A 20 años de la muerte de Colosio ¿y el PRI? / Un cuarto propio - LJA Aguascalientes
21/11/2024

En los pasados días se recordó el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, mientras Mariana Colosio Riojas señalaba que el sueño de su padre es el suyo, es decir: un México sin hambre y sin sed de justicia. El evento transcurrió entre un micrófono, aplausos y sentidos abrazos que culminaron en una marcha de 300 personas. Por cierto, corrió como pólvora el hecho de que no hubo figuras de renombre priista y que en ese sentido fue muy desangelado dicho evento.

En otros lados los priistas realizaron varios actos de conmemoración por el aniversario luctuoso del que fuera candidato de Carlos Salinas de Gortari y asesinado bajo un velo que hoy en día no convence a nadie, ni la versión del asesino solitario que representa Mario Aburto como único homicida, ni el del complot porque desde luego eso significaría dar a conocer nombres y nadie quiere aparecer en esa lista de traición política.

Al paso de estos 20 años, coincido totalmente con distintas y distintos analistas políticos pues lo que se dice hoy en día de Luis Donaldo Colosio es basado principalmente en el análisis de un discurso que se ha hecho muy famoso, pronunciado el 6 de marzo, unos días antes de su asesinato y de eso se ha construido un mito bastante favorable al priismo, guardando nuevamente bajo la alfombra la porquería que siempre los ha rodeado. Usando este argumento del discurso incómodo, del llamado social que supuestamente estaba haciendo Colosio y de la ruptura que esto marcaba con el partido oficial. Así que la imagen del entonces candidato del PRI se fue inventando como distractor y al final su muerte, como la de miles de mexicanas y mexicanos, quedó en la impunidad porque así le conviene al sistema político y corrupto de este país.

Luis Donaldo Colosio Murrieta no rompió con nada de su partido, porque con el poder no se rompe cuando se es candidato a la presidencia nacional, porque para ser el candidato oficial se tiene una marca en los huesos; él fue candidato y a ultranza defendió y creyó en el PRI, al final aceptó ser elegido por dedazo, volviéndose el reflejo, la esperanza de que Carlos Salinas de Gortari, quien lo nombró, perpetuara el proyecto político salinista a través de Colosio, por medio de los hilos que como títeres van halando la mano que siempre hay detrás de quien gobierna. Ese fue contexto de Luis Donaldo, más allá del mito político romántico que en estos 20 años se han inventado.

Luego vino la venganza, la misma locura que impera hoy en día en la política partidista mexicana. Todo se salió de control: Ernesto Zedillo se sacó la lotería, Salinas perdió con la muerte de su candidato la posibilidad de seguir meciendo la cuna de la nación y otro grupo de poder priista le cobró caro, pues fue el mismo Zedillo quien encarceló a Raúl Salinas de Gortari, un mensaje claro sobre el ajuste de cuentas con el que siempre actúan los partidos políticos.

En el discurso pronunciado por su hija Magdalena de Kino, ella dijo: A 20 años hay que preguntarnos ¿para qué se fue Colosio? Para enseñarnos a no quedarnos callados. Se fue como todo maestro, justo en el momento para que accionemos, y juntos veamos crecer la semilla que dejó. Se fue para que veamos crecer a nuestro México.

Parece que ya nadie recuerda los escándalos de aquellos momentos 1994, cuando en plena campaña se dio a conocer que el padrón electoral estaba integrado incluso por las personas que ya habían muerto, que Televisa asumía abiertamente el total apoyo al candidato oficial y que los apoyos federales de Procampo se estaban dirigiendo a la campaña del PRI.

20 años después del asesinato de Luis Donaldo Colosio el PRI sigue siendo el mismo y la clase política ha arrecido, el país es mucho más violento, más sangre corre, más pólvora vuela en el ambiente, en los paisajes más pobres, es decir, en casi todo México. 20 años después, durante el mitin de conmemoración en el Estado de México, emblema del priismo nacional, el evento termina a golpes entre los mismos priistas frente al busto de Luis Donaldo Colosio; Ernaldo Beltrán le rompe la cara y le abre la ceja a Víctor Moreno, el pleito fue porque ambos querían presidir la ceremonia luctuosa y sentida que el PRI lleva año con año en estas fechas, el dirigente de la fundación Colosio en Cuautitlán Izcalli contra el dirigente local. ¿Qué ha cambiado? ¿Para qué sirvió su muerte?

Pero la pregunta no es ninguna de esas, quizá la pregunta es ¿A quién sirvió su muerte? Eso es lo que verdaderamente necesitamos saber porque de la violencia como estrategia para imponer un gobierno este país está lleno de esas historias.


Antes, como hoy, hay un camposanto en México del que la clase económica y política son responsables. Y del México sin hambre y sin sed de justicia, Colosio como muchos otros políticos no hicieron más que retórica, discurso y palabrería.

Sí hubo una ruptura hace 20 años, en aquel enero el levantamiento zapatista desconoce al gobierno. Hoy las autodefensas, por cierto también armadas, nos dicen que nada ha cambiado, que todo arreció y que la muerte de Colosio no es más que la historia de Caín levantándose sobre Abel.

 

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