El día de hoy, estimado lector, hablaremos un poco sobre las condiciones económicas que estamos viviendo y que pueden llevar a un éxito de crecimiento en el mediano plazo.
Estados Unidos por fin parece que ha dado con el clavo y la economía empieza a repuntar en cuanto a consumo, quizá no es el indicador que más le agradaba que subiera de forma inmediata, pero la máquina de consumo americana empieza a funcionar. Gracias a esta puesta en marcha y de arranque de crecimiento, el primer trimestre fue récord en exportaciones automotrices para el país. La industria automotriz es la que empezará a hacer que el país comience a crecer. La desventaja que tiene es que muy probablemente no se vea el impacto en la economía de todos los que trabajan en estas empresas de forma inmediata. María del Pilar Martínez, del periódico El Economista, dio a conocer el lunes un artículo donde según la fundación alemana Friederich Ebert Stiftung de México el crecimiento del sector automotriz no impacta en las remuneraciones de los que trabajan allí. La empresa que más paga es Nissan en la planta Civac con un salario promedio de 419 pesos. El problema es que la planta Nissan Aguascalientes está en 225 pesos promedio, muy por debajo de ese nivel. Entonces ese diferencial no alcanza para poder visualizar un crecimiento en el consumo interno.
La baja de tasas de interés de la semana pasada, aun cuando ha sido de un sentimiento mixto para los analistas financieros, ha sido positivo en términos generales. Además, si bien es cierto que la cartera vencida de los bancos está aumentando sobre todo en los créditos al consumo, las instituciones financieras viven de hecho del préstamo, de prestar dinero, por lo que veremos una expansión del crédito y probablemente muchas instituciones “sacarán” de Buró de Crédito a muchos clientes que están por expirar sus plazos.
Si bien es cierto, la reforma fiscal ha detenido las inversiones en este primer semestre del año, muy probablemente al ver que Videgaray no cambiará su política restrictiva fiscal, pues ya para entonces la planeación fiscal estará completa para ahora sí empezar a hacer inversiones que estaban detenidas.
El impasse del mundial en la economía y el país, en donde todos estamos más pendientes del resultado de la selección mexicana que del menú del día y hasta las plantas paran operaciones a la hora que la misma selección juega (uno de los pocos países del mundo que hace eso cuando juega su selección), es una oportunidad para aquellos que están buscando el negocio.
El gobierno de Peña gracias a este impasse sacará adelante las leyes secundarias de las reformas, el problema es que muchas de esas leyes secundarias son realizadas a modo de uno u otro partido, o ganará un concesionario o empresa y los mismos legisladores aprueban al “vapor” las mismas para irse a tiempo a ver el juego de futbol. El ausentismo laboral es grande en las empresas, sobre todo el viernes donde después del juego muchos ni siquiera regresar a trabajar, sino que se siguieron de largo en la celebración del triunfo de la selección.
Los indicadores macroeconómicos que iban a la baja tienden a estabilizarse, es decir, se llegó ya al fondo de la desaceleración-recesión, es momento entonces de meter el acelerador e impulsar políticas de crecimiento económico.
El presidente Peña está a punto de obligar al secretario de Hacienda a reconsiderar o hacer provisionales unas exenciones que tanto está la Iniciativa Privada pidiendo para que se reconsidere la situación de las mismas e impulsar el crecimiento.
Todos los gobiernos tienen su punto de inflexión.
El gobierno de Peña está actualmente en el suyo, esperando que pueda hacerse cargo de la situación y lo aproveche el país que empezará a crecer, si bien es cierto, nunca a las tasas soñadas del 7% en el corto plazo, por lo menos ya pensar en tasas más interesantes y provechosas para el país arriba del 3.5%.
¿Aprovechará su oportunidad o la dejará ir?
Al tiempo, sólo al tiempo lo sabremos.
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