El fenómeno es cada vez más grande, observamos que en los medios y en cada oportunidad que existe un discurso empresarial enfocado al cambio se habla de responsabilidad social ya no como un ideal o un concepto lingüístico novedoso, sino como una exigencia en el interior y exterior de los negocios que se jacten vanguardistas, serios y éticos.
El alcance actual de las buenas prácticas con clientes, proveedores, empleados y medio ambiente es la agenda que algunos organismos empresariales han tomado como bandera para mejorar su imagen corporativa. Esta parte debiera ser la primigenia de las relaciones comerciales que establecen un empresario o un Consejo de Administración en el mercado. Lo anterior significa que la intencionalidad es el primer asomo a los efectos de la realidad dentro de la avenencia en la congruencia, la equidad y la justicia, valores fundamentales para la transformación del hábitat social.
Sin embargo, aún no es suficiente con el esfuerzo anterior. La condición de ser responsables en una entidad financiera -para citar un caso vívido- no basta con cumplir con los preceptos mínimos legales de mejores remuneraciones a sus trabajadores, ni hacer pagos a tiempo a sus proveedores. Es mandatorio efectuar primero un análisis a conciencia de algunas políticas y reglamentos en una empresa de este tipo y para citar el caso la revisión y el cuestionamiento es alrededor de:
–Requisitos. Cuántos, cuáles. ¿Se explican con oportunidad? ¿Se aclaran dudas sin engaños? –Tasa ordinaria. ¿Es del mercado? ¿Es el interés comercial?
–Tasa moratoria. ¿Es justa?
–Cobranza legal y extra legal. ¿Es discriminatoria? ¿Es ofensivo el método?
–Plazo de gracia. ¿Existe?
–Condiciones del préstamo. ¿Sabe el cliente cada una de ellas?
–Conocimiento del cliente de los alcances del crédito ¿Hay posibilidad de educación financiera?
Una vez hecho un repaso de todos los elementos citados podremos vislumbrar una justa y eficiente responsabilidad social frente a todos los ítems existentes dentro de un manual de ética que deberán tener las organizaciones.
¿Quién ha cumplido verdaderamente?
Hay empresas que han obtenido el galardón de ESR1 o GREAT PLACE TO WORK2 siendo indicadores de competencia y cumplimiento de garantías para un mejor desempeño interno y externo de la empresa.
Aquí existe la demostración en cierta parte de una mejor práctica laboral. Sin embargo, las certificaciones no hacen ostensible en un ciento por ciento la ética de un negocio ni de las prácticas laborales y/o comerciales. Son solamente un indicador adicional a la percepción de las personas en un entorno de negocios y del empleo formal.
Luego de una revisión exhaustiva puedo decir que en un periodo más o menos mediano será rentable para cualquier negocio la inclusión de estándares éticos y la formación de un pensamiento honesto y de respeto al orden establecido. No significa que por el hecho de haber hecho bien las cosas no se tenga una estrategia de impacto ambiental, una fórmula de pago de impuestos o un recorte de personal. Creo que el hecho de hacer negocios en México es la mejor responsabilidad social más allá de la filantropía o embellecidos discursos. El papel que juegan los tomadores de decisiones es crucial para que el beneficio sea colectivo y no de unos poquitos en el mercado.
Asesor de E.S.R.
Hugo Ignacio González
@huguignacio
Fuentes