vida, ética y construcción de políticas, neuro-ética, bioética-teoría y metodología, investigación bioética, Red de Genética y Bioética, Tecnologías reproductivas, Fecundación Asistida, Consentimiento informado y acuerdo, Objeción de conciencia, etc. Bajo el capítulo de la Red Iberoamericana de Bioética se atendieron asuntos como el de la pobreza, la violencia de género, la discriminación de la mujer y de grupos vulnerables, las drogas, la migración, y un tema que me es muy cercano y de interés para la investigación: Bioética y laicidad, algo sobre lo que elaboro mi investigación para grado de doctorado y describo como: Autonomización del ciudadano laico en la toma moral de decisiones, sin sentirse culpable. A manera de un ejercicio personalizado de emancipación ética respecto de las dos ideologías dominantes a nivel global: el maniqueísmo y el cinismo, sobre cuya destrucción habrá de cimentarse la libertad y el empoderamiento personal para decidir del ciudadano común, sin la enajenación del discurso y narrativas de nivel central y dirigente a nivel mundial.
Poder comportar ese vasto sentimiento de energías que confluyen en torno a eventos como éste, es todo un reto para la imaginación y para el variado gradiente de emociones que suscitan, por ello sugiero al lector no quedarse, respecto de esta información, con una percepción de aquello que me perdí, antes bien con la sensación de aquello que está por llegar a mi vida, de eso que viene como aliento de esperanza para nuestro mundo, del sentimiento de que a pesar de todos los males, violencias y carencias que aquejan a nuestros contemporáneos hay vías de salida. La certidumbre de que son las decisiones compartidas las que pueden ponernos en la ruta de un futuro mejor para todos, tomadas desde y contra el abanico de opciones que nuestra propia indagación y reflexión crítica se nos pone en el camino. Al final, es la libertad personal que sale al encuentro de los otros, de la que depende la resolución común de nuestros problemas comunes. Bien se ha dicho, salvación es comunión y destino solidario.
