Un país que no resuelve sus carencias es una nación resignada al colapso. Usted conoce la frase: “Yo veo un México con hambre y sed de justicia”, y también al autor intelectual de ésta. Aquel que ve a su país en una situación desigual con relación al desarrollo social, es un crítico del sistema o por lo menos eso es lo que quiere aparentar. Conocedores del ADN de los políticos mexicanos es difícil creer que estas palabras hayan sido acuñadas por un militante del Partido Revolucionario Institucional aquel 6 de marzo del ya lejano 1994, fecha que los expertos en la materia señalan como el principio del fin de la carrera y vida del otrora candidato a la presidencia de la República Mexicana por el partido tricolor.
20 años después y con toda la tinta que se ha derramado, la sociedad sigue sin tener en claro el verdadero móvil del siniestro.
El supuesto asesino solitario recluido en la cárcel de Huimanguillo se ha convertido en un personaje célebre pero sólo recordado cuando se aproxima la fecha del aniversario luctuoso de su víctima. Ahora los medios nos hacen saber más sobre sus gustos personales, como una estrella más del canal de televisión que domina las mentes de los nuestros, sabemos que a Mario le gusta la lectura y la pintura, que se ha hecho ferviente seguidor de la iglesia católica y que día a día se supera. El 5 de mayo de 2013 los papás de nuestro personaje solicitaron a don Enrique que “tenga voluntad política y moral” y reabra el caso Colosio…
El lugar de los hecho, cambiado por el paso del tiempo y por la población flotante, hace cada vez más opaco el recuerdo de lo sucedido aquel 23 de marzo. El quehacer principal en esos rumbos es cruzar de manera ilegal hacia San Diego California, el burlar a la patrulla fronteriza para buscar un mejor nivel de vida que como ahora y siempre apremia a un sector de la sociedad, la desinformación política que impide recrear el momento y el carpetazo para no dañar a nadie más.
Como en Fuenteovejuna, en el México de 1994 pareciera que el pueblo fue quien cometió el asesinato del comendador aunque esta historia no identifica a nuestro personaje como al tirano de la citada obra, al contrario, tenemos una imagen casi inmaculada del candidato mal logrado.
Antes, aquel marzo de veinte años atrás, la tierra suelta de la ratonera era propicia para borrar evidencia de lo que estaba por pasar. Lomas Taurinas no es el infierno ni tampoco cualquier sinónimo apocalíptico que le pueda asignar a esa zona geográfica del norte de la República, simplemente fue el lugar propicio para continuar con el ajuste de rumbo que el país tenía que experimentar.
Pareciera que el alto jerarca de aquellos tiempos buscaba la inmortalidad, la reelección, convencía a su pueblo de que por fin, por fin a México le comenzaba a ir bien gracias a él y a su gabinete.
A dos minutos de subirnos al barco del primer mundo, ya con una Miss Universo en nuestro haber, una selección nacional de Futbol ganadora de la mano de Mejía Barón, la apertura de eventos masivos internacionales en nuestro territorio y una supuesta moneda homologada a la paridad de los futuros socios comerciales de la región, parecía que nuestro cuerno de la abundancia por fin daba frutos para todos, qué deleite pagar tres pesos en lugar de trescientos por subirnos al transporte público urbano, todo listo, todo resuelto. Precisamente un primero de septiembre de 1990 el maestro Mario Vargas Llosa sin ninguna atadura y frente a las cámaras del canal de las estrellas dijo: “ México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México”. Osado y sin temor alguno nos toma la fotografía de mal augurio y la publica en la tele nacional, nos condena pero no logra despertar el interés por la reflexión, recuerde estamos a dos minutos del primer mundo.
Lomas Taurinas era el lugar más propicio para borrar y recomenzar, para deshacer el tejido porque nos estábamos haciendo bolas, el cambio de estrategia necesario aunque doloroso pero apremiante, por el bien de todos los habitantes.
El candidato herido de muerte, la amenaza pulverizada, el cambio de rumbo, la indiferencia, la falta de seguridad, la pobreza, los acarreados, el sistema incompetente, la confusión, la sorpresa, el culpable, los cómplices, el autor intelectual, los medios listos para dar fe del espectáculo, todo, absolutamente todo estaba representado esa tarde en Lomas Taurinas; es como si México se hubiera convertido en el lugar de los hechos.
Y después el silencio, don Mario en la cárcel pareciera garantizar el eficiente trabajo de las autoridades sin dejar a la deriva ninguna duda de lo ocurrido aquel 23 de marzo de 1994.
¿Qué es lo que habrá conmocionado al que tomó la decisión de ponerle fin a la campaña del candidato?, ¿de verdad habrá visto una amenaza en la persona del licenciado?, a final de cuentas la extracción partidista no se podía ocultar, ¿qué le hizo creer que podía ser un peligro para los intereses partidistas y una esperanza para la nación?, “Yo veo un México con hambre y sed de justicia” dijo, pero…
¿Pudimos tener elementos como para afirmar y confirmar que realmente el candidato del PRI a la presidencia de la República era la mejor opción?
El jefe Diego y Cuauhtémoc también eran parte de la contienda.
A veces se nos olvida que México es más que un partido político, una televisora, un deporte, un género; no es un singular, es un plural.
Twitter: @ericazocar