Esta semana el alcalde Toño Martín del Campo presentó una idea que desde su campaña dio mucho de qué hablar: un seguro para los robos casa-habitación. Como en toda historia política (todavía no se le olvida al público en tema de la tenencia), la cosa se fue descubriendo de a poquito, primero el concepto, luego uno o dos datos y así. Ayer por fin se dieron los pormenores de ese programa que para mi gusto no es malo, pero está incompleto.
Entonces, se supone que a partir de hoy, usted y yo estimado lector, estamos asegurados si nos roban pertenencias de nuestro hogar. Pero la cosa es como sigue: el seguro costó 17.19 pesos por casa, y cubre hasta quince mil pesos, que es ahí donde pongo mi primer “sin embargo”, y esto porque el sin embargo es casi igual que el peor, pero es “pior” que peor. Evidentemente desde la visión de la media socioeconómica, “de lo perdido lo encontrado”, y quince mil pesos ¿dónde estaban? Pero también haga cuentas y sólo en las televisiones que tiene el público mexicano en promedio (o sea casi tres por casa), se completa esa cantidad. Luego súmele que no entran en el seguro ni joyas, ni dinero en efectivo o cheques. También adhiérale que el seguro no cubre las cosas en la cochera, y bueno, todos sabemos que en estos días, las casas son más chicas que el espacio en que sientan a los tinacos, por lo que muchos -me incluyo- tenemos cosas en la cochera, digo quizá no de quince mil pesos pero pues algo han de valer.
Luego entonces, fíjese cómo me he centrado en la propuesta del alcalde que es el seguro. A partir de hoy, unas trescientas mil casas de Aguascalientes están aseguradas. Y bueno después que hice ver mis asegunes al respecto, la idea del seguro no me parece nada mal (tampoco me lo parecían las fotomultas pero pues a otros sí, en fin, en la política no hay buenas ideas que queden intactas), y es más creo que abona al concepto de seguridad individual que debe prevalecer en la ciudadanía.
También abona a la procuración de los derechos sociales que se establecen a nivel constitución, como el acceso a una casa digna, y más allá, en los documentos internacionales se habla del derecho a una vivienda adecuada, en la que se busca que todos tengan vivienda, que tengan servicios en ella como luz, drenaje y seguridad pública, así como que sea asequible y por supuesto que sea segura.
El artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), se expresa como sigue:
Toda persona tiene el derecho a un nivel de vida adecuado para sí misma y para su familia, incluyendo alimentación, vestido y vivienda adecuadas y una mejora continuada de las condiciones de existencia, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Donde la vivienda adecuada tiene como un primer factor la capacidad para tener un lugar dónde vivir, y en esa evolución el Comité de Derechos Urbanos de la ONU ha expresado que dicho lugar debe tener al menos estas características: vivienda fija y habitable; vivienda de calidad; vivienda accesible y asequible; seguridad jurídica de la tenencia de la tierra. En el apartado de vivienda fija y habitable se desglosa la seguridad y la protección de la vivienda que es donde puede justificarse este tema del seguro contra robos, se expresa en los términos de seguridad, es decir, a final de cuentas el seguro contra robo casa habitación, refuerza el derecho social de la vivienda adecuada.
La administración de David Sánchez Guevara, presidente municipal de Naucalpan en el Estado de México, y cuyo periodo comenzó hace un año, estableció también un seguro contra robos, pero allá la suma asegurada es hasta por cincuenta mil pesos y como aquí, se otorga a quienes van al corriente de sus servicios como el predial, el agua potable y así.
Fíjese bien estimado lector, la seguridad individual es un concepto que a diferencia de la seguridad pública se construye de lo general a lo particular, es decir, uno va teniendo más seguridad individual cuanto más satisfechos están otros indicadores generales. Por ejemplo, una persona tiene mayor seguridad individual, cuando el contexto laboral le es favorable, eso le da una estabilidad económica, que quiera usted o no, le da seguridad y hasta le levanta la estima. Acuérdese cómo se siente cuando es media quincena y no trae para el mandado. Por otro lado, la percepción de seguridad pública, le da también seguridad individual, así mismo, la percepción de una comunidad tranquila, aporta a este concepto, y así, otros componentes que construyen el concepto. Por eso digo, estoy a favor del seguro que acaba de presentar el alcalde, y me parece una buena idea. Pero creo que para que funcione, el seguro, es solamente la parte material de una estrategia integral (que supongo fue lo que le hizo falta al cabildeo de la foto multa). El seguro no puede ser la bandera de una estrategia de seguridad pública que a su vez es componente de la seguridad individual. No es con este seguro como vamos a hacer que la ciudadanía esté más tranquila, ni lo que le regresará la seguridad a la ciudad. Es sólo una parte. Por ello insisto, estaría bien que quienes asesoran al alcalde, le acaben de armar el proyecto integral de seguridad, porque de otro modo corre el riesgo de que estando incompleto el proceso de seguridad individual y colectiva, el proyecto se caiga.
La seguridad individual y colectiva debe tener componentes preventivos, educativos y correctivos según la opinión de este que escribe. Y en todas las fases, la participación de la ciudadanía es indispensable. El seguro contra robo, sólo es un primer paso, esperemos que no quede ahí.