Qué postura tan romántica la de los escritores ¿no cree?, siempre buscando la manera de narrar bonito, elegante, confuso a veces; en su óptica piensan que todos estamos obligados a entenderles y disfrutar de su prosa. El panorama literario se complica cuando además de decorar sus ideas con frases domingueras le inyectan una dosis de reflexión social y política, ¿cree que eso es lo complicado? No, aún más confuso cuando se cambian el nombre y dicen ser botargas mediáticas.
El pasado 25 de mayo fuimos testigos de un acontecimiento con tintes de distracción, de nueva cuenta los zapatistas irrumpieron en la escena nacional, esta vez no declararon la guerra a nadie, el otrora subcomandante Marcos anunció la muerte del encapuchado, claro, del personaje, así como cuando Bruce Wayne decide matar a Batman, sólo que el excéntrico millonario optó por convertirse en un ciudadano más y Marcos no.
Con el clásico estilo que lo caracteriza, el sub redactó el comunicado, lo leyó, cautivó la atención del respetable, arrancó suspiros entre sus fieles admiradoras y al final de la lectura dejó claro que no habrá más Marcos, ahora se llamará Galeano. Copiando la estrategia de Rubén Albarrán, quien cambia su nombre de acuerdo a la ocasión, Rafael Sebastián dijo no ser quien es y culpar a su álter ego de convertirse en una botarga, un holograma y hasta un docente de Tamaulipas.
Será todo y nada, una ilusión, un distractor mediático, un mestizo en el mundo de la desigualdad indígena, un mexicano que sabe llamar la atención de los reflectores y nada más, no es un héroe, tampoco un mártir y mucho menos un revolucionario que haya cambiado las condiciones de vida del pueblo indígena chiapaneco. Irónico, mediático y completamente vendible, Marcos, ahora Galeano, capta la atención del resto del país para recordarnos que existe desigualdad entre nosotros, que tenemos un mal gobierno que nos está llevando al abismo, que el capitalismo como lo conocemos no nos conduce a ningún puerto seguro, nos invita a reflexionar y a mirarnos pero eso es todo, ahora entiendo el por qué de la frase “todos somos Marcos”, porque esos cuestionamientos y esa postura no es exclusiva del ahora subcomandante Galeano, es una óptica colectiva, una demanda generalizada, una bomba no detonada, una conciencia colectiva que se refleja de diferentes formas en el caleidoscopio nacional. Es momento de distraer, se avecinan discusiones y aprobaciones de leyes secundarias en materia energética.
Ahí está, es parte de nosotros, Marcos es tan Galeano como Pedro Infante es tan Pepe el toro.
Pepe ya no está de moda pero su forma de vida sigue estando fuera de contexto, los más quisquillosos podrán decir que es otro producto de la mercadotecnia política, puede ser pero debo aceptar que me sigue llamando la atención, me refiero a José Mujica, presidente de Uruguay, mandatario que vive fuera del “blof” político para insertarse dentro de la clase media baja de su país. Dona el 90% de su salario para caridad, vive de manera modesta y además, además gobierna un país sudamericano. A lo lejos pareciera que este tipo de mandatarios es el que necesita México y el resto de Latinoamérica, aclaro, a lo lejos. Es tan decepcionante afirmar que ni los gobernadores, políticos y funcionarios de la izquierda mexicana pueden comportarse como “Pepe”.
No se distraiga con José Mujica, ya bastante tendrá con los partidos de la seleccion nacional de futbol que se juegan “curiosamente” en las mismas fechas en que se discutirán y aprobarán las reformas secundarias, creo que ese conductor de radio de la ciudad de México está tendiendo razón, ahora sólo falta que el “tri” llegue a cuartos de final.
A la distancia Pepe Mujica, me quedo con su ejemplo, a la cercanía Manuel Zamarripa expreso mi admiración.
El “profe” Zamarripa con un altísimo capital humano contendió para ser alcalde de su municipio, debo confesar que yo le apliqué marcación personal y me pude percatar que es un hombre de una sola pieza, no hay vuelta de hoja, con rasgos muy parecidos a los de Pepe con relación al concepto de humildad y vocación de servicio, con la visión social zapatista sin llegar a la “rebeldía” y con las ganas de sembrar la semilla de la democracia en tierra fértil, cambia la opulencia política por la camisa remangada y el trabajo hombro a hombro; gestor, promotor de la cultura la ciencia y la tecnología, el “profe” pareciera que se queda en el camino al no lograr la alcaldía de su municipio, pero no, desde su trinchera trabaja por el bien de la sociedad buscando la igualdad y la equidad entre sus compatriotas, nosotros.
Y el tricolor, abanderados en una ceremonia casi de estado, con toma de protesta y toda la cosa, solemne, protocolaria, casi majestuosa, como si fueran guerreros águila o guerreros tigre prestos a enfrentar una batalla por el honor azteca o la conquista del territorio anhelado. “En representación de todos los mexicanos desde hoy nos ponemos la verde, vamos a jugar con ustedes, con nuestras mejores vibras, creyendo en ustedes, porque ustedes creen en México, creen en sí mismos y tienen confianza para convertirse en triunfadores y escribir una historia de éxito para nuestro país”, así lo dijo Don Enrique acompañado de algunos secretarios de estado y de TODO el país.
Por favor, de verdad se lo pido, no pierda de vista que casualmente las fechas importantes de discusión y aprobación de las reformas secundarias en materia energética coinciden con las fechas de los partidos de la selección que más dinero aporta a un sector de la sociedad mexicana, unos pocos claro está, aunque en la chanca sea otra historia, pero cómo nos distrae de la realidad…
en Twitter: @ericazocar