Habladurías
La ausencia de discusión de los temas realmente relevantes para el desarrollo del país, como las Reformas estructurales, da cuenta de qué es lo que nos interesa en Aguascalientes, o al menos cuáles son los temas que despiertan la conversación pública. No han faltado oportunidades para iniciar el diálogo sobre los temas que importan; el gobernador Lozano de la Torre es el presidente de la Conago, ¿no es motivo para poner atención en la agenda local cuando se tiene ese foro?; las visitas de los candidatos a la dirigencia nacional del PAN, Ernesto Cordero y Gustavo Madero, y su intención de convencer a la militancia panista sobre cuál de los dos es menos peor, los ha hecho ofrecer cuál es su postura sobre el Pacto por México, ¿ya no importa?, es decir, ¿está bien que el dirigente nacional del PRI venga y diga que ahora todo es Pago por Evento?; el destape de la exalcaldesa y actual titular de Profeco, Lorena Martínez, y con ello el arranque informal de la campaña del 2015 y el 2016… Oportunidades ha habido, pero de lo que estamos hablando es de la guerra sucia contra el gobierno municipal de Aguascalientes a través de la difusión en redes sociales de noticias falsas en las que se acusa a las autoridades de perseguir a la gente tatuada, la intención de impedir la música en vivo en comercios del centro de la ciudad y la supuesta prohibición a patinadores porque su actividad daña las calles; esos son los temas.
La confusión entre declaración y noticia en la que diariamente caemos los medios de comunicación ha transformado a los periódicos en meros ecos de esas campañas sucias, en el afán de llevarnos la primicia damos voz a quienes con tal de conseguir una candidatura propagan las mentiras que terminan afectando la imagen de toda la gente de Aguascalientes. Hemos olvidado la responsabilidad social del periodista, no se entiende que la información es un bien social y no un producto al permitir que se nos use como plataforma de los intereses de partido. En la cerrada lógica de la guerra sucia, se cree que la difusión de esas mentiras sólo afecta al gobierno cuando en realidad nos perjudica a todos.
Hemos olvidado que nuestros lectores tienen derecho a información veraz y le entregamos la relación detallada del chisme, convertimos la habladuría en noticia dejando a un lado nuestro compromiso ético de respetar la diversidad de culturas. Tarde o temprano hemos de pagar el precio de ese desliz, y la clase política también, a pesar de todo.
En pausa
¿Cuándo nos cobrarán los lectores? Más tarde que temprano, una escena basta:
No deja de ser un espectáculo impresionante, miles de personas congregadas en un andador, a la espera de la señal; miles de miradas al acecho de la hora marcada; miles de jóvenes con un propósito y dispuestos a todo para cumplirlo. Comienza la cuenta regresiva.
De esos jóvenes que se congregan en el centro de Aguascalientes, muchos serán afectados de aprobarse las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones; otros tantos forman parte del 6.31 de la tasa de desocupación o laboran en condiciones críticas, por no hablar de quienes viven en la informalidad; otros más estudian en universidades públicas que corren el riesgo de disminuir su oferta si no se les concede el presupuesto necesario para su operación; más sufren las consecuencias de la violencia intrafamiliar; a ninguno se les ofrecen los derechos que les permitirá desarrollarse en las mejores condiciones; los más gastan una buena cantidad de su sueldo en un transporte público ineficiente; otros lidian diariamente con un servicio de agua concesionado a una empresa que se declara incapaz de cumplir con su contrato; todos ellos han querido ser deslumbrados con la promesa de que el progreso ha llegado al fin a la entidad y que esta ciudad donde se congregan les pertenece porque son gente buena… pero ninguno está protestando, lo único que exigen es que oficialmente comience la Feria Nacional de San Marcos, y si levantan la mano es con un vaso barato de cerveza que agitarán a la medianoche.
Del 19 de abril al 11 de mayo nada, absolutamente nada ocurrirá que pueda empañar la celebración de esta fiesta, y si llegara a ocurrir, las autoridades disminuirán el hecho en el afán de dar cuenta de un saldo blanco de esta gigantesca feria de pueblo; además, no importa, todos se concentran en la celebración, lo demás puede esperar, estamos en receso y lo único que importa es la celebración.
Coda
Son días de festejo, no importa otra cosa. No se trata de ser pesimista, sólo de recordar que la fiesta es efímera y al furor le sigue la cruda. En esa certeza, los medios evadimos nuestra responsabilidad; nadie nos va a pasar la factura.
@aldan