Efemérides tienen para aventar al cielo, pero en el aniversario número 85 los priistas eligieron sintetizar su historia a un solo nombre, a un solo hombre: Enrique Peña Nieto, y se acabó.
Good old times. Para el pachangón que organizaron ayer en Insurgentes Centro número 59 bien pudieron haber elegido guiarse por el espíritu de su fundador, Plutarco Elías Calles, o el de su primer presidente, Manuel Pérez Treviño, o los de sus sucesores Basilio Vadillo, Emilio Portes Gil, Lázaro Cárdenas, Melchor Ortega, Adolfo Martínez Domínguez, Manuel Sánchez Vite, Jesús Reyes Heroles, vamos, incluso sacar sus muertitos favoritos del ropero para hondearlos… pero no, si la fiesta hubiera sido temática, habrían ido vestidos todos de época, de aquellos tiempos en que las horas eran las que dijera el señor presidente.
Nadie, absolutamente nadie se animó a recordar el precepto justificatorio con que Ernesto Zedillo Ponce de León describió su relación con el partido que lo llevó a la presidencia, nadie soltó una furtiva lágrima por la sana distancia, como en pocas ocasiones el tricolor llega a su cumpleaños con todos los ases en la manga… bueno, es un decir, con mucho que presumir, al grado que los festejantes pasaron por alto los retos que tienen enfrente, para rendirse al “salvador” del país, de acuerdo a la portada del Time.
El hombre orquesta. La bonita costumbre y obligación que los del PRI asumen deben de cumplir cada vez que celebran un aniversario, la de definirse programáticamente, la de inventarse un plan maestro que dirige sus movimientos, fue dejado de lado por el dirigente nacional, César Camacho Quiroz, que realizó un movimiento maestro en su discurso, para concentrar 85 años de historia en la figura de Enrique Peña Nieto, cuando dijo frente a las huestes tricolores que la gran tarea que estaban llevando a cabo en el partido era forman al priismo peñista.
Lo que dejó claro Camacho Quiroz es que, ahora, el PRI es “mucho más que un partido grande, es el gran partido de México” y es así gracias no a que recuperó la presidencia, sino porque Peña Nieto está en ella. Calientito dejó a las huestes tricolores el dirigente, bien dispuestos al aplauso rabioso ante cualquier frase que dijera su tótem, así subió Enrique Peña Nieto a dirigir su discurso, en el que también eligió esquivar cualquier nombre y centrarse en las “instituciones”, abrogándose lo que por longevidad y tiempo en el gobierno ha logrado el PRI; se dedicó a festejar la creación de instituciones, mezclando a la CTM, CNOP, CNC con el IMSS, ISSSTE y hasta el IFE, cómo no.
La sana distancia se disolvió en el peñanietismo, si requerían una definición las del PRI, se las reiteró el titular del Ejecutivo Federal al señalar que el partido es lo que es porque ahí milita “con gran orgullo” el presidente de la República, y se acabó. El resto fueron lugares comunes del festejo, una única guía: “la mejor manera de celebrar este 85 aniversario es trabajando por el país”, ¿el plan?, el “plan es México”… no se molestó más Peña Nieto.
Ahí viene la plaga. Eso sí, como el presidente les dijo que “cada priista, todo priista debe ser portavoz de los logros del partido”, lo que podemos esperar de aquí a que comience el año electoral es la loa personalizada de cada militante… Ni modo.
Acá en el ranchito. Sin priistas porque todos se fueron a la capital, seguimos peleando por malos entendidos, en la conferencia de Movimiento Ciudadano, el exregidor Vicente Pérez Almanza recordó que el comodato que fue entregado a la Organización Cultural y de Desarrollo Sustentable, fundado por supuestos integrantes de la logia masónica de Aguascalientes, fue un proceso largo y que se bajó varias veces de la orden del día sin embargo fue aprobada en función a todos los requisitos legales. “Nadie debe sentirse engañado, todo mundo supo para lo que era, de qué se trataba, bajo qué condiciones y en qué circunstancias”. Mencionó también, ahí como para repartir culpas, que en su momento la más interesada en que se aprobara el comodato fue la síndico y le dio un espaldarazo a Lorena Martínez al aseverar que la entonces alcadesa fue quien mayor empeño puso en que no hubiera ningún privilegio y se cumplieran los requisitos. Habrá que estar al pendiente de cuánto vale este recordatorio de Pérez Almanza, porque en la guerra sucia entre el PRI y el PAN, cualquier pretexto es bueno para hacer pelotas de lodo.
También acá en las tierra de la gente… La Secretaría de Desarrollo Social dio a conocer la entrada del multiendeudado Jesús María en los planes de la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Y no es que se quiera pensar mal, pero el anuncio coincide con la presunta sumatoria del alcalde Antonio Arámbula López a la campaña de Gustavo Madero, por lo menos así lo anunció Teresa Jiménez, quien ya embarcó a todos los presidentes municipales en el barco que busca estrellar a Ernesto Cordero Arroyo.
Nomás por no dejar de pensar mal. La coyuntura política permite que los colores partidistas, antaño fuertemente rivalizados, hoy se mezclen sin el mayor empacho. La cosa es muy sencilla y para nadie es secreto que uno de los primeros interesados en la reelección de Madero es el propio Enrique Peña Nieto. Con incipientes pleitos intestinos, el presidente necesita del blanquiazul para mantener a flote la impopular nave de las reformas. El origen del pleito con Carlos Salinas fue, precisamente, la tramitación tumultuaria de reformas. Al hombre orquesta de Los Pinos se le quemaban las habas por echarse las canicas educativas, fiscales y petroleras a la bolsa. ¿Será entonces que a la administración le dio por ayudar a los municipios azules? ¿O será que hará lo propio sólo con los adecuados? Sea cual fuere la verdad no deja de extrañar el sorpresivo cambio de planes, sobre todo cuando a Rosario Robles se le había hecho saber que Asientos y San José de Gracia eran de los municipios más maltratados por la pobreza alimentaria.
La de estribo. En el Jesús María de Antonio Arámbula los días “ciudadanos” no han sido empleados por viejos enemigos para darse un baño de pueblo y enseñar el músculo, como hizo Luis Armando Reynoso Femat, pero es una buena oportunidad para que Gerardo Martín Chávez se haga el aparecido, como en el Congreso, y presente los papelitos que demuestran que dejó saldadas las cuentas, porque hasta ahora, las únicas cuentas saldadas que se han encontrado de la administración anterior son las de la compra de un restaurante y una pastelería para la dama que lo acompaña. Así que nadie puede decir que el exalcalde priista no ha contribuido con el desarrollo económico de su municipio.
@PurisimaGrilla