Estimado lector, en los medios internacionales se ha plasmado una imagen de México como la nueva potencia económica, que hay que estar pendiente de ella, como el segundo milagro mexicano y con el gobierno que logró las reformas necesarias para el crecimiento económico del país.
Mucho de lo que se lee en el extranjero es simple y sencillamente mercadotecnia sobre lo que el gobierno quiere dar a conocer y que le sea reconocido como propio y parte del “cambio” que el país necesita.
Pero la realidad es otra, en ocasiones, dura y sencillamente difícil de explicar. México, para poder salir adelante tiene retos por lograr, retos que no son fáciles ni tampoco que pueden llegar a ser del todo políticamente realizables, ya que hay que recordar que nuestro país primero tiene que pensarse en política que en el bienestar social.
El primer reto, y creo que el más importante para el país, es lograr una mejor y más justa distribución de los ingresos. Si bien es cierto la reforma fiscal a tratado de que los que más tengan más paguen a través de una tasa tributaria diferenciada, también es cierto que la política económica del país es la de ser un excelente productor de bienes y servicios a bajo costo. Esto ha llevado a una cada vez menor clase media, con menores ingresos y posibilidades de desarrollo. Hace 20 o 30 años, la clase media aspiraba con su ingreso a tener su casa propia, auto y mandar a sus hijos a estudiar a colegios particulares. Ahora la clase media está ahogada en deudas por un lado, porque su salario no le alcanza y con dos o tres trabajos, uno formal y otros que buscan atenuar esa falta de ingresos. Por otro lado, los dueños de los capitales tienen ingresos monstruosos. Tan es así que el hombre más rico del mundo (o el segundo, o el tercero, a esos niveles ya no importa) tiene su fortuna de usar y en algunas ocasiones abusar de la clase media y baja (vean las tarifas de telefonía tanto celular como local y compárenlas con las del mundo entero). Es urgente una política económica que busque aprovechar las fortalezas de trabajo del mexicano para elevar no sólo la productividad, sino también los ingresos de la población.
Además, se tiene el reto del crecimiento económico. La realidad es que desde la época de los setentas, el país ha tenido crecimientos ridículos. En aquellos tiempos, Corea era una economía que estaba a niveles de ser la mitad de la economía mexicana. Los crecimientos de ese país y la política económica han hecho que ahora la economía mexicana sea la mitad de lo que es la economía coreana. Durante el sexenio de Miguel de la Madrid se creció de forma ridícula (cerca del 0%), con Salinas y Zedillo en promedio se creció pero con graves crisis económicas que frenaron la inercia del país, y los sexenios panistas fueron francamente decepcionantes, más el de Fox que en los primeros dos años de gobierno se decreció 0.46%. El pueblo pensó que regresar al PRI traería consigo el crecimiento económico por todos deseado. La realidad es que no ha sido así. La tardanza en tener las reformas secundarias ha llevado a que el crecimiento deseado no se dé, y desafortunadamente no se dará de forma inmediata, el crecimiento será lento y eso llevará también a mayores problemáticas para la población en general.
El reto de la despetrolización de la economía es urgente. Dependemos mucho del petróleo, un bien que se pensó que iba a tener el precio por los cielos por estas fechas porque es escaso, y nos hemos dado cuenta que no sólo el precio no ha aumentado sino que además las reservas que parecían que eran de un tamaño medio, a nivel mundial, nos hemos dado cuenta a lo largo del tiempo que son todavía suficientes para otros 30 años. Estados Unidos, el principal consumidor de petróleo, se está volviendo autosuficiente, debido a que tiene las tecnologías adecuadas para hacer más eficiente la extracción del crudo en sus aguas y tierras, a más bajos costos, y la tendencia que tiene a ser más eficiente energéticamente con menos uso de energías no renovables ha llevado a nuestro país a una encrucijada. La reforma energética no es negocio por el petróleo, debe serlo por las energías alternas a las cuales no se les está apostando.
Además, el reto de incrementar la base tributaria de manera eficiente, y no hacer que los que están cautivos sean los que lleven toda la carga tributaria. México es un país donde la población no le piensa en dejar de pagar, y eso no es porque seamos corruptos, es porque no se sabe si realmente se utilizan bien los recursos. Eficiente la forma de gastar los recursos y verán cómo se pagará más.
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