Soy una persona especial, lo sé, sobre todo en términos de música, en esta cuestión soy tajante e intolerante, tengo perfectamente claras mis preferencias y también tengo perfectamente definido cuál es la música que no me gusta, con la cual soy, y lo digo hasta con orgullo, irremediablemente intolerante; pero no estoy aquí para hablar de mis disgustos musicales, eso sería como perder el tiempo, prefiero compartir contigo lo que sí me gusta.
De hecho es esta incontenible pasión por la música, esta melomanía crónica, progresiva, regenerativa y vital la que me ha llevado a buscar espacios en los que pueda expresar abiertamente esta necesidad, porque para mí la música es eso, una necesidad más que un simple gusto. Esta situación me ha llevado a buscar espacios en diferentes medios de comunicación, primero en radio, después en televisión y finalmente estoy hospedado aquí, en este “Recinto de lo Sagrado”, parafraseando a Led Zeppelin, en donde tengo la oportunidad de hablar de esto que tanto significado tiene para mí: su majestad, la música.
Pero antes de poder estar aquí, en donde amablemente degustas semanalmente de este banquete, permíteme, abusando de tu generosa paciencia, amable lector, ponerte en la mesa algunos antecedentes.
En 1984, el Sr. José Dávila Rodríguez, fundador de la radio cultural en Aguascalientes, hoy en día en lamentable y patético proceso de extinción, me invitó a hacer algo en su estación, la que él fundó y dirigía por aquellos años, me refiero a XENM Radio Casa de la Cultura. Empecé grabando un programa que él mismo llamó “El Rock y sus Intérpretes”, ese fue mi primer programa de radio y lo grabé el 23 de julio de ese 1984, me pasé todo lo que quedaba del año grabando programas bajo la supervisión del buen Concho, fiel colaborador de José Dávila, y finalmente salí al aire en febrero de 1985.
Durante todos esos años de formación, aunque me atrevo a decir que en la radio y en la televisión, en general, en todos los medios, el proceso de formación nunca termina, siempre aprendí a hacer radio cultural, esa es la única forma de hacer radio que conozco, la única que me gusta y la única que estoy interesado en hacer y de la radio, lógicamente, esto permea a todos los medios en los que he estado involucrado. Esto, sin embargo, es un problema, no todos los medios están interesados en ofrecer, aunque sea un rinconcito pequeño, el más oculto, a promover y difundir la cultura, por eso a veces me siento como pelota de ping pong, rebotando de un lugar a otro con el fin de abrir espacios para promover la oferta cultural, que sin embargo, y a pesar de la indiferencia de la mayor parte de los medios de comunicación, existe generosamente.
Fue así, buscando una trinchera sólida desde la cual pudiera aplacar mis ansias de ejercer un verdadero periodismo cultural, que llegué a La Jornada Aguascalientes, y aquí me tienes después de un año de haber iniciado este “Viaje Mágico y Misterioso”, citando a The Beatles, y de servirte a la mesa este semanal Banquete de los Pordioseros.
La oportunidad de hablar de la música que me gusta es invaluable, de compartir contigo, amable y paciente invitado a la mesa, los discos, las experiencias musicales, los grandes monstruos del rock o del jazz o del blues, recordar los estrenos de las grandes obras de concierto o hacer una reflexión acerca del papel de los medios en la difusión de la buena música, esos han sido más o menos los tópicos que han ocupado las líneas del Banquete de los Pordioseros en el correr de estos doce meses.
Y créeme, tú que tienes la gentileza de leerme cada viernes, créeme que es difícil, por eso me vi en la necesidad de renunciar a Radio y Televisión de Aguascalientes, porque ahí dejaron de tener vocación por la cultura, porque se han entregado a fórmulas de comunicación baratas y perecederas, y porque finalmente, “Prefiero morir de pie que vivir de rodillas”, como dijo Zapata y después citó el Che Guevara.
Por eso es tan importante para un servidor estar aquí, sirviéndote la mesa cada semana, porque me permite seguir vigente en este asunto tan apasionante que son los medios de comunicación, y porque, y esto es lo más importante, estoy convencido, sin el más mínimo temor a equivocarme, que la cultura merece una oportunidad, estoy convencido que todos los seres humanos, sin importar la nacionalidad, el nivel económico o cultural, sexo, raza o condición social, todos tenemos una tendencia natural hacia las artes, pero tenemos alrededor tantos distractores que resulta fácil olvidar o ignorar nuestra verdadera naturaleza, precisamente porque la mayoría de los medios de comunicación ha bombardeado a la sociedad con baratijas musicales o distracciones enajenantes y eso merma nuestras capacidades reales, inhibe nuestra condición humana, y en muchos casos hasta la denigra. Estoy totalmente convencido de que la promoción y difusión cultural es una necesidad social, que el contacto con el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, nos hace mejores seres humanos, más sensibles a lo que pasa en nuestro entorno, menos indiferentes al sufrimiento ajeno, por eso es que me cuesta tanto trabajo entender que los medios de comunicación se han olvidado de promover el arte y la cultura, ignoran este bálsamo, esta ambrosía necesaria, indispensable para el ser humano.
Finalmente, quiero agradecer a La Jornada Aguascalientes por darme el espacio, y a ustedes, amables comensales de este Banquete, por haberme acompañado todo este año, y espero, si Dios lo permite, seguir contando con tu asistencia semanal para degustar de este Banquete de los Pordioseros. Muchas gracias.