Aunque me confieso como poco conocedora de los cómics del Hombre Araña -y por lo mismo sé poco de los tejes-manejes de la “verdadera” historia del superhéroe- el buen Spidey siempre fue uno de mis favoritos, pues a mis ojos de niña, era el menos serio de los héroes, sobre todo si lo comparaba con Superman y Batman que siempre actuaban intensos mientras salvaban al mundo, y siendo Peter Parker un adolescente, era lógico que resultara atractivo para la población infantil.
Tengo que admitir que en la primera entrega de este nuevo Hombre Araña no me decidía del todo si me gustaba el cambio, pues para mí no existe mejor casting para el joven Parker que Tobey Maguire, pero, al mismo tiempo, creo que a nadie le ha quedado mejor el traje de Spider Man que a Andrew Garfield, cuyas larguísimas extremidades -superiores e inferiores- lo hacen parecer un verdadero arácnido cuando están enfundadas en el azul y rojo.
El caso es que fue precisamente el regreso del traje original de este personaje, y de la actitud juguetona e irreverente que le han sido devueltas al Hombre Araña en esta segunda entrega -después de que en la primera lo quisieron casi convertir en Batman-, lo que ha terminado de convencerme de que este superhéroe, interpretado por Andrew Garfield, tiene muchas cosas buenas que ofrecer en las futuras cintas de esta franquicia.
Ya hablando directamente de la película, tengo que decirles que, para mí, tuvo muchos aciertos, pero también contó con el mismo número de errores. Les cuento: Peter y Gwen tienen una química extraordinaria (tal vez debido a que son pareja en la vida real), y cada vez que están juntos en escena lo hacen con extrema naturalidad logrando transmitir al público la intensidad del conflicto que están viviendo, lo cual estaría perfecto en una comedia romántica, pero, en palabras de mi hijo, “demasiadas lagrimitas para una película de superhéroes”, y además, ya que hablamos de ellos, ¿qué ambos actores no están demasiado grandes para interpretar a jovencitos de 18 o 19 años?
Por otro lado, tenemos a Dane DeHaan que interpreta a Harry Osborn, aunque tiene una cara de desquiciado que nos hace creíble que termine convirtiéndose en un supervillano, es difícil no extrañar al Harry anterior al que le daba vida el carismático James Franco.
Si hablamos de efectos especiales y CGI, este filme ofrece de los mejores, combinando escenas de acción intensa con tomas en slowMo que recuerdan un poco aquellos tiempos de Matrix y que le van como anillo al dedo a las batallas de Spidey tanto con Electro como con el Duende Verde.
Hablando de los villanos… me parece que esta película tiene demasiados, además de los dos que ya mencioné también hace su aparición, aunque breve, Rino, y aparte el súper arácnido tiene también que lidiar con la culpa, el amor, sus traumas infantiles y hasta con los chantajes emocionales de la tía May, ¿no se les hace mucho como para un solo largometraje?
La historia inicia poco después de donde la dejamos en la primera entrega, Spider Man ha estado tremendamente ocupado salvando una y otra vez a los habitantes de la ciudad de un sinnúmero de problemas y villanos, no obstante se ha dado el tiempo de terminar la preparatoria y continuar su relación con Gwen.
Nuestro héroe también se encuentra en tremendo dilema pues no puede olvidar que le prometió al papá de Gwen que se alejaría de ella, así que de buenas a primeras decide terminar con ella, justo cuando las cosas comienzan a ponerse interesantes en la ciudad.
Max, un tímido ingeniero de Oscorp, quien por cierto idolatra al Hombre Araña, sufre un accidente terrible que le cambia la vida para siempre y pasa de ser un don nadie, a convertirse en alguien a quien no es fácil ignorar.
Al mismo tiempo Harry Osborn reaparece en la vida de Pater Parker y retoman su amistad; casualmente Harry necesita algo del Hombre Araña y le pide a su amigo que le ayude a conseguirlo, pero Peter no puede hacerlo pues pondría en peligro la vida del otro joven -ya saben que Patker se toma demasiado a pecho lo de “con grandes poderes….bla, bla, bla”- esto crea una brecha entre ambos, la cual tendrá terribles repercusiones.
Así que solo, sin novia y sin amigo, Spider Man se encuentra a media película con demasiados enemigos y un montón de problemas emocionales de los cuales tendrá que salir solito pues no hay nadie más que pueda ayudarlo, lo bueno es que puede subir por las paredes y escapar así de las situaciones peliagudas ¿no creen?
Vale la pena ver esta cinta, sobre todo si piensan seguir todas las subsecuentes pues en ella se asientan las bases de muchas situaciones que de seguro vendrán próximamente. Los fans de hueso colorado de los cómics de este héroe de seguro quedarán encantados pues, según me cuentan los que saben, en este filme se respetan todos los puntos importantes del personaje. Quienes no son fanáticos, de todas formas seguramente disfrutarán con las escenas de acción y hasta soltarán una que otra lagrimita. Mi sugerencia es que piensen dos veces antes de llevar a los más pequeños a verla, pues es demasiado larga y por momentos hasta cansada para ellos, aunque todo siempre se puede subsanar con un gran bote de palomitas.
Productor: Avi Arad y Matt Tolmac; Director: Marc Webb; Guión: Alex Kurtzman, Roberto Orci y Jeff Pinkner, basados en la historia propia de James Vanderbilt, y en el cómic de Marvel de Stan Lee y Steve Ditko; Fotografía: Dan Mindel; Edición: Pietro Scalia; Música: Hans Zimmer y los Magnificent Six, featuring Pharrell Williams y Johnny Marr; Elenco: Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Colm Feore, Felicity Jones, Paul Giamatti y Sally Field; Duración: 2 horas 22 minutos.
